miércoles, 26 de diciembre de 2012

Gran Canaria. 2º día. La Capital: Las Palmas de Gran Canaria


                                                                               
Después de desayunar en el comedor con la magnifica vista, los roques, los montes, el mar, el Teide lejano presidiendo la panorámica, regalándonos los ojos, salimos par emprender una visita a la capital de la isla: Las Palmas de Gran Canaria.

Debido a lo escarpado de la carretera que desciende hasta el mar, lo mejor es hacer un plan para todo el día, pues es trabajoso tanto bajar, como subir, desde o hasta la Cruz de Tejeda.

En lo alto de los montes el sol y la luz eran esplendidos, pero al llegar a Las Palmas el tiempo estaba cubierto; es el cielo conocido como "panza de burro", que abunda por esos pagos, son nubes bajas que dan al día un color gris, pero que no tienen que ver con la lluvia, ni con la excelente temperatura.

Sin mas problemas y atravesando los nudos de la carretera que unen las distintas poblaciones cercanas a la capital, llegamos a un aparcamiento en Vegueta, la zona histórica de la ciudad.

Las Palmas de Gran Canaria, capital de la isla y de la provincia oriental del archipiélago, es una grande y agradable ciudad de cerca de 400.000 habitantes, y de mas de 600.000, si se considera el Área Metropolitana integrada por los diferentes núcleos cercanos a ella.

Posee uno de los mejores climas del mundo, al cual contribuye su excelente ubicación geográfica, ya que la ciudad se extiende linealmente entre dos franjas costeras, un istmo, por un lado la Playa de las Alcaravaneras, y por el otro la Playa de las Canteras, con lo que recibe una doble brisa marina que contribuye a la refrigeración ambiental y a la limpieza del aire.

La ciudad fue fundada por el capitán Juan Rejón, conquistador de la Isla de Gran Canaria, el 24 de junio, día de San Juan Bautista, del año 1.478, en el barranco de Guiniguada, donde asentó el Real de Las Palmas, que hoy día es el barrio de Vegueta, iniciando así la conquista de la isla.

Cinco años mas tarde, concluida la conquista, se establecen en ella, varias importantes instituciones, entre las cuales, el Obispado de Canarias y la Real Audiencia, que contribuyeron al crecimiento e importancia de Las Palmas.

Durante el s. XVI se produjo un gran desarrollo debido, fundamentalmente, al comercio de la caña de azúcar, con Europa y América.

Tanto en este siglo como en los siguientes XVII y XVIII, la isla, como el resto del archipiélago,  sufrió los ataques de corsarios, piratas protegidos por la corona de sus respectivos países, flotas extranjeras y piratas, que pretendieron invadirla, contra los cuales se disponía de mucho valor, y unas cuantas fortificaciones como el Castillo de La Luz, en la península de La Isleta, el Torreón de San Pedro Mártir, conocido popularmente como el Castillo de San Cristóbal y el Castillo de la Mata. 

Estas defensas no hicieron desistir a los corsarios ingleses John Hawkins y Francis Drake de su designio de invadir Las Palmas, pero se vieron rechazados, y no pudieron saquearla.

 Tuvo mas éxito, en este proyecto, el almirante holandés Pieter Van Der Goes, que después de un asedio de dos días y tras duros combates, arraso la ciudad el 28 de junio de 1.599, destruyendo y saqueando todo lo que encontró, como la Catedral, las Casas Consistoriales, conventos, iglesias, palacios y casas, destruyendo o robando innumerables obras de arte, hasta que se tuvo que retirar de la ciudad, el 4 de julio, no sin antes incendiarla.

En el s. XIX, se produjo un gran desarrollo económico, con la instauración de los puertos francos, régimen fiscal especial, que favorecía el comercio del archipiélago, por lo cual varias compañías navieras extranjeras se instalaron en la isla.

Otro hito de la historia reciente fue la división del Archipiélago en dos provincias, que se produjo en 1.927. De la única provincia existente, Santa Cruz de Tenerife, se separo la nueva provincia de Las Palmas de Gran Canaria, que comprende, además de la isla de Gran Canaria, las de Lanzarote y Fuerteventura.

Bien, pues al llegar al casco histórico, dejamos el coche sin problemas en un aparcamiento enfrente del Mercado de Vegueta.

El barrio de Vegueta es el núcleo fundacional de la ciudad, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1.973. Fue allí donde en 1.478 , el capitán Juan Rejón, conquistador de la isla de Gran Canaria, estableció el Real de las Tres Palmas, en alusión a tres palmeras que se alzaban en el lugar.

El nombre de Vegueta viene de la vega que se extendía alrededor del Real, llamada Vegueta de Santa Ana, que desde entonces sería el centro de la vida política, religiosa y social de la isla.

Pues bien, empezamos nuestro paseo por el Mercado de Vegueta, que como he dicho, está enfrente del aparcamiento donde dejamos el coche.


Aunque la venta ambulante ya había intentado suprimirse, con la creación de un primer mercado en 1.787, no fue hasta 1.856 cuando se construyo el  edificio que hoy vemos, primer Mercado de Abastos del Archipiélago, financiado con las desamortizaciones o expropiaciones de propiedades, principalmente de la Iglesia, que se subastaron para obtener fondos, para este y otros proyectos públicos.

Con motivo del ciento cincuenta aniversario del Mercado de Vegueta, en 2.008, el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, le concedió la Medalla de Oro.

El Mercado es mas bien pequeño, pero bien organizado, El orden y la limpieza reinan de manera absoluta, para una venta de calidad. Como nuestro interés era visual, no de compra, acabamos pronto con esta primera visita.

Luego recorrimos el barrio, empezando por su elemento mas destacado, la Catedral.

La Catedral se encuentra en la céntrica Plaza de Santa Ana, y es uno de los mas importantes monumentos históricos de arquitectura canaria.

                                                                 
Fue empezada a construir hacia 1.497 por orden de los Reyes Católicos, pero la falta de fondos hizo que se tuvieran que posponer los trabajos  hasta 1.570 .

Los largos años transcurridos para su edificación hacen, que como en otros  muchos templos, se combinen diferentes estilos, como el gótico tardío del interior, y el neoclásico de la fachada.

En el interior finos pilares sin capitel se alzan hasta la bóveda, donde se dividen en muchas delicadas  nervaduras.

                                                                                   
Se encuentran enterrados en ella ilustres hombres gran canarios, como Cairasco de Figueroa (1.535-1.610), elogiado como gran poeta por el mismo Cervantes, autor de un poema sobre antigüedades de la isla,  el historiador Viera, enterrado bajo el altar mayor y el político  Fernando León y Castillo, Marqués del Muni, que trabajo mucho, desde sus diferentes puestos diplomáticos y políticos, por la isla, y al cual se erigió un mausoleo dentro de la catedral.

Hay numerosas capillas, con muchas obras de arte tanto en pintura como en escultura, como varias obras escultóricas del importante artista gran canario, del s. XVIII, José Luján, como son el Cristo que preside la Sala Capitular y  la Virgen de los Dolores. Estas y otras obras del escultor pueden contemplarse en el Museo Diocesano de Arte Sacro instalado en una de las dependencias de la Catedral, que dan a un  pequeño, pero precioso patio canario, llamado Patio de los Naranjos, donde curiosamente no hay ninguno de estos arboles, sino que su nombre evoca el Patio de los Naranjos de la Catedral de Sevilla.

Este patio, antigua huerta, convertido en patio en el s. XVIII, tiene una típica balconada canaria y se comunica con la catedral a través de una puerta de estilo renacentista, la Puerta del Aire.


Recorrimos el museo después de la visita a la catedral.

El Museo Diocesano se inauguro en 1.984; tiene diversas salas entre las cuales la antigua Sala Capitular es la mas importante.



 La Sala tiene una estructura ovalada, y recibe la luz natural de una linterna central; las otras salas, Sala de la Seda, o del tesoro, donde se guardaba el Tesoro de la Catedral, la Antesala de la Sala Capitular, la Sala de la Contaduría,  etc, tienen interesantes pinturas y objetos sacros, que fuimos contemplando
                                                           

Acabada la visita a la Catedral y Museo, paseamos por la Plaza de Santa Ana que conforma con la catedral, las Casas Consistoriales y el Palacio del Obispo un entorno esplendido, como hay pocos de esas dimensiones en otras ciudades de España.

                                                                      
El  asentamiento de la Catedral y de la Plaza fue elegido, desde la época de la conquista, como el primer núcleo urbano, de lo que llegaría a ser capital de la isla.

La Plaza se encuentra custodiada por ocho perros, uno de los símbolos de la isla, modelados en hierro fundido por el escultor inglés Adrian Jones, ofrecen distintas posturas, unos sentados, otros echados, algunos con aves de caza entre las patas.

                                                                      

Detrás de la Catedral se halla la Plaza del Pilar Nuevo, una de las plazas mas autenticas del barrio de Vegueta con su pavimento empedrado, sus casas con balcones canarios y su fuente de piedra, que le ha dado el nombre, por el pilar de cantería que suministraba el agua a la población en el s. XVIII.

                                                                              
En esta plaza se encuentra uno de los edificios destacables de la ciudad: La Casa de Colón, un museo donde se puede seguir la historia de Canarias y su relación con América.

                                                                                                                               
La Casa de Colón fue inaugurada en 1.951; su conformación actual procede de la unión de varios edificios, entre los cuales la antigua Casa del Gobernador; en el interior hay acoplados otros elementos, como el patio del convento de Santo Domingo, destruido, en su mayor parte, por el ataque corsario del holandés Van Der Goes.

El viaje de Colón, que desemboco en el descubrimiento de América, se hizo tan solo nueve años después de la conquista de Gran Canaria; es de suponer que existirian muy pocas construciones, una de las cuales sería la Casa del Gobernador, así como también se supone que Colón paró en Gran Canaria para reparar la nave Pinta. No hay completa certeza histórica sobre estos hitos en el viaje hacia América, pero sin embargo hay un buen Museo en la Casa de Colón, una Biblioteca, y un Centro de Estudios especializados, así como actividades temporales: seminarios, cursos, etc

Pasear por Vegueta es adentrarse en los siglos pasados.

                                                                             
El barrio ofrece un excelente aspecto, con las casonas canarias, que exhiben su preciosas balconadas, en perfecto estado.


 Salimos finalmente del barrio, contemplando, al pasar, el Teatro Pérez-Galdós, ya en el barrio de Triana  con su imponente arquitectura clasicista . La construcción del teatro fue lenta, pero por fin pudo ser inaugurado en 1.890.

                                                                
Un desastroso incendio lo destruyo en 1.918. Se tardaron diez años en reconstruirlo, hasta que pudo inaugurarse de nuevo en 1.928, siendo el principal coliseo de la isla.

Recientemente, en 2.007 se procedió a una rehabilitación integral, que lo privaría de su categoría de Conjunto Histórico, concedida por el Gobierno de Canarias en 1.997.

Se puede preguntar uno, qué habrán hecho en esa rehabilitación, para que deje de ser un Conjunto Histórico.

El día iba transcurriendo, y nosotros empezábamos a cansarnos, ya que tuvimos que hacer, también unas cuantas compras, así que decidimos pasar el resto de la tarde en otro de los monumentos de Las Palmas, este natural, la Playa de las Canteras.

                                                                  
La Playa de las Canteras es un espacio privilegiado, utilizado tanto por los habitantes de la ciudad  como por los muchos extranjeros que viajan a la isla, por la benignidad de su clima durante todo el año, y las excelentes condiciones que le proporciona La Barra, roca arenisca, que discurre paralela a la playa, alcanzable facilmente a nado, que ofrece abrigo frente al oleaje norteño, ya que el mar en las islas es bastante movido.

El primitivo nombre fue Playa del Arrecife, debido a que la Barra emergía del agua como un arrecife. Este arrecife fue utilizado como cantera, para la construcción de numerosos edificios, como, entre otros, la Catedral de Las Palmas.

El nombre de Playa de las Canteras describe esta antigua actividad, ya abandonada.

La playa se extiende a lo largo del istmo de Guanarteme, desde la península de La Isleta hasta el resto de la isla de Gran Canaria, concluyendo poco antes del barranco de Tamaraceite; tres km de arena fina y dorada.

                                                                          
La zona comprende tres arcos naturales del litoral. El arco que corresponde con la conocida como Playa de las Canteras o Playa Grande tiene una longitud de mas 1.100 m

Antiguamente las dos playas, Las Canteras y Las Alcarvaneras tenían entre ellas un extenso campo dunar, del cual quedan solamente las playas.

                                                                              
A finales del s. XIX se procedió a la construcción del Puerto de Luz y a la incipiente urbanización de la zona, muy apreciada por los turistas ingleses, que acudían a la isla a pasar parte del invierno; de los catorce hoteles de la ciudad de entonces, nueve estaban cercanos a la Playa de Las Canteras.

En el año 1.936 se inició la construcción del Paseo Marítimo, que mantuvo su fisonomía inicial hasta que el Ayuntamiento afronto la renovación del Paseo en 1.991, en cuanto al pavimento, alumbrado etc. El Paseo actual va desde el barrio de La Puntilla, hasta El Confital, cerca de La Isleta. A lo largo del Paseo hay diversos monumentos e inmuebles, dignos de destacarse como el Juguete del Viento, móvil de hierro policromado, una de las ultimas obras del artista lanzaroteño Cesar Manrique, el Real Club Victoria, fundado en 1.910, edificio levantado en los años 30 y 40 del s. XX, que ha representado un destacado papel en la vida cultural y social de la ciudad, el Mercado del Puerto de La Luz, obra de la arquitectura del hierro en Gran Canria, la Clínica San José, edificio histórico construido en 1.900, además de numerosas esculturas que forman un pequeño museo al aire libre.

Bien, pues en este precioso entorno, y después de haber caminado un buen rato desde La Puntilla donde dejamos el coche, hasta la propia Playa de Las Canteras, pasamos allí el resto de la tarde. Se estaba de maravilla en una terraza tomando cervecitas, con alguna que otra tapa, disfrutando de la brisa marina y contemplando el bullicio tanto del paseo como de la playa, donde había numerosos ciudadanos tomando el sol e incluso bañándose.

                                                                        
Tras un par de horas de agradable descanso, emprendimos la subida hasta la Cruz de Tejeda, que dura mas o menos, una hora.

Allí elegimos el bar del Parador con magnificas vistas sobre "la tempestad petrificada" , montes, roques y barrancos con el Teide de fondo, que pudimos contemplar hasta que desapareció el ultimo rayo de sol, para tomar una frugal cena.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Navidad



 
     FELIZ NAVIDAD

FROHE WEIHNACHTEN

BUON NATALE

JOYEUX NÖEL

MERRY CHRISTMAS

FELIZ NATAL

SHÉNG DAN KWÁI  LÉ

WESOLYCH SWIAT BOZEGO



miércoles, 19 de diciembre de 2012

Capricho de San Silvestre

                                                                       
Este postre navideño, de origen francés viene muy bien para finalizar alguna de las comidas o cenas que se avecinan. Es riquisimo, si gustan el marrón glacé, el chocalate y el chantilly.

Ingredientes

                                                   
Para la tarta

2 cucharadas soperas de almendras tostadas  picadas
100 g de azúcar
4 huevos
100 g de harina
25 g de cacao en polvo sin azúcar
100 g de mantequilla reblandecida

Para el almíbar

60 ml de ron
4 cucharadas soperas de almíbar de castañas

Para la crema chantilly

300 ml de nata
2 cucharadas soperas de azúcar
2 cucharadas soperas de agua helada
unas gotas de esencia de vainilla o una pizca de azúcar vainillado.
4 castañas glaseadas o marrón glacé picadas

Para adornar

100 g de chocolate troceado
6-8 castañas en almíbar.

Elaboración

Calentar el horno a 200ºc.

Preparar un molde de corona , untandolo bien de mantequilla y cubriendolo luego de almendrastostadas y picadas.

                                                                
Batir el azúcar con los huevos hasta lograr una crema ligera y espumsa; si se usa mezclador electrico, son 12-15 minutos a velocidad máxima.



                                                                                                                                    
Tamizar juntos la harina y el cacao.

Incorporarlos suavemente a la mezcla anterior, con cuchara de metal.

Agregar la matequilla derretida y enfriada.

                                                                  

Verter la mezcla sobre el molde preparado.

                                                      
Hornear 25-30 minutos.

Sacar del horno y pasados cinco muntos volcar sobre una rejilla, para que se enfríe.

                                                                      
Cortar el bizcocho en dos horizontalmente.

                                                                                                                                         
Mojar las dos mitades con el ron y el almibar de castañas a partes iguales.


                                                                     
Extender el chantilly *,y montar la tarta.

Fundir el chocolate y untar la tarta bien regada.

Rodearla de marrón glasé, para adornarla.

* Crema Chantilly

Batir la nata con el azúcar y el azucar vainillado hasta que quede espesa y firme.

                                                        
Incorporar el marrón glacé picado.



Enfríar en nevera.

                                                                               

                                                                         

jueves, 13 de diciembre de 2012

Cinco días en la isla de Gran Canaria. Primer día. Llegada a la isla

                                                              
El verano pasado seguimos nuestro proyecto de visita a cada una de las Islas Canarias, tocándole el turno este año a Gran Canaria.

Hicimos el viaje de la península a la isla a finales del mes de julio, antes de ir a pasar el resto del verano, como de costumbre, a Tenerife, y allí estuvimos cinco excelentes días.

Llegamos a buena hora al aeropuerto de Gando, único aeropuerto de la isla, que estaba en obras, por lo que nos resulto algo complicado encontrar la plaza donde estaba el coche que habíamos alquilado al llegar.

Después de perdernos y preguntar varias veces, encontramos finalmente al coche.

Teníamos que llegar al Parador de Turismo en la Cruz de Tejeda, en el centro y casi en lo mas alto de la isla.

La salida de la capital es fácil, pues hay una autovía. Hay que ir fijándose en los carteles, ya que las carreteras se cruzan y entrecruzan, de manera que es muy posible despistarse.

Bien, eso dura hasta Tafira, mas o menos, luego, para subir a lo alto hay una sola carretera, que se va haciendo mas y mas empinada y con curvas y mas curvas, que parecen no tener fin.

Mientras, el sol poniente nos daba en los ojos, circunstancia que molestaba mucho, y resultaba peligrosa para el conductor.

La geografía de la isla es enormemente escarpada, y se va complicando conforme se sube.

Finalmente llegamos a nuestro destino, la Cruz de Tejeda donde está el Parador, a 1.560 m de altura, en el centro geográfico de la isla .

El Parador, inaugurado en 1.937, ha tenido varias etapas, pues estuvo cerrado durante mas de veinticinco años, siendo  puesto en servicio de nuevo, después de convenientemente restaurado, hace menos de tres años.

                                                               
 Su nombre viene de la enorme cruz de piedra situada delante de la entrada al hotel, replica de la que hubo allí, desde tiempos antiguos, para señalar los diversos caminos que confluían en el centro de Gran Canaria.

Una vez instalados en una estupenda habitación del edificio nuevo, pudimos contemplar las espectaculares panorámicas. Simas, barrancos, roques y acantilados se ofrecen  a la vista; es lo que Miguel de Unamuno describió  como "tempestad petrificada", que es la Caldera de Tejeda, labrada, a lo largo de millones de años, por las aguas e inundada de lavas volcánicas. En este impresionante paisaje destacan los "roques", que taponan los cráteres, el Roque Nublo, símbolo oficial de Gran Canaria, el Roque del Fraile, y el Roque Bentayga , todo lo cual estaba a nuestra vista, desde la terraza de la habitación.

                                                                               
El panorama llega hasta el mar, y mas allá, pues también podíamos contemplar la isla vecina de Tenerife y el grandioso Teide, que la preside. Hay varios lugares del Parador donde se ve con mayor perspectiva, pero, esa primera vista era emocionante; verlo tan lejos y tan cerca.

Después de recorrer las instalaciones, y de observar el silencio y tranquilidad del lugar, rodeado de toda esa vorágine geológica, y de algunos pinares, no pudimos quedarnos en la terraza del bar, pues a esa altura el aire es frío; pasamos al comedor, con preciosas vistas, donde, contemplando el maravilloso atardecer cenamos muy bien.

                                                                     
Hablemos un poco de la isla que habíamos empezado a conocer .

Gran Canaria es la segunda en extensión y en población de las siete Islas Canarias, con unos 900.000 habitantes.

Citada desde la antigüedad por el historiador romano Plinio, que se refiere a las expediciones de exploración ordenadas por el rey Juba II de Mauritania, donde aparece con el nombre de Canaria, va asociada a las Islas Afortunadas o Canarias, llamadas así por la abundancia de grandes perros o canes que había en ellas. 

La siguiente cita , ya como Gran Canaria, aparece en la primera crónica de la conquista de Canarias, "Le Canarien", diario de campaña de los mercenarios franceses, Jean de Bethencout y Gadifer de la Salle, enviados y financiados por el rey Enrique III de Castilla, en el año 1.402, para conquistar y evangelizar las Islas Canarias.

El adjetivo Gran, para acompañar el nombre de Canaria, fue hecho oficial, mas tarde, por disposición de la reina Isabel la Cátolica.

La conquista de la isla y su incorporación a España fue un proceso que duro desde 1.478 a 1.485.

                                                              
La resistencia aborigen y las divisiones entre los conquistadores, alargaron la conquista, que fue llevada a cabo por Juan Rejón, capitán nombrado por los Reyes Cátolicos, en un primer periodo, al que sucedió Pedro de Vera;

                                                           
 tuvo también un papel destacado Alonso Fernández de Lugo, que posteriormente sería el conquistador de La Palma y Tenerife, y Adelantado de Canarias, al capturar al ultimo nativo resistente, el rey de Gáldar. 

La conquista culmino el día 29 de abril de 1.483, aunque siguió habiendo escaramuzas con los nativos dos años mas.

A partir de ese momento crece el tejido político social y económico de la isla, con la creación de varias instituciones como el Obispado y la Real Audiencia de Canarias entre otras, y con el gran desarrollo del comercio hacia Europa y América.

Tras la conquista, durante el s. XVI se produjeron numerosos ataques piratas, entre los cuales destaca el del corsario inglés Francis Drake, cuyo intento de invasión fue rechazado por el comandante Pamochamoso, que con sus hombres a pie de playa, en número muy inferior a los de la flota inglesa, logro rechazarlo.

También fue importante y sumamente destructivo el ataque del almirante holandés Van Der Goes, que con una importante flota y tras una gran resistencia logro hacerse con los fuertes de la capital.

 Pero, nuevamente el comandante Pamochamoso, consiguió derrotar a los invasores, cuando Van der Goes se adentro en el interior de la isla, persiguiendo a los defensores.

Al retirarse, después de la derrota, los holandeses arrasaron todo lo que encontraron a su paso, convirtiendo la capital en una gran hoguera.

La isla sufrió otras catástrofes como pestes, sequías y hambrunas durante los s.s. XVII, XVIII. A mediados del s. XIX,  la situación mejoraría, con la instauración de los puertos francos, un régimen especial económico creado para favorecer el comercio marítimo de las islas. Con las exenciones fiscales y el libre comercio, diversas compañías navieras extranjeras se instalan en la isla.

Esta actividad comercial  producirá, también, un incipiente turismo, popularizandose entre los europeos como lugar ideal de descanso y turismo. Se crean los primeros hoteles, como el Hotel Santa Catalina, de Las Palmas, inaugurado en 1.890, único de aquella época todavía abierto.
                                                   

Se inicio así el turismo, que llegaría a ser la principal actividad económica de Gran Canaria, aunque no sería hasta los años 60 del s. XX, cuando el turismo se desarrollaría en toda su extensión.

El primer vuelo charter llego en la Navidad de 1.957, procedente de Suecia, con lo cual se puede considerar esta fecha la del comienzo del turismo de masas.

Gran Canaria ofrece, como en las demás islas del archipiélago, uno de los destinos principales de toda Europa, durante todo el año, por la benignidad de su clima y sus excelente oferta.

Así pues una vez tomado contacto con la isla, nos fuimos a descansar, dispuestos a visitarla los días siguientes.  

viernes, 7 de diciembre de 2012

Solomillo de ternera con cubierta de jamón y espinacas

Esta receta es  fácil, aunque no parezca tanto, queda muy rico y tiene una bonita presentación, puede servir para un día de fiesta, como los que se avecinan.

Ingredientes

                                                                             
1 solomillo ternera
sal
pimentón dulce
pimienta
2 cucharadas de mantequilla derretida
2 cebollas
2 dientes de ajo
150 g de champiñones
2 cucharadas de nata líquida
500 g de espinacas
2 rebanadas de pan
2 yemas de huevo
150 g de jamón serrano
1clara de huevo

Elaboración

Quitar la grasa y los nervios al solomillo
Condimentar la carne con sal. pimentón y pimienta

Calentar la mantequilla en una sartén.
Dorar el solomillo por todos lados, alrededor de 5 minutos.

                                                                        
Sacarlo y dejarlo enfriar.
Picar finamente las cebollas peladas, los dientes de ajo y los champiñones limpios.
Dorarlos 3 minutos en la grasa caliente.
Añadir la nata.

Colocar las espinacas, lavadas y sin tallos en un trapo de cocina y ponerlas en el microondas 5 minutos.
Remojar el pan.
Escurrirlo y desmenuzarlo.
Agregar el pan y las yemas a la masa de champiñones.

 Formar un cuadrado con las lonchas de jamón.

Disponer encima del jamón la masa de champiñones.

Cubrirlo con las espinacas.
Pasar el pincel por encima de las espinacas con la clara batida.
 Colocar encima el solomillo.
Enrollar con cuidado el jamón alrededor.


Cocer en el horno a 180ºC , con aire envolvente, durante 30 minutos.


La carne debe quedar rosada, y jugosa.
                                                                        

 Acompañar la carne con puré de patatas y guisantes con mantequilla.

Un plato de muy buena presentación y delicioso sabor.