domingo, 25 de marzo de 2012

Parque Nacional de Doñana

Hoy íbamos a conocer uno de los lugares mas interesantes de la zona de nuestra residencia: el Parque Nacional y el Parque Natural de Doñana, gran espacio natural protegido que rodea por todos lados a Matalascañas, puesto que este pueblo turístico está construido en terrenos que fueron del parque.

Era una excursión de medio día, así que aprovechamos la mañana para pasear de nuevo por el largo paseo marítimo de Matalascañas, escogiendo la otra mano que el día anterior, es decir en dirección a Cádiz. El paseo es tan largo que no llegamos al final. Tiene partes mas anchas y mejores que otras. Las construcciones también son dispares, desde apartamentos de poca altura, bien retranqueados del paseo, como bloques mas próximos al mismo, que lo afean considerablemente.

El sol lucía sin ninguna nube, y todo el cielo resplandecía con la luz propia de estas latitudes, que no he visto en ningún otro sitio.

Después de comer salimos hacia Doñana, utilizando para visitar el parque unos microbuses todoterreno, ya que la mayor parte del trayecto se realiza por la arena. Primero por la propia playa, de la que recorrimos unos seis km., después por las dunas y el parque.

El coche daba unos tremendos saltos; subía y bajaba por la arena, pero todo eso valió la pena.

Doñana, está situado en la desembocadura del río Guadalquivir, se extiende por las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, que es en la que tiene mas extensión. Creado como Parque Nacional en 1.969, está rodeado, a su vez, por el Parque Natural (pre-parque) creado en 1.989 y ampliado en 1.997, para aumentar la protección, comprendiendo en total, cerca 105.000 ha.

La mayor parte de su territorio es de origen fluvial, pero el mar también tiene protagonismo en su formación, estando influenciado por el Océano Atlántico y aunque, un poco mas lejano, por el mar Mediterraneo.

La variedad de sus ecosistemas, que veremos mas tarde, y los cambios climáticos de las estaciones, hacen que tenga una enorme biodiversidad.

Es un gran espacio natural, con una amplia extensión de marismas, donde hivernan numerosas especies de aves acuáticas, que pueden llegar a los 200.000 individuos, de mas de 300 especies.

Su nombre proviene de la duquesa doña Ana Gómez de Silva y Mendoza, esposa de don Alonso Pérez de Guzmán, VII Duque de Medina Sidonia, familia que fue propietaria de mas de la extensión de la provincia de Huelva, durante mas de 300 años.

El gran territorio fue destinado, sobre todo, a la caza, para la cual se introdujeron algunas especies no autóctonas, como el gamo, y se construyo un palacio o pabellón de caza, "Las Marismillas".

Tanto fue el uso cinegético que dio la casa de Medina-Sidonia al parque, que la primera estrofa de la Fabula de Polifemo y Galatea, que el gran poeta del Siglo de Oro Góngora, dedico al conde de Niebla, le pide que interrumpa esta actividad para escuchar sus versos.

Huésped ilustre del Coto fue el rey Felipe IV, que participo durante días, acompañado de una gran corte, en cacerías y banquetes, a cuenta del IX duque de Medina Sidonia, don Gaspar Pérez de Guzmán.

Otro huésped ilustre fue el gran pintor Francisco de Goya, invitado por la Duquesa de Alba, doña Cayetana de Silva, esposa del XV Duque de Medina Sidonia, don José Alvarez de Toledo, su mecenas. Durante su estancia compuso el Álbum de Sanlucar, una colección de dibujos, y realizo, al parecer, la maja vestida y la maja desnuda.

Mas visitantes, entre cazadores y naturalistas se interesaron por el parque, dándolo a conocer en Europa, y haciendo ver la necesidad de su conservación y estudio.

En 1.900, el XIX Duque de Medina-Sidonia, don José Alvarez de Toledo y Caro, se convirtió en el último duque propietario de Doñana, al vender la finca, que estaba en completo abandono y ruina, al industrial don Guillermo Garvey, el cual, con una excelente gestión, la doto de nuevo del esplendor que hoy conocemos.

Después de diversos avatares y dueños, fue declarada Parque Nacional en 1.969 y preservada, desde entonces, de aventuras inmobiliarias y turísticas que hubieran acabado con este espacio natural privilegiado y único en Europa.

Doñana cuenta con cinco ecosistemas diferentes.

  1. Playa
  2. Dunas
  3. Marismas
  4. Ver
  5. Bosques

Fue declarado Patrimonio de la Humanidad, por la Unesco en 1.994.

Veamos ahora, uno por uno, algo estos ecosistemas.

Una vez en el minibus todoterreno, recorrimos el primero de los ecosistemas, la playa, por la que circulamos durante unos seis km, de los treinta que tiene la playa del parque, con el brillante sol sobre el agua, por la derecha y las dunas vírgenes por la izquierda.

Todavía hay unos cuantos habitantes en el recinto del parque. Gente que vivía allí antes de ser declarado espacio protegido. Muchos se han ido marchando, a lo largo de los años, pero todavía quedan alrededor de media docena de familias. Tuvimos ocasión de ver alguna de sus viviendas, con aspecto de chabola, pero con antenas parabólicas y placas solares.

Pueden vivir allí todo el tiempo que deseen, pero tienen prohibido aumentar o reparar cualquier parte de la vivienda con obra de mampostería, lo cual contribuye al aspecto desastrado. Su medio de vida es el marisqueo, y en menor medida la pesca.

Pasamos cerca de otra torre defensiva, de siglos pasados, como las que hay de trecho en trecho por toda la costa, bien alta, pues no se vio afectada del derrumbe que provoco la caída de la torre de Matalascañas, durante el terremoto de Lisboa, de 1.755.

El todoterreno giro, después, para adentrarse en las dunas.

Este ecosistema es el que mas me intereso y fascino, ya que no sabia practicamente nada del sistema dunar.

Las dunas ocupan un amplio territorio en Doñana. Son acumulaciones de arena fina, generadas y regidas por el viento del suroeste, que sopla casi constantemente en el litoral de Doñana.

Cuando el viento tiene, como es el caso, una dirección dominante la duna adquiere forma de C, con la parte convexa en contra del viento, y movidas por él van avanzando, en lo que se llama Trenes de dunas, cambiando el paisaje y provocando el enterramiento de los arboles, sobre todo pinos, y matorrales, que crecen en las partes bajas y huecas que dejan las dunas, en lo que llaman corrales, y que acaban muertos. Este es uno de los fenómenos mas característicos de la zona de playa del parque.

Estas dunas se llaman moviles, en contraposición con las dunas que han quedado fijadas por arboles, generalmente pinos, que les impiden moverse, y que se llaman dunas fosiles.

Bajamos del bus en medio de las dunas, que son un gran espectáculo, por sus formas y colores.

Los corrales de pinos y matorrales estaban preciosos y... tan verdes; parece mentira que la arena pueda con ellos, tal se diría que esta viva.

Seguimos recorriendo el parque, hasta llegar a las marismas.

Aquí no tuvimos suerte pues por la larga sequía, que se ha prolongado durante todo el invierno, las marismas estaban casi secas, o al menos, aparentemente. Por lo tanto, además de que el paisaje era desolador, había pocas aves acuáticas a la vista, algunos patos, en algunos pequeños charcos y algunos flamencos a lo lejos.

Estas son ejemplo de lo que hay en las marismas, cuando están llenas de agua.

Atravesamos también varios bosques de pinos. En un claro de uno de ellos está el pabellón, llamado palacio de Las Marismillas,

que no es particularmente bonito. El otro palacio, el Acebrón, que no vimos, está en la zona del parque que no se visita, dedicada al estudio y conservación de este espacio natural.

Mientras transitábamos por los bosques y prados vimos algunos ejemplares de la fauna del parque, sobre todo gamos y algún ciervo y jabalí.

Tampoco tuvimos suerte con uno de los animales emblemáticos del parque: el lince ibérico. Este precioso felino autóctono, especie protegida por hallarse en peligro de extinción, es difícil de ver, según nos dijo el guía, y eso fue lo que paso, no lo vimos.

Para que se vea la belleza de este felino, pongo estas fotos que por supuesto, no son mías. ¿A que parece como si se hubiera maquillado para una fiesta de disfraces?

Tampoco nos fue dado ver al otro "habitante" emblemático de Doñana, todavía mas difícil de avistar que el lince: al águila imperial.

Hay también en el parque una cierta cantidad de animales domésticos, sobre todo caballos y vacas, que pastan allí a sus anchas, en una casi libertad. Digo casi, pues tienen dueño, que los controla.


En el Parque hay también una gran variedad en la flora, dada su gran biodiversidad. Muchas de ellas no son autóctonas, como p. e. los pinos. El pino piñonero, especie muy abundante en el parque, fue traído aquí para fijar el suelo, en el s. XIX y es hoy día un elemento importante del paisaje. Como especies autóctonas estaban las sabinas y el enebro, que hoy día son pequeños matorrales minoritarios.

Hay bastantes eucaliptos, que están siendo eliminados, y adelfas, destinadas, también, a desaparecer. Nos contaron que las adelfas fueron plantadas, como planta decorativa, por los duques de Medina- Sidonia, para conseguir arbustos con flores, en las ocasiones en que venían a cazar los reyes y su corte.

Por el bosque hay señalados unos senderos, que son utilizados una vez al año, por las Hermandades de la Virgen del Rocío, que vienen de Cádiz y de Sevilla, atravesándolo, para asistir a la Romería del Rocío, en la que se concentran en la Aldea del Rocío, en el municipio de Almonte, mas de un millón de personas, durante la celebración, cincuenta días después de la Pascua de Resurrección, el día de Pentecostés. Por esos senderos transitan las carretas cargadas de romeros, ataviados con trajes regionales, y también gran cantidad de gente a caballo, en carreta y andando.
                                                       

Gran fiesta tradicional y popular, que no deja de ser un atentado ecológico, por los destrozos que supone para el parque y la gran cantidad de basura que se acumula esos días.

Por último llegamos hasta el final del parque en la ribera del río Guadalquivir. Enfrente teníamos la provincia de Cádiz. Se podía ver la gran anchura del río y Sanlucar de Barrameda.

En esta parte se encuentra el Poblado de La Plancha, construido como se cree que fue en tiempos de los últimos pobladores antiguos de Doñana "gentes arcaicas, dotadas de inmemorial sabiduría para dominar la naturaleza", como las describe el escritor Caballero Bonald.

El poblado de chozas, se halla en un bosquecillo de pinos que han tomado formas curiosas debido al viento de la zona.

Volvimos a Matalascañas por la playa, en una carrera fantástica del todoterreno, que parecía, no un vehículo terrestre, sino acuático pues iba dentro de la ola de la orilla, de tal manera que el agua salpicaba con frecuencia en el parabrisas.

Nuestra ultima parada fue en el centro de Interpretación del Acebuche, que esta muy bien montado, pero que no nos fue de demasiada información.

Con el paseo por el interior del parque habíamos quedado mejor informados que de cualquier otra manera.

lunes, 19 de marzo de 2012

Patatas rellenas

La patata es, como todos sabemos, un tubérculo comestible, originario de América del Sur, domesticada por los habitantes del Altiplano, hace 7.000 años, y traída a Europa después del Descubrimiento de América, por los españoles.

Hoy día es la base de la alimentación de millones de personas en todo el mundo y una verdadera delicia culinaria que se puede preparar de muchisímas maneras.

Aquí va una receta de papas rellenas de carne. Espero que os guste

Ingredientes



  • 6 patatas, que sean de tamaño similar
  • 200 g de carne picada
  • 50 g de tocino
  • pan rallado
  • 5 cucharadas de aceite de oliva
  • 1 vaso de vino de vino blanco
  • 2 cucharadas de harina
  • 2 cebollas pequeñas,
  • 1 huevo
  • 1 diente de ajo
  • 1 ramita de perejil
  • 1 limón
  • sal
  • pimienta
Elaboración

Escoger seis patatas grandes y alargadas.
Pelar las patatas.
Cortarlas en dos mitades.
Vaciarlas, dejando la pared de poco mas de 1/2 cm.

Picar la carne con el tocino y 1 cebolla, pan rallado, la yema del huevo, sal, pimienta, perejil y el zumo de 1/2 limón.

Amasar todo esto.
Hacer doce bolas, con las que se rellena cada una de las mitades de patata.

Untar la parte rellena con la clara del huevo, batida ligeramente.
Pasar por harina y freír en aceite bien caliente.

Freír la otra cebolla picada, junto con el ajo picado, en el aceite sobrante.
Añadir una cucharada de harina.
Desleir con un dl de agua y el vaso de vino.
Llevar a ebullición.
Colocar las patatas en una cazuela.
Echar la salsa de cebolla y ajo por encima.

Cocer lentamente 20 minutos.
Añadir agua si se ve que es necesario, ya que debe quedar jugoso.

Puede ser un primer plato, o un segundo precedido de una buena ensalada.

martes, 13 de marzo de 2012

Matalascañas y Huelva


Al día siguiente teníamos la mañana libre para pasear por Matalascañas.

El tiempo era esplendido aunque frío; una luz imponente iluminaba el cielo totalmente despejado, no en vano se llama Costa de La Luz esta parte del país. Creo que no he visto ninguna otra luz, digamos, a pesar de la reiteración, mas luminosa.

Al llegar al paseo marítimo, que es larguísimo,

cogimos la derecha, que lleva, a lo que podríamos llamar el centro comercial de la urbanización, ya que en ella hay algunos comercios, algunos bares y el Museo Dunar.

La playa de fina arena blanca, es como toda la costa suroccidental, una interminable playa de 150 o mas km, que se extiende también a la vecina provincia de Cádiz por un lado y a Portugal, por el otro.

Vimos la torre caída, icono de la zona,

el faro, que se yergue como una flecha;

el sendero para pasear por las dunas fósiles, y el pequeño centro comercial.

Por la tarde teníamos proyectada una visita a Huelva, la capital de la provincia.

Salimos de buena hora después de comer, hay que aprovechar las horas de luz, que en esta época acaban hacia las siete, aunque en la zona occidental, en la que nos encontrábamos duran un poco mas, ya que los días van creciendo, un poco cada día.

Todas las ciudades tienen interés y encantos, como así es con Huelva, pero no se puede decir que sea de los lugares mas bonitos de Andalucía, excepto, quizás, por su extraordinaria ubicación en la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel que forman una extensa marisma, que tuvo que ser bellísima. Hoy día está bastante estropeada, desde el punto de vista paisajístico, por urbanizaciones de bloques de pisos, instalaciones industriales y marítimas... y aun así luce esplendida.

Huelva, Onoba para sus fundadores, los cartagineses, se encuentra en la comarca llamada "Tierra Llana"; tiene alrededor de 150.000 habitantes.

El territorio que hoy día ocupa Huelva, ha sido cruce de culturas, habiendose hallado restos de hace mas de 3.000 años, que sitúan a Huelva como el poblamiento mas antiguo de la Península Ibérica.

Sin embargo es hacia el año 1.000 a.C. cuando se data la fundación de Onoba por los cartagineses. Allí se sucedieron posteriormente, griegos, romanos, visigodos y musulmanes, hasta ser reconquistada definitivamente para los cristianos, por el rey Alfonso X, el Sabio, en 1.262.

A partir de esta fecha sera gobernada por diversos nobles, hasta llegar, por dote matrimonial de María de la Cerda, de la Casa de Medinaceli, a la casa de Medina-Sidonia; después de una disputa por la propiedad, entre las dos casas nobiliarias, por haber muerto sin descendencia los anteriores, que duro varios siglos, Fernando el Católico, resolvió el conflicto haciendo pagar 10.000 maravedies por los duques de Medina Sidonia, a los de la casa de Medinaceli.

Huelva permanecio bajo el señorío de la Casa de Medina Sidonia desde 1.509 hasta la desaparición del régimen señorial, en 1.812.

En los últimos años del s. XV, Huelva sera, a la vez, testigo y agente de un hecho transcendental para la historia de la Humanidad: el Descubrimiento de América.

Con la llegada de Colón a La Rabida, ya con el encargo y financiación de su proyecto por parte de los Reyes Católicos, Huelva aporto gran numero de marineros. De Palos de Moguer, hoy día Palos de la Frontera partieron las tres carabelas, la Santa María, la Pinta y la Niña, que llegarían a América, el 12 de octubre de 1.492.

Mas tarde, varios onubenses participaron en el descubrimiento y conquista de nuevos territorios, como la isla Trinidad, por Alonso Pérez Nizardo, o Juan Alvarez "El manquillo de Huelva", que participo en la conquista de Méjico, además de haber dado, también, varios ilustres navegantes.

Marginada del tráfico comercial con América en beneficio de Cádiz y Sevilla la ciudad sigue desarrollándose, hasta que a finales del s. XVI, sufre un parón demográfico debido a causas diversas, entre las cuales hay que citar la gran emigración a América, los continuos ataques de los piratas berberiscos, que asolaban las costas atlánticas y mediterraneas y las epidemias de peste.

Cuando se había iniciado una recuperación a finales del s. XVII y principios del XVIII, el terrible terremoto de Lisboa, de 1.755, provoco estragos en todo el suroccidente de la península, sintiéndose, principalmente, en la provincia de Huelva. La fisonomía de la ciudad cambio, destruyéndose gran parte del patrimonio histórico, que desapareció, quedando otros edificios seriamente dañados.

Con la nueva división administrativa, tras la abolición del régimen señorial, pasa a ser capital de la provincia en 1.833.

En 1.873 se produce otro de los acontecimientos importantes en la provincia, como es la venta por el Estado español de las minas de Río Tinto a la compañía inglesa Río Tinto Company Limited, con lo cual la ciudad se convierte en un pequeño enclave ingles.

La ciudad cambia, enormemente, con la llegada de esta y otras compañías mineras que construyen el ferrocarril y los muelles de salida del mineral, y con los trabajadores de las mismas, tanto ingleses, como mano de obra necesaria local,  que se desplaza desde toda la provincia para trabajar en las minas.

De pequeña villa marinera, pasa a tener lujosas construciones como la Casa de Colón, el barrio ingles de Reina Victoria o Barrio Obrero, la plaza del Velódromo, la estación del tren, los nuevos muelles o las cocheras de los muelles, obras todas promovidas por los ingleses y sus necesidades, en cuanto a viviendas y transporte para el producto de las minas.

En la actualidad es una dinámica urbe, que ha conseguido gran desarrollo de los servicios que presta a sus habitantes, entre los cuales se encuentra la Universidad, segregada de la de Sevilla en 1.993, y dispersa por la ciudad y alrededores en tres campus diferentes, además de la sección situada en La Rábida, cuyos servicios centrales están en el edificio que fue convento de la Merced y posteriormente hospital.

No se si la dispersión de centros universitarios por todas las provincias andaluzas y también dentro de la misma ciudad, es una buena medida, pero esta "ordenación" de la vida universitaria es la que han elegido las autoridades políticas en Andalucía, y en otras muchas partes de España.

Salimos de Matalascañas, pues, hacia Huelva, a donde se tarda alrededor de una hora por carretera, atravesando los pinares que rodean el pueblo; pasamos delante de Mazagón, otra ciudad turística de la zona, de conformación parecida a Matalascañas, para llegar, en primer lugar, al polo industrial, enorme espacio ocupado por las empresas de transformación del petróleo, con su chimeneas, que no solo echan humo, sino fuego; enormes depósitos de la materia prima, fabricas de abonos etc.

La instalación del Polo de Promoción Industrial, fue establecida en 1.964, aprovechando la enorme producción minera de la zona y el alto grado de subdesarrollo y desempleo de la región, además de la cercanía del mar, por cuyos muelles llegan las materias primas y salen los productos.

El Polo industrial cambio la geografía, la población y la política, en muchos aspectos, y ha acabado abarcando diferentes espacios de la zona, con mas de 1.500 ha.

En suma, desarrollo por un lado y problemas ambientales y sanitarios, por otro.

Ya se veía el comienzo de la marisma de los ríos Tinto y Odiel, hoy completamente desertada por las aves, que sin duda paraban en ella en otros tiempos.

A la entrada a la ciudad recibe al visitante el Monumento a la Fe Decubridora, en la Punta del Sebo, lugar de la confluencia de los ríos Tinto y Odiel, a unos dos km de la ciudad, colocada allí antes de la creación del polo industrial, cuando era una playa, ya que la gran estatua, commemorativa del Decubrimiento de América, fue colocada en 1.929.

La escultura realizada por la artista estadounidense Gertrude Vanderbilt Whitney, fue una donación de la Fundación Columbus Memorial, realizado con piedra traída de la localidad onubense de Niebla. Representa a un fraile franciscano del Monasterio de la Rábida, debido al gran papel que esta orden y el monasterio tuvieron en el Decubrimiento y evangelización de América.

El monumento de estilo cubista es impresionante y supone una de las señas de identidad de la ciudad. Pero tengo que decir que no dejó de sorprenderme la interpretación de la escultora de un fraile franciscano, puesto que parece un guerrero, y lleva las piernas al aire.

Llegados a la ciudad, después de un paseo en autobús por el centro, pudimos ver la Catedral, aunque solamente por fuera.

La Catedral, iglesia parroquial de la Merced, fue elegida entre las iglesias de Huelva como sede catedralicia, cuando la ciudad fue elevada a diócesis en 1.953.

El antiguo Convento de la Merced, hoy día sede de la Universidad de Huelva, adyacente a la catedral, fue fundado por el VII duque de Medina Sidonia, Alfonso Pérez de Guzmán, en 1.605.

El Convento, y la iglesia sufrieron diversas catástrofes, como el terremoto de Lisboa de 1.755, la invasión napoleónica de 1.811, que asolo la región, como otras muchas partes de España, y la Desamortización de Mendizabal, de 1.835, por lo que su aspecto actual difiere, del que, sin duda, tuvo en principio,

También vimos el barrio Reina Victoria, con sus casas de estilo inglés, mientras nos iban explicando, sucintamente, la historia de la ciudad.

Fuimos directamente al Santuario de Nuestra Señora de la Cinta, patrona de Huelva, la "Virgen Chiquita", como la llaman los onuebenses cariñosamente, levantado en una elevación o cabezo, denominado El Conquero, donde probablemente hubo otros establecimientos religiosos mas antiguos.

La ermita fue visitada por Cristóbal Colón antes y después de su viaje, para pedir y agradecer a la Virgen de la Cinta, su protección.

Precedido de un patio, creado en 1.901 por un obispo, del cual lleva el nombre, "Patio Obispo González Moralejo", se encuentra el edificio principal de estilo gótico-mudéjar, del s. XV, aunque con numerosas tranformaciones y reformas, la última de las cuales data de 1.956.

En el interior destacan la serie de azulejos realizados en 1.920 por Zuloaga, que relatan escenas de la visita de Colón al Santuario.

La imagen de la Virgen con el niño, tabla del s. XVIII, preside el altar; las vidrieras relatan, en imagenes los milagros de la Virgen de la Cinta, a la que veneran los onubenses.

A la derecha del Santuario, se encuentran diversos edificios religiosos.

En el centro se encuentra la Plaza de los Capellanes, con una rosa de los vientos en el medio, una pequeña escultura de la Virgen, y un mirador a la ría de Huelva, con bonito paisaje, que ya está siendo abordado por los nuevos barrios.

Tras un buen rato empleando en recorrer la ermita y sus alrededores, bajamos al centro de la ciudad, donde, delante de otro de los inmuebles edificados en tiempos de los ingleses de la compañía minera, la Casa de Colón, nos dejo el bus y también la guía, que nos dio un buen rato para conocer lo que pudiéramos del resto de la ciudad.

Así que nos pusimos a andar por una calle peatonal con palmeras a ambos lados, en la cual se encuentra el Ayuntamiento, que data de 1.949. Anteriormente se utilizaban diferentes casas y palacios de la ciudad para albergar los servicios municipales.

El Palacio Municipal, en la Plaza de la Constitución, proyectado por los arquitectos F. Serrano y M. Gaya, ejecutado por Alejandro Herrero, es de estilo neoherreriano y recuerda algunos edificios de Madrid.

Siguiendo la calle llegamos a uno de los puntos neurálgicos de Huelva, la Plaza de las Monjas, llamada así por encontrase en ella el antiguo convento de las Agustinas, del s. XVI, en el que destacan su bella cúpula y el gran conjunto.

La Plaza es muy bonita, precedida por la estatua de Cristóbal Colon,

a la que sigue un gran fuente redonda, con un entorno en que está incluido un quiosco de música, el hotel París, de 1.907, uno de los primeros hoteles fundados en la ciudad, y muchas palmeras.

En este lugar estuvieron las caballerizas del Palacio de los duques de Medina Sidonia. El lugar se consolido como espacio público en el s. XVIII, celebrándose en él diversos espectáculos como corridas de toros, y otros.

En 1.907 se hizo su remodelación, para uso publico. Después de diversos usos y tranformaciones, a lo largo de los años, en 2.011, se completo su actual diseño, añadiéndose, entonces, el Monumento a Colón.

Seguimos andando hasta dar con una de las iglesias mas bonitas de Huelva, la Parroquia Mayor de San Pedro Apóstol, considerada la iglesia mas antigua de la ciudad.

A lo largo de su dilatada historia ha resistido derrumbes temporales e incluso el terremoto de Lisboa de 1.755, que la dejo seriamente dañada, pero hoy día luce como un pequeña joya. No pudimos entrar pues estaba cerrada a cal y canto, pero creo que tiene algunos tesoros en pintura y escultura.

Recorrimos todo el centro, que es peatonal, muy tranquilo y agradable, con parada para tomar un café, para acabar visitando la Casa Colón.

Este emblemático edificio de Huelva, construido entre 1.883 y 1.885, surgió como un hotel de lujo destinado a albergar, principalmente, a los dirigentes, sobre todo ingleses, de la compañía
Minas de Río Tinto.

Al lado surgieron también el Hospital inglés, hoy desaparecido, y el Barrio Reina Victoria,

conjunto de viviendas unifamiliares, destinadas, también, a los miembros de la Compañía Minera; todo conformaba un extenso sector de la ciudad de claro sabor británico, que las actuales autoridades han decidido mantener.

La Casa Colón, como hotel de lujo, disponía de agua corriente, de la que la ciudad carecía, y habitaciones con retrete propio, lo que hoy en día es obligado, pero no en aquel entonces.

El complejo lo forman en total cuatro edificios con un jardín central cuadrado, que tiene una preciosa fuente, además de magníficos arboles.

En él se celebro el IV Centenario del Descubrimiento de América en 1.892. Después de diversos avatares desde 1.986 es propiedad municipal.

En 1.992, con motivo del V Centenario del Descubrimiento de América, se restauro y se construyo en el edificio del ala norte, que había caído por ruina, un nuevo edificio, que es palacio de congresos.

Menos mal que esta parte solo es visible por detrás, porque es de arquitectura moderna, que choca bastante con el resto del edificio.

Además del palacio de congresos, también tienen su sede en él, el Archivo Municipal, y el Festival Iberoamericano de Huelva.

 En su ya dilatada historia Huelva ha sido escenario de acontecimientos como la fundación, en 1.889, del primer club de fútbol del país, llamado entonces por sus promotores, los ingleses de la Compañía Minas de Río Tinto, Huelva Recreation Club, nombre que se ha conservado como Recreativo de Huelva, decano del fútbol español, que hoy día tiene un bonito estadio, en las afueras de la ciudad, el Nuevo Colombino, inaugurado en 2.001.


Por el jardín de la Casa Colón paseamos, mientras esperábamos al bus.

Nuestro paseo por Huelva había concluido.

Al pasar por la ría vimos el muelle de descarga del mineral, que construyeron los ingleses. El diseño, puntero en el s. XIX, consistía en una serie pilotes de fundición, sobre los que se asentaba la estructura del muelle y de la diversa maquinaria de carga y descarga de los vagones, con una longitud de 900 m. La parte final, en curva a la derecha, se bifurcaba en diferentes muelles.

Hoy día ofrece un curioso espectáculo, muy interesante sobre las construcciones funcionales del s. XIX, y recuerda las estructuras metálicas, como la Torre Eiffel de París

Al salir por el mismo lugar por el que habíamos entrado vimos la estatua del franciscano, con las piernas al aire, que destacaba sobre el sol poniente, al que dijimos hasta la vista.

miércoles, 7 de marzo de 2012

Torrijas de brioche

La torrija es un dulce típico de la Cuaresma en cuyas fechas nos encontramos, y de la Semana Santa, en España.

Es tan antigua que ya se encuentra citada en el s. XV, por Juan del Encina, aunque las primeras recetas están en el Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras, de 1.607.

Aquí va una sencilla receta de como hacerlas, con el pan indicado o cualquier otro.

Ingredientes para 4 personas


  • 8 rebanadas de pan brioche
  • 1 l de leche
  • 1 corteza de limón
  • 150 g de azúcar
  • 2 huevos
  • Canela en rama
  • Aceite
  • Azúcar y canela en polvo

Elaboración

Calentar la leche con la corteza de limón, la rama de canela y el azúcar.
Dejar enfriar.
Colar
Empapar el pan en la leche.

Escurrir un poco las rebanadas.
Pasarlas por huevo batido.
Freír en abundante aceite bien caliente hasta dorar por ambos lados.

Escurrir sobre papel absorbente.
Pasar por una mezcla de azúcar y canela en polvo.

Si se desea, una vez fritas las rebanadas pasarlas por almibar, para que queden mas jugosas.

Un postre delicioso