domingo, 22 de febrero de 2015

Castellón de la Plana

                                                                       

Hoy íbamos a conocer la capital de la provincia, Castellón de la Plana.

Circulamos en el mismo sentido que cuando fuimos a Segorbe, es decir hacia el sur, discurriendo entre las montañas por un lado, y el mar Mediterraneo por el otro, hasta llegar a una extensa llanura, la Plana .

Castellón de la Plana capital de la provincia del mismo nombre y de la comarca de la Plana Alta, tiene cerca 175.000 habitantes y dos núcleos diferenciados, separados por mas de cuatro km. El principal, donde están los edificios históricos y administrativos, y muchos de los servicios que ofrece la ciudad, y el otro compuesto por diez km de costa, ocupada en su mayor parte por el puerto y la refinería de petróleo, aunque también tiene tres playas, aptas para el baño.
                                                           

La ciudad se encuentra en la Plana, que en realidad es la llanura fluvial del gran delta del río Mijares y otros tres riachuelos que allí desembocan, cuyos sedimentos han fertilizado este espacio, ocupado antes por el mar.

Su termino municipal parece haber estado habitado desde, al menos, el Neolítico. Sin embargo hay pocos restos arqueológicos que confirmen un asentamiento anterior a la fundación de la ciudad en el s. XIII, siendo su núcleo original el cerro de la Magdalena, que estaba protegido por un castillo.

Tras la invasión musulmana, la población permanecido diseminada, en diversas alquerías, por toda la Plana.

Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, reconquisto estos terrenos hasta el río Mijares, que, al poco tiempo, hubo que abandonar de nuevo, a los musulmanes; de principios del s.XI datan los primeros documentos en que se nombra a Castellón, y la donación del rey Alfonso II, el Casto, de los mismos, al Obispo de Tortosa.

Hubo de pasar mas de un siglo para que la reconquista de este territorio se hiciera definitiva en 1.233, a cargo del rey Jaime I el Conquistador ; este la dono en primer lugar a dos de sus parientes, para acabar, posteriormente, pasando a la Orden de Santiago.

Aunque en un primer momento cristianos y musulmanes convivieron en paz, en 1.247 se produjo una sublevación de mozárabes, que provoco el despoblamiento de la zona durante un corto periodo, de manera que no fue hasta 1.252 cuando el rey dio el permiso correspondiente para que se fundara la ciudad, en el lugar, mas conveniente, del llano.

 Esta fecha, que se considera fue el tercer domingo de la Cuaresma de 1.252, se celebra desde entonces con una romería, origen de las actuales fiestas de la Magdalena.

En el s. XV la villa sufrió una fuerte caída demográfica, debido a diversas epidemias. Otras catástrofes de tipo político, al haberse unido al bando perdedor durante la Guerra de las Germanías contra Carlos I, le hicieron perder peso político en la región.

No fue mejor el comienzo del s. XVII, ya que, durante la Guerra de Sucesión (1.700-10) , entre el ya rey de España Felipe V de Borbón y el aspirante, el archiduque Carlos de Habsburgo, Castellón,  opto, también en esta ocasión, por el bando perdedor, lo cual no la favorecio al finalizar la contienda. Además se produjeron en este siglo varias epidemias de peste, que diezmaron la población.

En el s. XVIII se derribaron las murallas, para ampliar la villa, ya que cierto desarrollo, debido, principalmente, a la industria del cáñamo, había producido un  incremento de la población.

Durante la Guerra de la Independencia contra la invasión de Napoleón, la ciudad fue ocupada durante tres años, de 1.811 a 1.815, años de desastres, matanzas y destrucción, a cargo de las tropas francesas, acabando con la incipiente prosperidad.

En la nueva división territorial  de España, efectuada en 1.833 por Javier de Burgos, Castellón fue nombrada capital de la provincia homónima.

En las guerras carlistas, Castellón se declaro a favor de los liberales, y para defenderse del asedio del general carlista Cabrera se elevo un muralla, llamada la Muralla Liberal, por lo cual, la reina regente María Cristina de Borbón le concedió el titulo de ciudad. en 1.843. La Muralla Liberal fue conservada hasta 1.882, debido a la continuada amenaza carlista.

Nuevos desastres se produjeron durante la Guerra Civil española (1.936/39), cuando la ciudad fue incendiada y la catedral gótica volada.

Desde mediados del s. XX la ciudad ha tenido un gran desarrollo industrial, con la creación de la refinería de petróleo, la central eléctrica de ciclo combinado y el desarrollo de la industria cerámica, una de las mas avanzadas del mundo, de tal manera que su población se ha triplicado.

Los años 70 del pasado siglo, como ocurrió en otras partes de España de gran desarrollo y aumento demográfico, supusieron una especie de catástrofe urbanística; se derribaron diversos monumentos históricos, se construyo en altura y no se hizo ninguna zona verde.
                                                                         

Sin embargo cuando visitamos la ciudad nos ofreció un aspecto cuidado y agradable; verdad es que no hay monumentos históricos, pues la catedral, que debía ser el principal de ellos, como he dicho, fue reedificada, al haber sido destruida en 1.936, entre los años 40 y su finalización en 2.009.
                                                                                 

Cuando llegamos, el autobús nos dejo al lado de la enorme carpa que alberga el "mercadillo", por llamarlo como era en sus orígenes, porque que hoy día le sobra el diminutivo, ya que ocupa un gigantesco espacio, donde se vende desde toda clase de alimentos, hasta textil, ferretería, muebles, etc.

Desde allí, por una ancha avenida nos dirigimos hasta el centro de la ciudad, es decir a la Plaza Mayor, lugar donde se hallan la Concatedral de Santa María y el Ayuntamiento de la ciudad; en el centro de plaza hay una fuente, que anteriormente tenia un gran laurel, ocupando el sitio.

Antaño se celebraban en ella corridas de toros, ofrenda de flores y toda clase  de espectáculos, y todavía se celebran actualmente fiestas y otros actos lúdicos.

El edificio principal de la Plaza Mayor es la Iglesia de Santa María la Mayor; iniciada a finales del s. XIII, en estilo gótico, ha sufrido muchas vicisitudes y destrucciones a través de los siglos, la última, que la redujo a cenizas, en el incendio provocado de 1.936. Su reconstrucción comenzo en 1.939 y acabo sesenta años mas tarde, en 1.999.

El templo actual, mas grande que el original, ocupa toda una manzana, tiene planta de cruz latina, con tres naves y ábside pentagonal.

Desde 1.960, comparte, con la diócesis mas antigua de Segorbe, la condición de Catedral, de ahí su nombre de Concatedral.
                                                                                     

La torre campanario de la Catedral, llamada El Fadrí, está separada de la misma, Su construcción comenzo en 1.440; tiene 58 m de altura, cuatro cuerpos, culminados por la cámara de las campanas, que son ocho, y una estrecha escalera de caracol que permite subir a lo mas alto.
                                                                                   

Hoy día, además de su función como campanario, está considerada el símbolo de la ciudad.

En la misma Plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento. Es un bonito edificio construido entre los siglo XVII y XVIII, que ha sido algo modificado a lo largo del tiempo.

                                                                         
En la misma plaza se encuentra el Mercado Central, inaugurado en 1.949, despues de la remodelación de la Plaza Mayor efectuada un año antes, lugar de gran colorido, donde se puede encontrar lo mejor en cuestión de alimentos
                                                                       

Seguimos paseando hasta llegar a la cercana Plaza de Santa Clara, interesante plaza porticada, que debe su nombre al antiguo convento de monjas clarisas que existió en esa ubicación, demolido después de la Guerra Civil.

                                                                                 
En esta plaza rodeada de bares y tascas, se celebran los principales eventos lúdicos de la ciudad.

En el centro de la plaza, se encuentra el Monumento a la Fundación de Castellón, gran mole de piedra tallada por ambos lados, que representa la fundación de la ciudad por Jaime I de Aragón, en 1.251 y el hallazgo de la imagen de la Virgen de Lledo, patrona de Castellón, por un labrador que la encontro bajo las raices de un arbol, en 1.366.
                                                                       
                                                               
Nuestro corto paseo por el centro de Castellón, había consumido el tiempo disponible; otros monumentos y lugares interesantes nos quedaron por ver, pero teniamos que volver a nuestra base.

En el camino de vuelta pasamos por el otro núcleo de Castellón, la costa, situada a cuatro km. Me parecio una buena cosa esta separación, cerca pero no juntos los dos lugares. La costa de diez km es principalmente industrial, aunque tiene tambien algunas playas.

Atravesamos despues distintos pueblos costeros, dedicados al veraneo y al turismo, pues en ellos se han construidos barrios enteros de diversas alturas, grandes y pequeños bloques, chalets y adosados, mucho ladrillo y no bonito. Sin embargo el mar Mediterraneo ofrece un aspecto tan bello como siempre.                                      

domingo, 15 de febrero de 2015

Segorbe

                                                                             

El día amaneció lloviendo a cantaros, y así seguía cuando emprendimos la ruta para llegar a Segorbe, que íbamos a visitar.

Esta ciudad en el sur de la provincia de Castellón, está relativamente cerca del mar, así que conforme viajábamos en el bus, las nubes se fueron aplacando y empezó a clarear.

Por un lado estaba el mar y por el otro montañas y entre ellas poblaciones que se han desarrollado enormemente como localidades turísticas de sol y playa, con el aliciente de que la capital de la provincia, Castellón, está cerca y ofrece algunas distracciones mas que tostarse al sol, pisar la arena y bañarse en el mar, como Benicasim, Oropesa, Vall de Uxo, y otras cuantas.

En contraste con la fealdad de los núcleos turísticos, el campo, entre lomas y terrazas, es muy bonito, con cultivos de naranjos, olivos y hortalizas.

Finalmente llegamos a Segorbe.

Sepamos algo de esta ciudad antes de adentrarnos en ella.

Segorbe, capital de la comarca del Alto Palancia, y actualmente con cerca de 10.000 habitantes, está situada en el fertil valle que recorre el río Palancia,  que también atraviesa la ciudad, entre las Sierras de Espadan y de la Calderona.
                                                           

Debido a su situación estratégica, de paso de Aragón a Levante y al mar Mediterraneo, ha sido habitada por diversas civilizaciones desde la Prehistoria; íberos, romanos, visigodos, musulmanes, hasta la Reconquista  cristiana, se sucedieron en estas tierras, dejando cada uno muestras de su cultura, que hacen de ella una ciudad monumental.

Después de la conquista romana, de la que hay pocos vestigios, a la caída del Imperio Romano, la ocuparon los visigodos, que la convirtieron en sede episcopal; durante la época musulmana, desde 713, hasta 1.239, en que el ultimo rey moro de la Taifa de Valencia, Zayd abu Zayd, fue vasallo del rey Jaime I de Aragón y mas tarde se convirtió al cristianismo, con el nombre de Vicente
Bellvis. A su muerte dono sus derechos sobre Segorbe al obispo Gimeno, que conseguiría trasladar la sede episcopal desde Albarracin (Teruel), restaurando así la antigua diócesis visigótica.

El rey Alfonso V, el Magnánimo, creo el Señorío de Segorbe en 1.435, para el infante Enrique de Castilla, que posteriormente se convirtió en ducado en 1459, y pasaría, por alianza matrimonial, a poder de los duques de Medinaceli en el s. XVII.

En el s. XVIII Segorbe vivió un gran auge cultural y económico, que quedo truncado, como en el resto de España, por la invasión de Napoleón y los desastres de la Guerra de la Independencia.

 El s. XIX fue convulso, pues a esta guerra le sucedieron las tres guerras carlistas, y ya en el s. XX, la Guerra Civil española, todas las cuales causaron graves daños en su patrimonio monumental.

Sin embargo el s. XXI ha venido acompañado de un importante crecimiento demográfico y la transformación de la localidad en un concurrido destino turístico.

Bien, pues nuestra primera visita fue al Museo de la Catedral, que ocupa el Claustro de la misma,
                                                                           

con obras de Martín Torner y Juan de Juanes, destacando el antiguo retablo gótico de la catedral salido del taller de Vicente Macip de entre 1.525 y 1.531, así como el relieve de la Virgen de la Sapiencia, realizado en mármol de Carrara por el escultor florentino Donatello,
                                                                       
                                                                 
entre otras esculturas y pinturas, una muestra de dos importantes periodos del arte de la región, el gótico y el renacimiento
                                                                 .
El Museo de la Catedral fue creado en 1.924 por el obispo monseñor Luis Amigó Ferrer, dentro de las obras de restauración del interior de la catedral.

Posteriormente a la Guerra Civil española, que produjo numerosos daños y perdidas del patrimonio de la catedral, sucesivos obispos dedicaron sus esfuerzos a la restauración de la misma, que estaba ya reparada en 1.970.
                                                     
El museo está instalado en la galería del claustro de la Catedral y está dividido en tramos y salas.
                                                                     
                                                                             
                                                                           

Como su contenido es bastante grande nos limitamos a las salas donde están expuestos retablos, como la Sala Macip, donde se exhibe el desmontado retablo mayor gótico de la catedral, del s. XVI, obra de Vicente Maçip y de su hijo Juan de Juanes, con magnificas pinturas de la Vida de Jesús y de la Virgen, así como de otros santos.
                                                                   
                                                   
o este de la Capilla Prioral, con el maravilloso retablo de la Santa Cena, debido a Juan Reixach, pintor español el s. XV, entre bastantes mas.
                                                                             


Después de la visita al museo de la catedral con todos sus tesoros, hicimos un breve recorrido por el interior de la misma.

La Catedral de Segorbe, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, se encuentra ubicada junto a las murallas de la ciudad. En su origen, entre los s.s. XIII y XVI, fue gótica, completándose en los siglos siguientes, XV y XVI, de manera que su gran fachada occidental, del s. XVI, es renacimiento.

Sin embargo a finales del s. XVIII, se proyecto su transformación exterior e interior en estilo neoclásico, que es el que podemos ver hoy día.
                                                                       

Solo se conserva el estilo gótico en el claustro, donde se encuentra el museo catedralicio, del cual ya he hablado.
                                                                           

Pasamos, a continuación, a una de las grandes fiestas populares de Segorbe y podemos decir de España, a la visita del Centro de Interpretación de la Entrada de Toros y Caballos, donde se recrea esta fiesta de origen medieval, declarada de interés turístico internacional.
                                                     

Las primeras referencias a esta fiesta se sitúan en el s. XIV, y están en la costumbre de llevar los toros a la plaza, para su posterior lidia, desde los corrales situados en el río, a mas de un km del pueblo.

Lo excepcional del traslado, que luego se convirtió en fiesta, lo da el hecho de ayudarse de caballos para llevar a los toros y la ausencia de barreras para contener a los animales, convirtiéndose el público en el muro que impide su fuga.

Esto hace que el escaso minuto que tardan los animales en recorrer la distancia entre la Torre del Botxi y la plaza sea de una gran belleza plástica, no exenta de cierto peligro.

A lo largo del recorrido, en el Centro de Interpretación de la Entrada de Toros y Caballos se muestran, a través de un video, los escenarios en los que acontecen las distintas partes de la fiesta:
                                                                 

1. Subida del Rialé, subida de la manada por el camino del Rialé, desde los corrales hasta el corral provisional, situado en la otra orilla del río.

2. La Tria, donde se seleccionan los seis toros de la manada que harán la entrada ese día.

3. La Reunión, en la que los toros van hasta la plaza de los Mesones, donde los esperan los jinetes a lomos de sus caballos para recogerlos y guiarlos hasta la plaza de la Cueva Santa.

4. La carrera, con un recorrido de unos 500 m que va hasta el ruedo provisional de la Cueva Santa, donde justo antes de entrar los toros, los jinetes se echan a un lado, dejando que los astados entren en solitario en el ruedo, donde quedan encerrados.

5. El desfile de los caballistas, en que los jinetes recorren en sentido inversos las calles del festejo siendo aplaudidos por el numeroso publico.
                                                                       
          
Este festejo tiene lugar durante el segundo sábado de septiembre, a las dos en punto del mediodía. En ella participan seis toros bravos y aproximadamente el doble de caballos.

Fue muy interesante la visita al Centro de Interpretación de esta fiesta, que aunque reconocida internacionalmente, yo desconocía hasta ese día. España tiene fiestas muy populares y de gran belleza plástica, pero a pesar de ese interés no son demasiado conocidas en el resto del país, de ahí lo provechoso, en este sentido, que resulta ir conociendo las diversas regiones.

  Al lado del Centro de Interpretación se pueden ver los restos arqueológicos de la que fue Ermita de Santa Bárbara, erigida por encargo del Duque de Segorbe en el s, XIV, de la que quedan solamente los cimientos.
                                                                                       

 Seguimos paseando hasta encontrar en la Plaza del Agua Limpia, bonito nombre, el Ayuntamiento, ubicado en el Palacio Ducal, construido entre 1.522 y 1.562 por el II duque de Segorbe y Medinaceli, Alfonso de Aragón y Sicilia, para su residencia.

Fue comprado por el Ayuntamiento en 1.864, para Casa Consistorial y restaurado en el s. XX.


En el interior del palacio son a destacar el techo artesonado del actual salón de sesiones, de estilo mudéjar, que data del s. XIV, así como las tres portadas de mármol y jaspe procedentes de la Cartuja del Valle de Cristo, del municipio de Altura, villa de la provincia de Castellón, entre otros importantes decorados
                                                                             

Las ruinas del soberbio castillo que tuvo Segorbe se yerguen en uno de los cerros en los que se enclava la ciudad.

Durante la época de la ocupación musulmana hubo allí un alcázar, que fue la sede del gobernador del mismo. El mayor esplendor de la zona fortificada se produce en el s. XV, pero acabada la Reconquista, el uso del mismo va decayendo, hasta ser totalmente abandonado.
                                                                        

Actualmente el castillo, de propiedad municipal, está en estado ruinoso, pues al abandono siguió la expoliación, al utilizar materiales del castillo, en gran cantidad, para la construcción de edificios en el casco urbano como el  Hospital y la Casa de la Misericordia. Aunque la subida era empinada, después de comer subimos hasta la base de la torre. 

Luego nos llegamos hasta las murallas medievales de la villa, que con una longitud de 1 km partían del castillo. 
                                                                       

Segorbe experimentara a través de los siglos modificaciones y ampliaciones de las murallas, debido al crecimiento de la ciudad.

Los hallazgos arquelógicos muestran que la muralla se comenzó en el s. XI, pero la que se puede contemplar actualmente corresponden al trazado del s. XIV.

En la calle Argen, la calle que baja de la muralla, se puede ver el alfiz, moldura o marco que rodea el exterior de los arcos que enmarcan el Portal del Argen, datados del s. XI, antigua puerta de entrada a la ciudad  




Recorrimos otros elementos de la muralla de origen medieval como son el Arco o Puerta de la Verónica, que debe su nombre a una imagen de la Santa Faz, albergada en su interior




la Puerta de Teruel,
                                                                      


el Acueducto y la Torre del Boix, o Torre del verdugo, residencia del encargado de las ejecuciones 
                                                                              


la Torre de la Cárcel, ubicada en la parte mas antigua de la ciudad
                                                                             

Muy interesante visita a esta antigua, histórica y bella ciudad. Tras este ultimo recorrido regresamos a nuestra base en  Peñíscola.                                                                                                                          

domingo, 8 de febrero de 2015

Santuario de la Vallivana y Morella

                                                                                         

Salimos temprano para nuestra excursión, que hoy era bien densa.

En efecto, íbamos a visitar uno de los lugares mas interesantes de la provincia de Castellón, Morella, tanto por su importancia histórica en la formación e España, como por su rico patrimonio monumental.

Atravesamos, pues, desde Peñíscola, la región del Maestrazgo, nombre que proviene de las Ordenes Militares que dominaron este territorio por siglos, durante la reconquista, y que estaban presidias por un Maestre, hasta llegar a la comarca de Los Puertos de Morella, donde está situada esta ciudad. El paisaje es montañoso, con algunos bosques de robles, pinos y carrascos.

La primera parada fue 22 km antes de llegar a Morella, para visitar el Santuario de Vallivana; tomando una pequeña desviación en la carretera que lleva a Morella, se ven unas cuantas casas y lo que queda del Convento que allí hubo, del cual solo está en pie la iglesia, dedicada a la patrona de Morella, Nuestra Señora de Vallivana.
                                                                         

Según la tradición la imagen de la Virgen fue encontrada por un pastor, que, atraído por los ladridos de su perro, hacia unos arbustos, se hallo ante la imagen de la Virgen, rodeada de luz, que había sido ocultada allí, cuando la invasión musulmana del s. VIII, traída anteriormente a España por el Apóstol Santiago el Mayor, cuando vino a evangelizar la Península Ibérica.

Sin embargo no existe documentación sobre la primitiva capilla construida a finales del s. XIV, sino que de la actual empieza en el s. XV.

Huéspedes ilustres de Vallivana fueron san Vicente Ferrer, patrón principal de Valencia y apreciado predicador dominico, que allí se alojo en 1.410, y Benedicto XIII, el Papa Luna, que en 1.414 pernocto en Vallivana, cuando venia a tratar con Fernando I de Aragón sobre el Cisma de Occidente.

El Papa quiso agradecer la hospitalidad que le dispensaron en el lugar, concediendo a la ermita numerosas gracias; ante el aumento de devotos que se produjo seguidamente, se decidió construir una nueva iglesia. con mas capacidad para fieles y peregrinos.

Un nuevo templo fue erigido entre 1.428 y 1.436, mientras seguía creciendo la devoción hacia la Madre de Dios de Vallivana y el número de devotos, hasta que en 1.672 le fue atribuido el cese de una terrible epidemia de peste, origen de las Fiestas Sexenales, de las cuales hablare mas tarde, que incremento aún mas la afluencia de peregrinos.

Por este motivo se decidió hacer una nueva iglesia, que tras diversas dificultades, debidas a la Guerra de Sucesión española (1.710-1.714) se levanto entre 1.714 y 1.738.
                                                                     

La elegante fachada barroca de piedra enmarca la entrada del templo: en la derecha, adosada a ella, se encuentra una torre campanario cuadrada.

 El interior es de una sola nave, con capillas laterales y camarín, que aloja la pequeña imagen de la Virgen de Vallivana.
                                                                               

En cuanto a la imagen de la Virgen de Vallivana, no puede ser mas antigua que de finales del s. XIV o principios del XV.  Es una pequeña escultura de unos 29 cm de altura, realizada en barro cocido y policromado, que lleva al Niño Jesús en su brazo izquierdo. Desde el s. XVIII, como sucede con muchas imagenes de la Virgen, tanto ella como el Niño Jesús van ataviados con ricos vestidos, de los que poseen unos cuantos, para cada ocasión litúrgica.
                                                                           

Una Rogativa o Romería se celebra todos los años el primer sábado del mes de mayo, excepto cuando hay Sexenio, a la que acuden centenares de romeros, que recorren a pie los 22 km que separan el Santuario de la Vallivana de Morella.

Después de esta detallada visita continuamos hasta Morella.

Digamos dos palabras sobre esta interesante ciudad.

Morella situada en el norte de la provincia de Castellón, limítrofe con la de Teruel, es la capital de la comarca de Las Puertas de Morella, y tiene actualmente cerca de 2.800 habitantes.

Su clima, en contraste con el de la cercana costa levantina, es continental, con inviernos muy fríos, con frecuente presencia del viento del NO, el mistral, que enfría aún mas el ambiente, y veranos frescos.

Encaramada en la ladera de una montaña a 1.000 m de altitud, la vista de la ciudad amurallada de Morella, es espectacular.
                                                                     

Numerosos e interesantes restos arqueológicos en su comarca, atestiguan la presencia del hombre desde la Edad del Cobre, entre 2.500 y 200 a.C., como muestran las pinturas rupestres de Morella la Vella y las sepulturas e hipogeos de Les Solanes, que no visitamos en esta ocasión.

Por ella pasaron celtas, ilecarvones, griegos, cartagineses y finalmente romanos.

Morella fue fuertemente romanizada, pasando a formar parte de la provincia romana Tarraconense. Fue llamada por los romanos Castra Aelia, y así permaneció hasta la caída del Imperio Romano, tras las invasiones de los bárbaros.

Los vándalos la tomaron a sangre y fuego en 408, para abandonarla tres años mas tarde.

Les sucedieron los visigodos, que durante los trescientos años de su reino, erigieron la primitiva iglesia, hoy día muy modificada, de San Nicolás de Morella, sede actual del Museo del Sexenio.

Después de la invasión musulmana de 711, estuvo ocupada hasta la reconquista cristiana. Un primer intento de recuperación fue protagonizado por Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, que venció, en la batalla de 1.084, a una coalición de moros y cristianos, al pie de Morella.

La reconquista definitiva corrió a cargo del noble aragonés Blasco de Alagón, en 1.232, que fue señor de Morella, la cual, a su muerte, paso al rey de Aragon Jaime I, el Conquistador.

En 1.672 sufrió una terrible epidemia de peste, origen de las Fiestas Sexenales, que conmemoran la salvadora intersección de la Madre de Dios de Vallivana para su final, por lo cual se decidió rezar una novena de acción de gracias a la Virgen, cada seis años, que hoy día continúa celebrándose.

Durante la Guerra de Sucesión española, tomo partido por el ya rey Felipe V de Borbón, siendo premiada, cuando el conflicto concluyo, con la gobernación militar y política de la región.

En 1.808 se unió al patriótico levantamiento contra Napoleón, que ocupo la ciudad, con el consiguiente reguero de saqueos, violaciones, asesinatos, destrucción del patrimonio, etc., hasta que el general Elio, (Pamplona 1.767-1.822) logro expulsar a los invasores en 1.813.

Siguió el convulso s. XIX, ocupado con las las Guerras Carlistas entre liberales y absolutistas, durante las cuales Morella fue una capital carlista. Tras la tercera Guerra Carlista, Morella se dedico durante años a restañar los daños experimentados en la contienda.

Hoy día es una próspera ciudad con sectores pujantes como la industria textil, la agricultura (trufa negra), la ganadería porcina y avícola, el turismo, debido a su importante patrimonio cultural, y el desarrollo de los parques eólicos. generadores de energía eléctrica, debido a las favorables condiciones de circulación de los vientos, tanto en el termino municipal, como en la comarca.

Nuestra primera visita fue al Museo del Sexenio, ubicado en la que fue iglesia mozárabe,  desde antes de la reconquista cristiana, de San Nicolás.
                                                                             

El Museo muestra el valor y la belleza de una tradición que viene del año 1.673, cuando según la tradición, se produjo la milagrosa intervención de la Virgen de Vallivana, para acabar con una peste que asolaba la ciudad.

El suceso se conmemora cada seis años, de ahí su nombre de Fiestas del Sexenio.

El patrimonio cultural que se conserva del Sexenio en el Museo comprende música, de gaita y tambor, indumentarias y danzas gremiales, así como los adornos artesanales de las calles de Morella, realizados por los vecinos, que en un principio fueron vegetales, pero que ahora se realizan con papel de seda rizado, con el cual consiguen atractivos diseños, mas durareros.
                                                                         

En el Museo se muestra el proceso de confección de adornos o tapices, fotografías de la Fiesta, así como indumentarias gremiales usadas durante el Sexenio, y otros elementos tradicionales, todos los cuales tuvimos ocasión de contemplar.

Siguió un paseo que comprendió las visita a las murallas medievales, que tienen un perímetro de 2.200 m, circunvalado con un paseo de ronda; construidas entre los s.s. XIV y XV y reformadas entre los s.s. XVI y XVII, con  altura entre 10 y 12 m., con numerosas puertas y torres.

Nos paramos en un mirador desde que se ve muy bien la zona del castillo y murallas, con esa curiosa configuración en espiral, que recuerda a una tarta,
                                                                   

Seguimos luego paseando, por las antiguas y bonitas calles,
                                                               

 hasta llegar al Ayuntamiento.

El Ayuntamiento de Morella se ubica en un edificio comenzado en el s. XIV y concluido en en XV, entre los años 1.360 y 1.420, formado por dos grandes cuerpos, en el primero de los cuales se sitúan La Lonja y la sala del Consell de la Vula, donde residía el poder municipal de la ciudad, mientras que el otro cuerpo albergaba las dependencias de Justicia, que en sus varios pisos tenia la Cárcel en la planta baja, y las salas de Vista y la Capilla en el piso intermedio.
                                                   
                                                               
La restauración del edificio ha merecido un premio de Europa Nostra en 1.997, como reconocimiento a la protección y recuperación del Patrimonio Arquitectónico y Natural de Europa.

Entramos, pues en este notable edificio y visitamos varias de sus salas, que casi se pueden llamar, por sus interesantes objetos, museo.

Seguimos hasta llegar al mas importante templo de Morella, la Iglesia Arciprestal de Santa María la Mayor, situada en la plaza de Benedicto XV, levantada entre los s.s. XIII y XVI, en estilos gótico y renacentista.

Destacan en esta bella iglesia las dos portadas, adornadas con estatuas y rematadas con un  piñón, únicas entradas al templo.
                                                                             

Construido entre 1.265 y 1.343, no estuvo terminado hasta 1.593.

El interior es de tres naves con sus correspondientes ábsides. Destacan los grandes pilares que sustentan las bóvedas de crucería.

Mención especial merece el coro y su escalera de caracol. El coro, planeado y ejecutado por Pedro Segarra entre 1.406 y 1.426,  es único ejemplo en el mundo, probablemente, de coro elevado, su bóveda casi plana resalta su dificultad arquitectónica.


Se llega a él mediante una escalera de caracol. que se enrosca en una columna. En el pretil de la misma hay relieves que representan la Natividad, la ofrenda de los Reyes Magos, así como la genealogía de Jesucristo, obra de Antonio Sancho (1.470) y del italiano Giuseppe Beli.
                                                                         
                                                                     


En la parte posterior del coro podemos ver esculpido el Juicio Final y el Pórtico de la Gloria.

Todo esto me pareció extraordinario, único y bello.
                                                                   
Otras de las joyas del interior de la iglesia, es el grandioso retablo churrigeresco del altar mayor, construido por el escultor Vicente Dolz en 1.567, en colaboración con otros artistas anónimos, y terminado mas de un siglo después, en 1.677.


Después de comer dedicamos un buen rato a recorrer las murallas por el paseo exterior, que se conoce como Paseo de Ronda o Segunda Alameda, que recorre todo el recinto amurallado y llega a las afueras de la ciudad, excelente para practicar senderismo, que en esta ocasión utilizamos para rodear las murallas, donde vimos lo altas y extensas que son, con su diversas puertas y torres
                                                                                 

Las murallas, construidas después de la reconquista, por el rey Jaime I, entre los s.s. XIV y XV, aprovechando construcciones  anteriores, tienen dos km de perímetro, una altura entre 10 y 15 m, dos m de grosor, siete puertas y diez torres, en un excelentes estado de conservación actualmente, debido a las restauraciones que se han hecho en ellas.

Para acabar la visita  y cambiar de ambiente fuimos a un museo de dinosaurios, alguno de ellos reproducido en tamaño real, tras lo cual volvimos a nuestra base, en Peñiscola.