domingo, 15 de febrero de 2015

Segorbe

                                                                             

El día amaneció lloviendo a cantaros, y así seguía cuando emprendimos la ruta para llegar a Segorbe, que íbamos a visitar.

Esta ciudad en el sur de la provincia de Castellón, está relativamente cerca del mar, así que conforme viajábamos en el bus, las nubes se fueron aplacando y empezó a clarear.

Por un lado estaba el mar y por el otro montañas y entre ellas poblaciones que se han desarrollado enormemente como localidades turísticas de sol y playa, con el aliciente de que la capital de la provincia, Castellón, está cerca y ofrece algunas distracciones mas que tostarse al sol, pisar la arena y bañarse en el mar, como Benicasim, Oropesa, Vall de Uxo, y otras cuantas.

En contraste con la fealdad de los núcleos turísticos, el campo, entre lomas y terrazas, es muy bonito, con cultivos de naranjos, olivos y hortalizas.

Finalmente llegamos a Segorbe.

Sepamos algo de esta ciudad antes de adentrarnos en ella.

Segorbe, capital de la comarca del Alto Palancia, y actualmente con cerca de 10.000 habitantes, está situada en el fertil valle que recorre el río Palancia,  que también atraviesa la ciudad, entre las Sierras de Espadan y de la Calderona.
                                                           

Debido a su situación estratégica, de paso de Aragón a Levante y al mar Mediterraneo, ha sido habitada por diversas civilizaciones desde la Prehistoria; íberos, romanos, visigodos, musulmanes, hasta la Reconquista  cristiana, se sucedieron en estas tierras, dejando cada uno muestras de su cultura, que hacen de ella una ciudad monumental.

Después de la conquista romana, de la que hay pocos vestigios, a la caída del Imperio Romano, la ocuparon los visigodos, que la convirtieron en sede episcopal; durante la época musulmana, desde 713, hasta 1.239, en que el ultimo rey moro de la Taifa de Valencia, Zayd abu Zayd, fue vasallo del rey Jaime I de Aragón y mas tarde se convirtió al cristianismo, con el nombre de Vicente
Bellvis. A su muerte dono sus derechos sobre Segorbe al obispo Gimeno, que conseguiría trasladar la sede episcopal desde Albarracin (Teruel), restaurando así la antigua diócesis visigótica.

El rey Alfonso V, el Magnánimo, creo el Señorío de Segorbe en 1.435, para el infante Enrique de Castilla, que posteriormente se convirtió en ducado en 1459, y pasaría, por alianza matrimonial, a poder de los duques de Medinaceli en el s. XVII.

En el s. XVIII Segorbe vivió un gran auge cultural y económico, que quedo truncado, como en el resto de España, por la invasión de Napoleón y los desastres de la Guerra de la Independencia.

 El s. XIX fue convulso, pues a esta guerra le sucedieron las tres guerras carlistas, y ya en el s. XX, la Guerra Civil española, todas las cuales causaron graves daños en su patrimonio monumental.

Sin embargo el s. XXI ha venido acompañado de un importante crecimiento demográfico y la transformación de la localidad en un concurrido destino turístico.

Bien, pues nuestra primera visita fue al Museo de la Catedral, que ocupa el Claustro de la misma,
                                                                           

con obras de Martín Torner y Juan de Juanes, destacando el antiguo retablo gótico de la catedral salido del taller de Vicente Macip de entre 1.525 y 1.531, así como el relieve de la Virgen de la Sapiencia, realizado en mármol de Carrara por el escultor florentino Donatello,
                                                                       
                                                                 
entre otras esculturas y pinturas, una muestra de dos importantes periodos del arte de la región, el gótico y el renacimiento
                                                                 .
El Museo de la Catedral fue creado en 1.924 por el obispo monseñor Luis Amigó Ferrer, dentro de las obras de restauración del interior de la catedral.

Posteriormente a la Guerra Civil española, que produjo numerosos daños y perdidas del patrimonio de la catedral, sucesivos obispos dedicaron sus esfuerzos a la restauración de la misma, que estaba ya reparada en 1.970.
                                                     
El museo está instalado en la galería del claustro de la Catedral y está dividido en tramos y salas.
                                                                     
                                                                             
                                                                           

Como su contenido es bastante grande nos limitamos a las salas donde están expuestos retablos, como la Sala Macip, donde se exhibe el desmontado retablo mayor gótico de la catedral, del s. XVI, obra de Vicente Maçip y de su hijo Juan de Juanes, con magnificas pinturas de la Vida de Jesús y de la Virgen, así como de otros santos.
                                                                   
                                                   
o este de la Capilla Prioral, con el maravilloso retablo de la Santa Cena, debido a Juan Reixach, pintor español el s. XV, entre bastantes mas.
                                                                             


Después de la visita al museo de la catedral con todos sus tesoros, hicimos un breve recorrido por el interior de la misma.

La Catedral de Segorbe, dedicada a Nuestra Señora de la Asunción, se encuentra ubicada junto a las murallas de la ciudad. En su origen, entre los s.s. XIII y XVI, fue gótica, completándose en los siglos siguientes, XV y XVI, de manera que su gran fachada occidental, del s. XVI, es renacimiento.

Sin embargo a finales del s. XVIII, se proyecto su transformación exterior e interior en estilo neoclásico, que es el que podemos ver hoy día.
                                                                       

Solo se conserva el estilo gótico en el claustro, donde se encuentra el museo catedralicio, del cual ya he hablado.
                                                                           

Pasamos, a continuación, a una de las grandes fiestas populares de Segorbe y podemos decir de España, a la visita del Centro de Interpretación de la Entrada de Toros y Caballos, donde se recrea esta fiesta de origen medieval, declarada de interés turístico internacional.
                                                     

Las primeras referencias a esta fiesta se sitúan en el s. XIV, y están en la costumbre de llevar los toros a la plaza, para su posterior lidia, desde los corrales situados en el río, a mas de un km del pueblo.

Lo excepcional del traslado, que luego se convirtió en fiesta, lo da el hecho de ayudarse de caballos para llevar a los toros y la ausencia de barreras para contener a los animales, convirtiéndose el público en el muro que impide su fuga.

Esto hace que el escaso minuto que tardan los animales en recorrer la distancia entre la Torre del Botxi y la plaza sea de una gran belleza plástica, no exenta de cierto peligro.

A lo largo del recorrido, en el Centro de Interpretación de la Entrada de Toros y Caballos se muestran, a través de un video, los escenarios en los que acontecen las distintas partes de la fiesta:
                                                                 

1. Subida del Rialé, subida de la manada por el camino del Rialé, desde los corrales hasta el corral provisional, situado en la otra orilla del río.

2. La Tria, donde se seleccionan los seis toros de la manada que harán la entrada ese día.

3. La Reunión, en la que los toros van hasta la plaza de los Mesones, donde los esperan los jinetes a lomos de sus caballos para recogerlos y guiarlos hasta la plaza de la Cueva Santa.

4. La carrera, con un recorrido de unos 500 m que va hasta el ruedo provisional de la Cueva Santa, donde justo antes de entrar los toros, los jinetes se echan a un lado, dejando que los astados entren en solitario en el ruedo, donde quedan encerrados.

5. El desfile de los caballistas, en que los jinetes recorren en sentido inversos las calles del festejo siendo aplaudidos por el numeroso publico.
                                                                       
          
Este festejo tiene lugar durante el segundo sábado de septiembre, a las dos en punto del mediodía. En ella participan seis toros bravos y aproximadamente el doble de caballos.

Fue muy interesante la visita al Centro de Interpretación de esta fiesta, que aunque reconocida internacionalmente, yo desconocía hasta ese día. España tiene fiestas muy populares y de gran belleza plástica, pero a pesar de ese interés no son demasiado conocidas en el resto del país, de ahí lo provechoso, en este sentido, que resulta ir conociendo las diversas regiones.

  Al lado del Centro de Interpretación se pueden ver los restos arqueológicos de la que fue Ermita de Santa Bárbara, erigida por encargo del Duque de Segorbe en el s, XIV, de la que quedan solamente los cimientos.
                                                                                       

 Seguimos paseando hasta encontrar en la Plaza del Agua Limpia, bonito nombre, el Ayuntamiento, ubicado en el Palacio Ducal, construido entre 1.522 y 1.562 por el II duque de Segorbe y Medinaceli, Alfonso de Aragón y Sicilia, para su residencia.

Fue comprado por el Ayuntamiento en 1.864, para Casa Consistorial y restaurado en el s. XX.


En el interior del palacio son a destacar el techo artesonado del actual salón de sesiones, de estilo mudéjar, que data del s. XIV, así como las tres portadas de mármol y jaspe procedentes de la Cartuja del Valle de Cristo, del municipio de Altura, villa de la provincia de Castellón, entre otros importantes decorados
                                                                             

Las ruinas del soberbio castillo que tuvo Segorbe se yerguen en uno de los cerros en los que se enclava la ciudad.

Durante la época de la ocupación musulmana hubo allí un alcázar, que fue la sede del gobernador del mismo. El mayor esplendor de la zona fortificada se produce en el s. XV, pero acabada la Reconquista, el uso del mismo va decayendo, hasta ser totalmente abandonado.
                                                                        

Actualmente el castillo, de propiedad municipal, está en estado ruinoso, pues al abandono siguió la expoliación, al utilizar materiales del castillo, en gran cantidad, para la construcción de edificios en el casco urbano como el  Hospital y la Casa de la Misericordia. Aunque la subida era empinada, después de comer subimos hasta la base de la torre. 

Luego nos llegamos hasta las murallas medievales de la villa, que con una longitud de 1 km partían del castillo. 
                                                                       

Segorbe experimentara a través de los siglos modificaciones y ampliaciones de las murallas, debido al crecimiento de la ciudad.

Los hallazgos arquelógicos muestran que la muralla se comenzó en el s. XI, pero la que se puede contemplar actualmente corresponden al trazado del s. XIV.

En la calle Argen, la calle que baja de la muralla, se puede ver el alfiz, moldura o marco que rodea el exterior de los arcos que enmarcan el Portal del Argen, datados del s. XI, antigua puerta de entrada a la ciudad  




Recorrimos otros elementos de la muralla de origen medieval como son el Arco o Puerta de la Verónica, que debe su nombre a una imagen de la Santa Faz, albergada en su interior




la Puerta de Teruel,
                                                                      


el Acueducto y la Torre del Boix, o Torre del verdugo, residencia del encargado de las ejecuciones 
                                                                              


la Torre de la Cárcel, ubicada en la parte mas antigua de la ciudad
                                                                             

Muy interesante visita a esta antigua, histórica y bella ciudad. Tras este ultimo recorrido regresamos a nuestra base en  Peñíscola.                                                                                                                          

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