sábado, 26 de marzo de 2011

Ecuador. Capitulo X. Cuenca, Azuay

Teníamos el día dedicado a conocer Cuenca, con un apretado programa; por lo tanto la visita empezó pronto.

El guía que habíamos conocido la noche anterior vino a buscarnos temprano. Era un chico con mas conocimientos y agilidad mental y verbal que nuestra guía permanente.

Conozcamos un poco la ciudad, antes de visitarla.

Cuenca, llamada por su fundador Santa Ana de los Ríos de Cuenca, tiene una población de mas de 600.000 habitantes, la tercera del país en número, tras Quito y Guayaquil.

Está situada en la zona centro sur de la Cordillera de los Andes, y tiene la ventaja sobre Quito de que ocupa una gran llanura, rodeada de gigantes andinos en la distancia.

El centro histórico esta limitado, en uno de sus lados por el río Tomebamba, aunque otros tres ríos, Yanuncay, Tarqui y Machangara, discurren por diferentes sectores de la ciudad.

Tiene un clima templado, podría decirse primaveral, todo el año, con una variación entre 15-25ºC, lo cual hace la zona idónea para el cultivo de flores, principalmente orquídeas, de las cuales Ecuador es un gran exportador.

Pero la principal riqueza de la ciudad y de las provincias que administra, Azuay, Cañar y Morona Santiago, son las divisas que proporciona la emigración, que se ha dirigido a Estados Unidos, y a Europa. España ha recibido en los últimos diez años un millón de ecuatorianos.

Esta emigración ha promovido, sobre todo, la construcción de viviendas, generalmente unifamiliares, que han aliviado un poco el enorme paro de mas del 50% de la población en edad de trabajar, uno de los grandes lastres de la ciudad y del país.

Otra fuente de ingresos en Cuenca, que en algunos momentos históricos fue la mayor industria de la ciudad, es la fabricación del sombrero de paja toquilla, mal llamado sombrero Panamá, ya que siempre se ha fabricado en Ecuador.

Cuenca fue fundada el 12 de abril de 1.557, por Gil Ramírez Dávalos, por encargo del Virrey del Perú Andrés Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete.

Este explorador y conquistador español había nacido en Baeza, Jaén, en 1.510. Debido a que sus padres formaban parte de la pequeña corte de Antonio de Mendoza, duque de Mondejar, fue educado en el palacio del marqués, al cual acompaño cuando fue nombrado Virrey de Nueva España.

En Méjico vivió dieciséis años a su servicio, hasta que en 1.550, el marqués fue nombrado Virrey de Perú; también lo acompaño en su nuevo destino, siendo designado Mayordomo de Palacio y Capitán de la Guardia, y posteriormente a la muerte del Virrey, Corregidor y Justicia Mayor de Cuzco.

El nuevo Virrey, Andrés Hurtado de Mendoza, marques de Cañete, que llego a Lima en 1.556, también le otorgo su protección.

Al año siguiente de su llegada a Perú, fue encargada, por el Virrey a Dávalos, la fundación de una ciudad, cerca de donde se encontraba la ciudad inca de Tomebamba, entonces desaparecida en las luchas fratricidas entre Atahualpa y su hermano Huascar, de gran importancia durante el imperio incaico, y mas tarde para los españoles, por estar a medio camino entre Cuzco y Quito.

La fundación se efectuó, como hemos visto, el 12 de abril de 1.557. La nueva ciudad fue llamada Santa Ana de los Ríos de Cuenca, en honor a la española Cuenca, lugar natal del Virrey.

En el año 1.999 fue designada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Y con justicia, ya que en su centro histórico, de gran simetría, diseñado como todas las ciudades coloniales españolas en forma de damero, se encuentran gran cantidad de museos, iglesias antiguas, calles adoquinadas y numerosas casas con fachadas de estilo republicano, en las que se ve la influencia europea, constituyendo todo ello un conjunto bello y homogeneo.

Empezamos nuestro recorrido por algo que, siendo obligatorio en todos los viajes guiados, suele hacerse cuando ya se han visitado otros sitios de mayor interés: un taller de cerámica de un afamado artesano local, E. Vega, que realiza piezas de variada inspiración, a veces indígena, también colonial, o de su propia imaginación con cierta gracia, pero que no por eso deja de ser perfectamente prescindible y que, nos fue dicho, era para aprovechar su ubicación.

En efecto la tienda, con vivienda adjunta, ocupa la parte baja de un estupendo chalet, que destaca en el entorno, con una magnifica vista de la ciudad, ya que esta al lado del Mirador de Turi desde el que se abarca todo el amplísimo valle de Cuenca, con los lejanos gigantes andinos cerrando el horizonte.

A este Mirador nos dirigimos a continuación. Turi es una parroquia rural de Cuenca, situada en una colina, a la que se llega por la carretera que rodea la ciudad. Desde el Mirador se ve, en toda su amplitud, la ciudad de Cuenca, donde brillan con el sol las cúpulas azules de la Catedral Nueva, uno de sus edificios mas hermosos y destacables.

A espaldas del Mirador hay una placita donde se levanta la bonita iglesia de Turi, blanca como casi todas las iglesias de Ecuador, que data de 1.930.

Seguimos nuestro recorrido, entrando ya en la ciudad, pasando al lado del lugar donde nació el último emperador inca Huascar, hijo de Huayna Capac y de una princesa cañari , y hermano de Atahualpa.

Atahualpa, después de numerosas tretas, gano la enconada y larga guerra que sostuvieron por el imperio, y mando ejecutar, no solo a Huascar, cuyos restos fueron arrojados al río Yanamayo, sino a toda su familia, sirvientes y partidarios incluidos.

Muy cerca de ese lugar mítico, que ahora es una calle de la ciudad, está la fabrica de sombreros de paja toquilla de Horacio Ortega, que visitamos a continuación.

El sombrero de paja toquilla o sombrero Panamá o simplemente Panamá, es un tradicional sombrero de ala, confeccionado con las hojas trenzadas de una planta parecida a una palmera, aunque de otra familia, Carludovica palmata, llamada así en honor del rey de España Carlos IV y de su esposa, María Luisa de Parma.

A pesar del nombre con el que es mas conocido, los primeros sombreros se hicieron en Ecuador, pero alcanzaron relevancia durante la construcción del Canal de Panamá, cuando millares de sombreros fueron importados, e implantados como obligatorios, para los trabajadores de la construcción.

Cuando el presidente de E.E.U.U. Theodore Roosevelt visito las obras del canal, en noviembre de 1.906, uso dicho sombrero, lo cual aumento su conocimiento y su popularidad; durante el s. XIX el panamá, fue considerado el príncipe de los sombreros de paja.

Entre sus portadores mas famosos están Napoleón III, el Príncipe de Gales, futuro Eduardo VII, W. Churchill, Humphrey Bogart, Frank Sinatra, y un largo etc.

La fabricación y exportación a todo el mundo del sombrero de paja toquilla se convirtió en el mayor motor económico del país, siendo su año mas rentable 1.944. Todavía hoy día tiene un pequeño peso en el PIB.

Hay dos procesos principales en su fabricación, el tejido y el blanqueo, dependiendo su calidad del número de hebras de paja entrecruzadas por pulgada cuadrada, que pueden variar desde 300 a entre 1.200 a 2.000.

Esto hace que el tiempo de fabricación varíe desde cuatro o cinco días, un mes, dos meses, seis meses y hasta un año.El precio varía también considerablemente, según la trama, alcanzando valores elevados conforme la trama es mas fina, que puede ser hasta poco visible a simple vista.

Ya dentro de la empresa de Horacio Orterga, nos fue explicada la historia y el proceso de fabricación del sombrero y la trayectoria de la empresa, mientras visitábamos el Museo "Magia del Sombrero" instalado en 2.008. Una agradable ecuatoriana, mostraba la manera de tejer la paja toquilla.

La visita acabo en una bonita tienda, donde varios visitantes, entre otros mi marido, compraron sobre todo sombreros, y algunas otros objetos como bolsos, carteras etc. elaborados con paja toquilla.

Después de estas dos visitas, con compras incluidas, fuimos a conocer la ciudad propiamente dicha, en su aspecto monumental.

Llegamos al Parque Calderón que linda entre otros monumentos, con la Catedral Nueva de la Inmaculada Concepción, en un lado de la plaza y con la Catedral Vieja de El Sagrario en el otro.

El Parque, que mas bien es plaza, tiene unos arboles soberbios, en especial los ocho altos pinos, que fueron plantados en 1.912 por el presidente de la República, Luis Cordero.

En el centro hay un monumento a Abdón Calderón, héroe local de la Independencia.

Empezamos la visita por la Catedral Nueva o de la Inmaculada, imponente edificio de estilo ecléctico, con influencias románicas, góticas, renacentistas, barrocas..., cuyas cúpulas azules recubiertas de azulejos traídos de Checoeslovaquia, se ven desde numerosos puntos de la ciudad.

Esta grandiosa obra fue promovida, por el obispo de Cuenca Miguel León Garrido, controvertido prelado, que se implico mucho en los avatares políticos de su ciudad natal, de inclinaciones muy conservadoras.

Enterado el obispo de la gran iglesia que se proyectaba en Quito, que fue el origen de la Basílica del Voto Nacional, quiso hacer una nueva catedral en Cuenca. La Catedral Vieja, Iglesia del Sagrario, se había quedado pequeña y, además amenazaba ruina. La Nueva Catedral fue consagrada en 1.967, pero aun se encuentra sin finalizar.

Diversas actuaciones erróneas en el diseño y arquitectura del edificio, hicieron retrasar la implantación de otra cúpula, que aún no se ha podido colocar, por el peso excesivo de la obra, que amenazaba con derrumbe.

La catedral es un edificio con cierta belleza, aunque masiva.

El interior también es imponente. En él se han empleado mármoles de Carrara y gran proliferación de pan de oro. Tiene un baldaquino a imitación del de San Pedro del Vaticano, grandes vidrieras, en las cuales están representadas leyendas indígenas, santos locales, flora y fauna de Ecuador, todo muy impresionante, prueba del empuje de Monseñor León Garrido y del gran fervor de los cuencanos.

Paseamos por la catedral contemplando el gran conjunto.

Pasamos después a la Catedral Vieja, que esta enfrente de la Nueva, de la cual solo vimos el exterior.
Esta Iglesia del Sagrario, uno de los edificios mas antiguos de Cuenca, fue empezada a construir en 1.567; conocida como "Parroquia de los Españoles" durante la época colonial, es hoy Museo de Arte Religioso.


Tiene una curiosa placa commemorativa en el exterior que dice
                                      "Torre celebre mas que las Pirámides de Egipto "
 en referencia a la utilización de su torre como punto de referencia clave, para la Misión Geodésica que, en 1.763 determino el meridiano del ecuador.

Una importante restauración ha sido emprendida en el edificio desde 1.999.

Lindando con una de las calles laterales a la Catedral Nueva , se encuentra otro de los edificios mas antiguos y mejor conservados de la época colonial, que formo conjunto con la contigua iglesia del Carmen de la Asunción como convento, convertido, hoy día en Centro Cultural, que incluye museo y salas de exposiciones.

Transitando por esa calle llegamos a la iglesia del Carmen, una de las iglesias mas antiguas de la ciudad. De estructura renacentista, tiene muchos elementos barrocos, entre los que destaca la magnifica portada de mármol, bello ejemplo de este arte.

El convento carmelita fue fundado en el s. XVII, por las sobrinas de la primera santa ecuatoriana: Santa Marianita de Jesús, a la cual profesan gran devoción en todo el país.

Delante de la iglesia se extiende un pequeño y colorido mercado de flores.

Mientras teníamos un ratito libre, nos llegamos hasta la siguiente gran plaza, donde se ubica la Iglesia de San Francisco, que aunque ocupa el lugar donde se asentaron los monjes franciscanos que llegaron en el momento de la fundación, es de obra moderna de 1.920; tiene una bonita silueta con su alta torre.

 La plaza tiene gran sabor, entre colonial y republicano, desde ella se pueden contemplar las cúpulas azules de la Catedral Nueva.

Caminando por las animadas calles del centro histórico, que es bastante extenso, con tiendas de todo lo que se puede vender, nos llamaron la atención las dedicadas a las ropas indígenas, muy usadas, todavía por las cuencanas.

Así llegamos al restaurante donde íbamos a comer "Los Cuatro Ríos", precioso establecimiento instalado en una antigua casona, que ha conservado su gran patio y su estilo de otras épocas.

Enfrente del restaurante, en una cercana plaza, está la iglesia de Santo Domingo. Aunque su historia se remonta a los orígenes mismos de la ciudad, ya que fue el Marqués de Cañete, Andrés Hurtado de Mendoza, quien ordeno a Gil Ramírez Davalos, que señalase el solar para fundar el monasterio, fue construida entre 1.906 y 1.926, por los dominicos, para sustituir a la iglesia colonial que se encontraba en el lugar.

Destacan en su fachada las dos torres gemelas de cuarenta metros de altura; por su envergadura y belleza exterior está considerada como la segunda iglesia de Cuenca.

Después de comer se nos propuso una última visita.

Caminamos hasta la iglesia de San Sebastián, que antaño era el límite de la ciudad colonial, señalado por una gran cruz, que se colocaba delante de las principales iglesias.

Esta iglesia está en la plaza de Miguel León, el obispo de Cuenca e impulsor de la fundación y construcción de la Catedral Nueva.

Es una bonita plaza, con la iglesia de San Sebastián por uno de sus lados, el museo de Arte Moderno, por otro y alguna casa de estilo colonial por otro.

La plaza tiene una historia galante y trágica del s. XVIII, cuando la Misión Geodésica trabajó por estos lugares, en el establecimiento del meridiano del ecuador. El cirujano de la Misión, un francés llamado Juan Seniergues, que había conseguido una merecida reputación de don juan, cortejando a mujeres cuencanas, sobre todo a Manuela Quesada llamada la Cusinga, de dudoso comportamiento, se vio envuelto en una riña de espadachines, durante una corrida de toros organizada en la plaza de San Sebastian.

Los asistentes, con el Alcalde a la cabeza, que tenia algún pleito de faldas con Seniergues y era su enemigo personal, se enfurecieron contra el francés y practicamente lo lincharon, primero apedreándolo y luego, pinchándolo con picas y palos, lo dejaron medio muerto en el suelo; murió al cabo de tres días. Este trágico suceso tuvo lugar en el año 1.739.

Volvimos seguidamente al hotel, y después de un breve descanso, C. y yo decidimos volver a la ciudad para saborearla un poco mas. En ella se siente uno como en casa, tanto se parece en muchas de sus calles a ciudades españolas.

Caminamos por la calle donde esta el hotel hasta llegar al casco antiguo; después de pasar por una zona ajardinada con buenas casa, llegamos de nuevo al Parque Miguel León, donde esta la iglesia de San Sebastián, que contemplamos con toda tranquilidad; así como la preciosa plaza, donde se encuentra, con la luz del sol poniente.

Al pasar vimos un polideportivo dedicado al mayor atleta que ha producido, hasta el momento, la ciudad de Cuenca y Ecuador, Jefferson Pérez, Campeón Mundial de Marcha Atlética 20 km, en los años 2.003, 2.005 y 2.007. Medalla de Oro en los Juegos Olimpicos de Atlanta 1.996 y Pekín 2.008, del cual todo el país se siente orgulloso.

Volvimos por las margenes del río Tomebamba, disfrutando de preciosas panorámicas.

cuando llegábamos, de regreso al hotel, el sol se ponía tras los grandes Andes.

Aún nos quedaba otra visita nocturna a Cuenca para cenar en el restaurante "Villa Rosita", en el centro histórico, donde apreciamos algunas de las especialidades cuencanas. (*)
(*) Uno de estos días confeccionare un menú ecuatoriano...

lunes, 21 de marzo de 2011

Escalopines al Oporto

Los escalopines se puede acompañan de variadas salsas. Hoy os muestro una a base de vino oporto, que le da un sabor especial, muy ligeramente dulce a esta salsa.

Ingredientes para 4 personas

  • 8 escalopines de ternera
Salsa

  • 1 chalota
  • 1 diente de ajo
  • 250 ml de Oporto
  • 200 ml de caldo de carne
  • 24 tomates cherry
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta
  • 2 cucharadas de harina

Elaboración

Calentar una sartén con un poco de aceite

Dorar los escalopines por ambos lados

Salpimentar.

Reservar.

Salsa

Rehogar la chalota picada en un poco de aceite.

Añadir el ajo picadito, el Oporto y el caldo de carne, y las dos cucharadas rasa de harina.

Cocer hasta que espese.

Colar.

Añadir 50 g de mantequilla en el último momento para que quede mas brillante.

Servir la salsa en salsera.


Tomatitos

Calentar en una sartén con un poco de aceite.

Poner dentro los tomatitos.

Salpimentar.

Rehogar durante 5 minutos, removiendo constantemente.

Los filetes pueden ser de pollo, pavo o cualquier pieza de carne adecuada.

miércoles, 16 de marzo de 2011

Ecuador. Capitulo IX. De la Amazonía a Cuenca, Azuay

Había llegado la hora de despedirnos de la Amazonía.

Recorrimos "La Casa del Suizo", con nostalgia. Desde allá arriba se ve la selva, el río Napo, que describe una pronunciada curva, con su islita de cayados en medio de la corriente, el pequeño embarcadero de Ahuano...

Subimos en la lancha que nos llevo de vuelta a Tena;

Solo habíamos estado dos días en el borde de la selva, pero ya la echaba de menos. Me hubiera gustado adentrarme mas en ella, pero tenía que conformarme y almacenar las turísticas vivencias en mi memoria.

El día fue enteramente dedicado al traslado desde la Amazonía hasta la ciudad de Cuenca, en el centro sur del país.

Para ello volvimos a Quito, recorriendo, en sentido inverso la ruta que habíamos hecho días antes.

Pasamos de nuevo por el Parque Nacional Sumaco Napo-Galeras, por las poblaciones de Archidona y Baeza, por las cercanías de Papallacta, por montañas, valles y mas montañas, hasta llegar a Quito, después de mas de cuatro horas.

En Quito había el correspondiente atasco, que debe haber siempre. Nos dirigimos directamente, lo cual en Quito quiere decir dando numerosas vueltas, al barrio de Cumbayá, en el valle de Tumbaco, al norte de la ciudad, y bastante cercano al aeropuerto, donde teníamos que coger un vuelo para Cuenca.

Comimos bien, en un agradable restaurante italiano llamado Bocatta, situado en un mini centro comercial, con varios restaurantes y tiendas de lujo, en este elitista barrio de Quito, que ha crecido en un antiguo pequeño enclave cercano a la capital, donde la gente adinerada, que ha desertado el centro, ha encontrado terreno para construir sus chalets y mansiones.

Enfrente del centro comercial esta la Universidad de San Francisco, (USFQ), una de las universidades privadas mas prestigios as del país.

Este centro docente es una de las cerca de veinte universidades privadas de Quito; empezó su andadura académica en 1.988, siendo reconocida oficialmente por el gobierno de Ecuador en 1.995. En ella estudian unos 400 alumnos; ofrece casi todas las carreras universitarias.

Bien, pues después de comer emprendimos el camino hacia el aeropuerto, con tiempo de sobra, para coger el avión con destino a Cuenca.

Atravesamos Quito, pasando por barrios y calles llegando al conocido aeropuerto "Mariscal Sucre" de nuevo

Ya en el mostrador de facturación tuvimos problemas, pues la persona encargada de esta operación sostenía que habíamos llegado demasiado pronto (?)... Nuestro guía de la agencia se enfado bastante, tanto con ella como con la guía ecuatoriana G., que nos acompañaba siempre, que carecía de recursos profesionales y mentales y no sabía resolver el asunto. Después de un rato de forcejeo verbal, se facturaron las maletas.

Nuestro vuelo salia a las cinco de la tarde, pero no pudimos embarcar hasta las ocho.

Tuvimos tres horas de espera en una sala destinada a vuelos domésticos, atestada de gente, muy incómoda, donde no daban ninguna información aprovechable.

Parece ser que no hay formalidad en la hora del vuelo y que tuvimos que considerarnos afortunados, pues los que tenían el vuelo de las ocho, se quedaron sin viaje.

No llegamos a enterarnos bien de los motivos del retraso, pero la espera fue larga y aburrida. Parece que suceden todos los días episodios similares.

Una vez en el avión, el viaje es cómodo; dura menos de una hora.

Y en tierra firme de nuevo, donde era de noche hacia horas, nos llevaron a nuestro hotel, Oro Verde.

El hotel era agradable, céntrico y cercano a uno de los ríos de Cuenca. Tomamos posesión de la habitación y bajamos a cenar.

Ese día de la semana celebraban, algo así como, la gastronomía del cangrejo de río; había muchos platos elaborados a base de ese crustáceo. Puedo decir que no me entusiasmaron.

Habíamos tenido lo que se podría llamar un día de traslado. El guía local, que ya habíamos conocido en el bus, nos emplazo para mostrarnos Cuenca desde por la mañana temprano.

viernes, 11 de marzo de 2011

Taboulé de pimiento dulce y gambas

Original ensalada, a la que las limas dan un toque especial.

Se come fria, pero mas bien a la temperatura ambiente dentro de un lugar templado.


Ingredientes para 4 personas

  • 250 g de gambas
  • 150 g de cous-cous rápido
  • 250 ml de caldo de ave
  • 150 g de aceitunas negras sin hueso
  • 2 limas
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal
Pimiento rojo dulce

  • 1 pimiento rojo
  • 100 ml de agiua
  • 100 g de azúcar
  • Sal
Elaboración

  1. Cocer las gambas durante 2 minutos en agua hirviendo.
  2. Pelar y picar las colas.
  3. Rehidratar el cous-cous con el caldo caliente, un chorrito de aceite de oliva y 1 pizca de sal.
  4. Mezclar con las aceitunas picadas, las gambas picadas la ralladura y el zumo de las limas, 1 chorrito de aceite de oliva virgen y sal.


Pimiento rojo dulce
  1. Pelar con pelador el pimiento rojo.
  2. Cortar en dados pequeños.
  3. Cocer en el agua con el azúcar y 1 pizca de sal, unos 10 minutos.
  4. Escurrir.

Para el montaje

Colocar el cous-cous en un aro individual, u otro recipiente.

Cubrir con el pimiento dulce.

Se pueden utilizar pimientos confitados de bote, y tambien cualquier marisco.

domingo, 6 de marzo de 2011

Ecuador. Capítulo VIII. La Amazonía, 2º día

Nuestro segundo día en la región mítica de la Amazonia ecuatoriana fue denso.

Aun con la inevitable condición de turista, se siente la sensación de ser un descubridor.

Salimos en lancha después del desayuno, navegando hacia el río Arajuno, un afluente del Napo donde se desarrollaron nuestras actividades. Aunque estábamos en un borde de la selva, las margenes del río son espectaculares, pues los arboles y plantas crecen enmarañadamente, con gran competencia por el suelo y la luz.

De vez en cuando se ve un gigante que ha conseguido abrirse paso y tener todo el sol para él.

En algún trecho se ve un islote de piedras en medio del río, que sin duda desaparece en alguna crecida, y luego surgirá distinto.

Nuestro destino era un centro de recuperación de animales de la zona, que por causas diferentes han perdido sus aptitudes para vivir, como quien dice, por su cuenta. Antiguas mascotas, y animales heridos en diversas circunstancias, componen esta especie de zoo. Están en grandes jaulas donde tiene un remedo de la vida salvaje. Se les puede contemplar con facilidad, y, como habitantes de la selva, fueron los únicos que vimos del reino animal. Los que viven en libertad deben estar en la parte menos frecuentada por los curiosos hombres.

Este centro de recuperación tiene algunos voluntarios internacionales que lo cuidan. El que nos atendió a nosotros era un joven alemán, que llevaba un año en el centro; chapurreaba el español y estaba en un proceso de asimilación con las criaturas que tenia que cuidar, pues no parecía haberse lavado y menos peinado, ya que llevaba rastas, en meses.

Vimos allí diversos animales, que parecían contentos en su "libertad vigilada", varias especies de monos, enormes ratas acuáticas amazónicas, tucanes, araras, guacamayos, peces, no se si seria la famosa piraña, pequeños caimanes, tortugas...etc.

Pasamos un rato entretenido.

Lo siguiente fue una diversión no conocida anteriormente por mi. Se llama "tubing" y consiste en, metido en una enorme rueda neumática, ponerse en el río y recorrer un buen trozo arrastrado por la corriente.

Para ello habíamos cogido en el hotel, provisto de todo lo necesario, cada uno nuestra rueda, que se había cargado en el techo de la lancha.

La lancha en la que veníamos del Centro de recuperación de animales, varo en una playa fluvial y cada uno, con su correspondiente salvavidas se metió en la rueda, después de recibir unas someras instrucciones sobre el manejo de la misma en el río.

Aquí cada uno demostró mas o menos pericia, según sus habilidades. Mi marido se coloco con maestría en el centro del río, donde estaba la corriente y llegó de los primeros a la meta, formada por las lanchas. Yo tarde un rato en salir de una zona de calma a la que había ido a parar. Tuve que poner en practica las instrucciones utilizando los brazos de remos con la posición del cuerpo casi en horizontal, para llegar a la corriente.

Algunos no lo consiguieron, otro se paso de la meta y al querer volver a la lancha, contra corriente, remo inadecuadamente y se hizo unas extensas quemaduras en los brazos, por el roce con el neumático que le amargaron el resto del viaje.

Nosotros lo encontramos bastante divertido.

Por la tarde fuimos de nuevo en lancha, hasta un poblado quichua, que es la etnia que ocupa esta región.

Al dejar la lancha se camina un rato por la selva, digamos, domesticada; poniendo buena voluntad se puede ir haciendo de explorador.

Vimos madera de los arboles circundantes, ya convertida en tablones. Plataneras, grandes arboles con hormigueros en lo mas alto, diversas plantas medicinales, que usan para sus males menores y finalmente un vivienda quichua.

En ella C., nos explico que estabamos en la sala común, donde había un hogar para el fuego, cuyo humo sirve para ahuyentar a los insectos, y diversos utensilios y cacharros, en la que se desarrolla la vida familiar en común;

nos presento a una sra. dispuesta a mostrarnos como se confecciona la "chicha", bebida muy apreciada en extensas regiones del subcontinente, consumida en Ecuador en la serranía y en la amazonía.

De origen prehispanico, procede principalmente de la fermentación, no destilada del maíz y otros cereales americanos. Es una bebida suave de poca graduación alcohólica, cuya elaboración, casera, está encargada a las mujeres.

Nos contaron que cuando los hombres regresan del trabajo, o los niños de la escuela, van a la vasija de chicha y calman su sed con esta bebida, que encuentran estimulante y agradable.

Después de la demostración de la confección de la bebida, que antes incluía el masticado de la parte solida de la misma, ahora sustituido por un rallado de la misma, nos fue ofrecida la prueba, de una vasija preparada anteriormente.

No puedo decir que me resultara agradable ni metérmela en la boca, ni tragarla, ni su sabor, parecido a la leche agria, pero como buen turista, acostumbrada a las excentricidades de esta "profesión", tome un buchito y lo trague. Creo que tampoco fue demasiado apreciada por ninguno de los presentes.

Puesto que estábamos en la selva, C, nos hizo una demostración de habilidad con la cerbatana, instrumento que usan o usaron los nativos del territorio, para cazar principalmente.

Provisto de una larga cerbatana, de los dardos correspondientes y con un mono, de trapo o similar, como blanco, enarbolo el arma y con un solo soplido le dio en medio del cuerpo. Ohhh! dijimos todos.

Invitados a repetir el tiro, nadie lo logro, de los que se atrevieron, aunque algunos estuvieron cerca y mandaron la flecha lejos. Hay que haber entrenado para conseguir el tiro certero.

El sol, que en la Amazonía se pone como en todo el país a las seis, iba declinando; teníamos que volver.

El viaje en lancha hasta el hotel fue tan bonito, como todos los otros por el río.

Salieron a despedirnos unas chicas que debían vivir en el pequeño pueblo, con niño en los brazos.

Llegamos al pequeño puerto de Ahuano, donde nos esperaba la explicación y contemplación del arte, primitivo pues es sin torno, de la cerámica que hacen los quichuas.

En un recinto adecuado, la madre de nuestro guía, nos explico e hizo una vasija con las manos, que le quedo perfecta de proporciones y acabado.

Al lado había una pequeña tienda donde se vendían sus obras. Adquirimos una, ya que nos pareció un proceso muy habilidoso.

Volvimos a la Casa del Suizo, atravesando el pueblo. Allí la vida parece plácida, transcurre con su propio y calmo "tempo"; todo parece hecho sin prisas.

Otro coctel después de cenar cerro el día, que había sido interesante.

La molestia, que me duro días, ya se me había presentado. Me sorprendí rascándome con furia las piernas. Durante el "tubing" y mas aun en la visita a la casa quichua, me habían acribillado los mosquitos. Cosas de la selva, me dije con resignación...

martes, 1 de marzo de 2011

Bizcocho de avellanas


Este bizcocho sirve tambien como postre, acompañado de una bola de helado de chocolate, o como sugiere mi fiel comentarista C., de vainilla, u otro sabor que guste.
Solo, tambien resulta muy agradable, para el desayuno.

Ingredientes


  • 2 huevos
  • 175 g de azúcar
  • 75 ml de nata
  • 140 g de harina
  • 1 cucharada de café de levadura química
  • 50 g de mantequilla
  • 75 de avellanas
  • 1 chorrito de ron

Elaboración

Mezclar los huevos, el azúcar y un pizca de sal.
Incvorporar la nata, la harinatamizada junto con la levadura, la mantequilla derretida, las avellanas troceadas y el chorrito de ron


Rellenar con la mezcla un molde engrasado
Hornear a 200ºC 10 minutos
Bajar a 170º y dejar otros 25 minutos
Dejar enfriar
Desmoldar
Adornar con azúcar glas si se desea

Se puede hacer el bizcocho sustituyendo las avellanas por otros frutos secos troceados.

Es muy rico y muy facil de hacer.