sábado, 15 de marzo de 2014

6º día. Molinos, queso y agua; paseando por Holanda



 Nuestra excursión para hoy era muy variada.

Empezamos por el Museo de Molinos en el Kalverringdijk, en el pueblo de Zaanse Schans, a unos 10 km de Amsterdam, al aire libre.

El día era esplendido, sobre todo considerando el clima de esta parte de Europa; el paisaje, hasta llegar allí, tan verde y relajante como en toda Holanda, y los molinos muy interesantes.

El pueblo de Zaanse, es mas bien un barrio de la ciudad de Zaandam, atravesada por el río Zaan, que le da nombre, cerca del Canal del Mar del Norte.

Zaandam, que tuvo carta de ciudad desde 1.811 está vinculada a la primera Revolución industrial en los Países Bajos y también a la caza de ballenas.

El futuro zar de Rusia Pedro I (1.672.1.725), mientras recorría varios países de Europa, paso un tiempo en Zaandam, trabajando como carpintero y estudiando la construcción de barcos, en lo cual estaba muy interesado, conocimientos que empleo al volver a Rusia, para empezar la construcción de la futura Armada rusa.

Y es en Zaanse Schans donde se ha instalado un museo de molinos de viento, que fueron parte importante del desarrollo del país en la era pre-industrial, como ayuda a los aserraderos de la madera para construir barcos, para la construcción de polders y para la molienda de cereales y semillas productoras de aceites.

Al llegar el desarrollo industrial los molinos perdieron su función y quedaron sin uso, siendo reemplazados por fabricas y factorías, que necesitaron de la construcción de viviendas para los obreros y demás personal que trabajaba en ellas

Ante la destrucción o deterioro de los molinos, con peligro de desaparición, se decidió agruparlos en este lugar; para los molinos que necesitaban de restauración, pero que se encontraban en relativo buen estado, se fueron utilizando piezas de recambio de otros molinos que estaban mas estropeados, y así se fue creando este gran museo.

                                                                 
Cerca del lago que rodean los molinos, y con la misma idea de conservación, se ha hecho un pequeño pueblo con casitas antiguas, que también corrían el peligro de desaparecer. Casi todas están pintadas de verde y rodeadas de jardincillos bien cuidados. Las mas grandes y mas adornadas están dedicadas a oficinas o algún pequeño museo.

 Es un paseo encantador, sobre todo si se deja atrás, como hicimos nosotros, una enorme fabrica en activo.
                                                                   




                                                                                 

Los molinos rodean el  lago.

                                                                                                      
Entramos en uno de ellos, el molino de aceite  De Zoeker, cuya primera construcción data de 1.676. Después de numerosos avatares, cambios de uso y hasta una tormenta, con grave peligro para su desaparición, desde 1.968 ocupa su actual emplazamiento y está nuevamente en activo, de manera que pudimos ver su funcionamiento para la obtención de aceite de cacahuete.


La visita al interior de este molino fue interesante; dos enormes muelas de 5.000 k de peso entre las dos, están colocadas en un andamiaje que impulsa la fuerza mecánica del molino.
                                                           

 Las muelas dan vueltas sobre una piedra plana, que descansa sobre una base del molino. De tanto en tanto el molinero echa una capa, en este caso de cacahuetes, sin la cascara, pero sin pelar, que las gigantescas muelas aplastan; una vez convertidos los frutos secos en harina, se sigue un procedimiento que sería largo de describir, hasta conseguir el aceite, que sale en pequeña cantidad para la gran masa de cacahuetes utilizada.

Dejamos atrás los molinos, recorrimos unos cuantos km contemplando de nuevo el plano paisaje holandés, con sus polders, canales, diques, vacas de diferentes razas, todas esplendidas, hasta llegar a una fabrica de quesos, Jacob´s Hoeve, empresa que tiene otros tres establecimientos en la comarca.

Esta quesería está situada en el polder junto al canal de Katwoude, cerca de Volendam, que iba a ser nuestra siguiente parada.
                                                                       

Al llegar al establecimiento se nos ofreció una explicación de la fabricación del queso, por una señora vestida con el traje típico de Volendam, el mismo que vestía el resto del personal de la quesería.

Además de los conocidos quesos Edam y Gouda, también fabrican quesos de oveja y cabra, y variedades de quesos con hierbas, como comino, pimienta, fenogreco y pimienta de chile.

Tras la demostración fuimos invitados a pasar a la tienda donde se venden todas las variedades de los quesos allí elaborados, y se nos ofreció una amplia degustación de todas las variedades . Amables señoritas que, por cierto, hablaban con fluidez español, nos atendieron y vendieron, a casi toda la expedición, una buena cantidad de quesos, y algunos instrumentos, como utensilios para cortar el mismo y otros. Era casi imposible resistirse a comprar...
                                                                           

Seguimos, a continuación hasta Volendam, a unos veinte km de Amsterdam, pequeña ciudad  portuaria de unos 22.000 habitantes, muy visitada por su puerto y su casco antiguo.
                                                                       

Volendam es un antiguo pueblo de pescadores, situado en la desembocadura del río Ijseel, a orillas del  Ijseelmeer, gran lago artificial en el centro del país, en el antiguo Zuider Zee (Mar del Norte), una bahía poco profunda del Mar del Norte.

El lago fue creado en 1.932, cuando el Zuider Zee se cerro con el Afsluitdijk (dique de cierre), largo dique de 32 km de longitud por 90 de anchura, por la que circula una autopista de dos carriles y un carril para bicicletas, que ya he citado mas arriba.
                                                                           

El Ijseelmeer es una gran reserva de agua dulce, que sirve  para la agricultura y para el consumo humano.

No puede uno dejar de asombrarse ante las enormes obras hidráulicas, que se han realizado en este país; se puede decir que los holandeses tienen poca tierra, pero mucha cabeza.

Originariamente Volendam fue un pequeño puerto de pescadores de la cercana ciudad de Edam. Cuando en el s. XIV los habitantes de Edam construyeron un dique para hacer un  canal mas corto hacia el Zuider Zee y un nuevo puerto, pues el antiguo había quedado cegado, algunos agricultores y pescadores se establecieron allí, formando la nueva comunidad de Volendam, que quiere decir -presa rellenada-.

                                                                               
Hoy día no hay actividad pesquera, pues el lugar vive del turismo, que le proporciona muchos mas ingresos que su antiguo oficio.
                                                                               
                                                                           
Paseamos, pues, por su casco antiguo, muy pintoresco con sus casas de madera, sus canales, su iglesia también con mucho sabor, hasta llegar a la calle principal con varias tiendas donde se ofrecen especialidades regionales y todos los cachivaches que pueden apetecer los visitantes.
                                                               
                                                                         
En el  puerto, que está al lado, ya se puede apreciar lo grande que es el lago. Desde allí salen barcos que pasean a los turistas, lago adentro.

El puerto estaba muy animado, con multitud de gentes que paseaban, pedaleaban en su bicicleta o bien, como hicimos nosotros, se tomaban una cerveza disfrutando del buen tiempo, de las vistas y de la animación.

                                                                   
Como nos habían dado, podíamos decir, demasiado tiempo libre, tras acabar la cerveza seguimos explorando los alrededores dando un largo paseo, que podríamos llamar marítimo, aunque aquello ya no es mar sino un lago, bordeado de bonitas casas.

Nos preguntábamos que seria aquella gran extensión de agua, pues tampoco parecía un mar, hasta que preguntamos. Ahora ya tenemos la respuesta.

La última visita del día iba a ser a Marken, encantador pueblecito a orillas del mismo lago, a unos 5 km de Volendam.

Hasta 1.957 Marken era una isla, pero después de la construcción de un dique, que la une al continente, se considera una península.
                                                                           

Con esta foto de la NASA, se puede ver mejor su posición.





                                                                     
,


La historia de Marken data del s. XIII, cuando unos monjes de Frisia se asentaron en la isla.

Los habitantes de este primitivo núcleo construyeron diques alrededor de la isla, y sus casas en los lugares mas elevados, con el fin de protegerse del agua.

Desde el s. XIV hasta la construcción del Afsluitdijk, el dique de cierre del Zuider Zee, en 1.932, los habitantes de Marken se dedicaron a la pesca. Ahora la población se dedica, por entero, al turismo.

Cuando empezó a faltar terreno para construir mas casas, se comenzo la construcción de palafitos de madera, que permitían el paso del agua sin causar problemas. Cuando se construyo el gran dique fijo, los palafitos quedaron en desuso. Hoy día forman parte obligada de la visita a Marken, ya no pasa el agua por debajo, pues ese lugar se ha aprovechado para ampliar la pequeña vivienda con otra habitación, arreglar un trastero multiuso, etc.                                                                           


Marken cuenta con protección oficial, pues pertenece al patrimonio nacional holandés.

A pesar de ser y haber sido siempre un pueblo pequeño tiene dos iglesias, de dos congregaciones protestantes distintas.

Visitamos todo el pueblo, paseando por sus canales, puentes, palafitos y puerto, todo muy bonito y con cierto aroma a cuento de hadas. 




                                                                               



                                                                                 

Tras recorrer Marken volvimos a Amsterdam, donde en el restaurante del hotel nos ofrecimos una buena cena. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario