domingo, 1 de febrero de 2015

Peñíscola

                                                                                             

Una de las mas interesantes visitas de nuestra estancia en esta zona de Levante fue Peñíscola, donde teníamos nuestra base, aunque el hotel estaba situado en el límite con el vecino Benicarló, al que se podía llegar con una caminata o cogiendo el autobús.
                                                             
Dedicamos dos mañanas a conocer esta ciudad una por nuestra cuenta y otra con guía, que resumiré en un solo capítulo.

Peñíscola pertenece a la provincia de Castellón y a la comarca del Bajo Maestrazgo, y cuenta actualmente con algo mas de 8.000 habitantes, que se pueden multiplicar por varias cifras en verano.

Su nombre proviene del que le dieron los griegos: Quersonesos=península, que traducido al latín, paene insula=casi isla, origino su actual topónimo.
                                                                     

En invierno parece una ciudad fantasma, por la enorme cantidad de bloques de pisos, mas altos cuanto mas recientes, que están cerrados a cal y canto, como también los variados negocios que dan a la calle, bares, restaurantes, alimentación, peluquería, etc. están, asi mismo, cerrados. Suponiendo que sus dueños pueden disfrutar de ellos entre dos o tres meses al año, ya los ocupen ellos mismos, o sean para alquilar, les sale cara la segunda residencia, desde cualquier punto de vista que se mire. Pero, así se ha desarrollado el país... a base de ladrillo.

Peñíscola, como otras muchas ciudades de Castellón y de la Costa de Levante, presenta un enorme contraste entre su casco antiguo y su gran patrimonio cultural y el urbanismo, podríamos llamar salvaje, que ha provocado el desarrollo turístico.

La ciudad histórica se halla situada en un tómbolo, pequeña península rocosa unida a tierra por un istmo de arena, que hacia fácil su defensa, desaparecido hoy día debido a la construccion del puerto y a la edificación sobre él, que divide la ciudad en dos partes distintas.
                                                                                   

Se sabe de asentamientos íberos en la zona desde la antigüedad y su privilegiada situación hizo que griegos y fenicios establecieran en ella factorías comerciales.

Mas tarde pasaron por allí cartagineses, romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes, hasta que fue reconquistada para la cristiandad por el rey de Aragón Jaime I, el Conquistador en 1.233.

En 1.251 el rey le otorgo carta puebla, que propicio la afluencia de pobladores cristianos venidos del norte, que aumentaron su demografía y su prosperidad.

En 1.294 el rey Jaime II de Aragón, que había crecido y se había educado junto a los monjes de la Orden del Temple, pilares de la reconquista del reino de Aragón y sentía gran aprecio por ellos, permuta la ciudad de Tortosa, en poder de los templarios, por Peñíscola.

Entre 1.294 y 1.307 los caballeros templarios aprovechan los restos de la alcazaba árabe, construida sobre la peña, para ampliarla y elevar el castillo que vemos actualmente.

Nada sabían los templarios de lo poco que faltaba para su desaparición, ya que, tras muchas intrigas y falsedades, el rey de Francia Felipe IV logra la disolución de la Orden del Temple, decretada por bula del Papa Clemente IV, en 1.311.

La propiedad de Peñíscola vuelve a la corona, que se la entrega a la Orden de Montesa, creada por el rey para recibir las posesiones de los templarios.

Otro acontecimiento histórico de gran importancia en este lugar, es haber sido residencia del Papa de Avignon Benedicto XIII, Pedro Martinez de Luna, conocido como Papa Luna, de noble familia aragonesa. que se autoexilio e instalo en Peñíscola desde 1.411 hasta su muerte en 1.423, teniendo allí la Sede Pontificia, ya que sostuvo hasta su muerte ser el Papa legitimo, por haber sido elegido cuando ya era cardenal, requisito tenido por obligatorio según el derecho canónico, del cual el Papa Luna era doctor.
                                                                               

Todo esto sucedió a caballo entre los s.s. XIV y XV, cuando se produjo el llamado Cisma de Occidente (1.378-1.429), en el que la cristiandad tuvo tres papas simultáneos.

Por último el Concilio de Parma destituyo a los tres, declarándolos antipapa, y se nombro a un cuarto. que volvió a Roma de nuevo.

A la muerte de Benedicto, se reunieron en Peñiscola algunos cardenales, que eligieron como sucesor a Clemente VIII, que fue Papa de 1.423 a 1.429, año en que concluyo el Cisma de Occidente por renuncia de este Pontífice.

Tras el periodo como Sede Pontificia, la propiedad de Peñíscola pasa de nuevo al rey, constituyéndose como ciudad de realengo.

Durante el reinado de Felipe II, en 1.578 se construyen las murallas renacentistas proyectadas por el arquitecto militar del rey, Giovanni Antonelli, siendo unas de las mas importantes fortificaciones del Mediterraneo.

A la muerte de Carlos II, se produce la Guerra de Sucesión entre el ya rey de España Felipe V de Borbón y el archiduque Carlos de Habsburgo; Peñíscola abraza el partido borbónico, por lo cual,  a la finalización de la guerra, es premiada con los títulos de Muy Noble, Leal y Fidelísima Ciudad, y obtiene también ventajas fiscales y administrativas.

Peñíscola y su  castillo permanecieron incólumes hasta la Guerra de la Independencia, contra el invasor Napoleón, cuyas tropas se habían hecho con el castillo.

 Los franceses habían expulsado a la población, que se refugio en la Sierra de Irta. La ciudadela fue reconquistada, en 1.814, por el general Elío, que la sometió a un implacable sitio, durante el cual fue destruida la cuarta parte del castillo, así como las viviendas cercanas a la fortaleza.

Después de las guerras carlistas del s. XIX, en las que Peñíscola defendio la causa liberal, el castillo perdió gran parte de su importancia militar.

Durante el s. XIX y principios del XX, las actividades económicas de Peñiscola fueron las tradicionales agricultura y pesca. Destacaba la elaboración de vino, que era muy apreciado y exportado a través del puerto de Benicarló. Con la epidemia de filoxera desaparecieron todas la vides, y se paso al cultivo del algarrobo, el olivo y el almendro.

Hacia mediados del s. XX, una incipiente actividad, el turismo, se vio favorecida por la elección de este extraordinario entorno y paisaje para el rodaje de dos películas, Calabuch (1.956) del director Luis García Berlanga, y la superproduccion estadounidense El Cid (1.962) dirigida por Anthony Mann, que dieron a conocer la ciudad mundialmente.

Actualmente el turismo es el principal motor económico de Peñíscola, que supone una transformación constante de la misma, con algunos inconvenientes de tipo ecológico y urbano, como ya hemos visto.

Para nuestra visita entramos por el Portal de San Pere o del Papa Luna, que lo mando construir en 1.414, gran arco rebajado de sillería, que luce, en la dovela central, el blasón de piedra de Pedro
Martinez de Luna,  y que era el acceso a la fortaleza desde el mar, función que desempeño hasta el s. XVIII .
                                                                             
                                                                                                                                                 
Subimos, pues, por esta cuesta, bordeando la muralla medieval, hasta llegar a El bufador, gran brecha natural entre las rocas, frente al Fortín del Bonete, por la que ruge el mar, que por ella proyecta agua en los días de temporal.


Un poco mas arriba y siguiendo la muralla norte llegamos al Baluarte del Príncipe, una pequeña fortificación en la propia muralla, con un algunos cañones restaurados,
                                                                             

que fue cuartel de artillería en el s. XVIII. Actualmente el recinto se ha habilitado como Museo del Mar.


Desde allí hay una estupenda vista.
                                                                                   
                                                         
Seguimos subiendo por las empinadas calles del casco histórico, entre las cuales destaca una casa vertical, toda ella tapizada de conchas, llamada, por eso, Casa de las Conchas
                                                                         

La casa fue levantada por una familia de padres y tres hijos, cuya madre, haciendo de guía turístico, cuando esta actividad comenzo en Peñíscola, hacia los años 50 del siglo pasado, por la que cobraba la voluntad, se hizo con suficiente dinero para comprar el solar, sobre el que edificaron la pintoresca casa.
                                                                           

 La afición y la paciencia de la madre, hizo que la revistieran completamente de conchas; dotaron a la casa, también, de unas lindas ventanas arabescas.

En 1.961 la Casa de las Conchas estaba acabada, y desde entonces es contemplada con admiración por los visitantes.

Ya habíamos llegado al Castillo, que visitamos ampliamente.
                                                                     
                                                                                      
El castillo está emplazado en la zona mas elevada del peñón que domina la ciudad, con su altura de 64 m sobre el nivel del mar.

Destaca en todo el conjunto la sobriedad y solidez de su construcción, en el que se distinguen las estancias templarias, de las de la residencia de Benedicto XIII, en las que estuvo una de las mejores bibliotecas del mundo, en su época; desde la ventana de esa atalaya, orientada hacia el Este, donde está Italia, el Papa Luna contemplaba el mar, soñando con Roma.
                                                                      

Seguramente el mayor interés arquitectónico está en la bóveda del Cuerpo de Guardia
                                                                               
                                                                                          
 y en la Basílica de los Templarios, que fue utilizada como Basílica Pontificia por Benedicto XIII y su sucesor Clemente VIII, y en la cual reposaron los restos mortales del Papa Luna durante un tiempo.
                                                                           
                                                                                      
En el muro de la izquierda del templo me llamo la atención una placa doble que commemora los 600 años de la fundación de la Universidad escocesa de St. Andrews, la primera de Escocia, por una bula del papa Benedicto XIII, en 1.413.
                                                                             

Paseamos por el interior del castillo, atravesando el patio de armas,
                                                                   

y subiendo hasta lo mas alto, desde se contempla una bella vista.
                                                                       

Las murallas de Peñiscola , construidas en diferentes épocas rodean completamente el casco antiguo de la ciudad, sobresalen entre ellas las renacentistas ordenas construir por Felipe II, el rey constructor, como nuevas defensas con artilleria, (1.576-1.578), que fueron ejecutadas por el arquitecto Juan Bautista Antonelli (Gatteo, 1.527-1.588), con el objetivo de protegerla de los ataques de los piratas berberiscos, que asolaban el Mediterraneo, pero que no alteraron sustancialmente el castillo.
                                                                                  

Existen tres entradas a la ciudad entre las que destaca la renacentista Puerta de Sant Pere, que hemos visto mas arriba.

A la salida del castillo, y al pie de las murallas se encuentra la impresionante estatua del Papa Luna, colocada como homenaje a la figura historica, mas importante de la ciudad, Benedicto XIII, en ese emplazamiento, en 2.007.
                                                                                     

La estatua, de 2 m de altura y 700 k, fue realizada en bronce por el conocido cantante, que formo un duo con su mujer "Sergio y Estibaliz". Sergio, ademas de su carrera musical, se volco plenamente en su faceta como escultor, en la que tras veinticinco años esculpiendo en bronce, se consolido como uno de los mejores escultores figurativos, principalmente de personajes históricos.

El Papa Luna es unos de los puntos fotograficos, casi ineludible, para los muchos turistas que transitan por alli.

Muy cerca de la estatua de Benedicto XIII, adosada al castillo se encuentra la Ermita de la Virgen de la Ermitana; aunque su origen es medieval, la iglesia que podemos contemplar hoy en dia, fue mandada a construir por Sancho de Echevarria, gobernador militar de Peñiscola, en premio a la fildelidad borbonica de la población durante la Guerra de Sucesión entre el ya rey de España Felipe V de Borbón y el pretendiente archiduque Carlos de Habsburgo.

El templo, construido entre 1.708 y 1.714 tiene claras caracteristicas defensivas
                                                             

Seguimos bajando hasta el casco antiguo, con escalinatas irregulares, flores de vivos colores en las macetas de las ventanas o esquinas, empedrado firme, una calle dedicada al sol, la calle Mayor. otra dedicada al olvido.
                                                                                   

En medio del casco antiguo nos encontramos con la Iglesia Parroquial de Santa Maria de Peñiscola, con elementos arquitectónicos románicos y tracería gótica del s. XV en parte de ella, y torre campanario de silleria, de mas de 17 m
                                                                           
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 Habiamos llegado a la parte baja de la ciudad, por el lado opuesto al que habiamos entrado. Nos detuvimos un buen rato en el Parque de Artillería, con vistas al mar Mediterraneo.
                                                                 

Precioso lugar, con interesante historia que nos gusto mucho. mas en esos momentos de invierno, en que las playas, los paseos e incluso la ciudad tiene pocos visitantes y menos veraneantes y se ven sin trabas.                                                                                       

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