miércoles, 29 de abril de 2015

2º día en la isla de La Gomera, Parque Nacional de Garajonay, Valle Gran Rey, Vallehermoso

                                                                                         
   
Hoy nos disponíamos a ver la parte central y norte de la isla de la Gomera, así que tras un estupendo desayuno en el Parador, salimos de buena hora hacia el centro de la isla, con intenciones, para aprovechar la temprana hora, de pasear un par de horas por el Parque Natural de Garajonay.

Todas las carreteras de la Gomera, en general, son empinadas y con muchas curvas.

El aire de abril era límpido y se veían los relieves de acantilados, simas y montañas con toda precisión.

Nuestra primera parada fue en el Mirador de la Lomada del Camello, desde el que se ve gran parte de San Sebastian y como fondo, una de las mejores panorámicas del Teide, la cima mas alta de España, en la vecina isla de Tenerife, que parece presidir o amparar la isla de la Gomera.

El mirador se encuentra en el cauce del barranco de La Villa, en cuya desembocadura está el principal puerto de la isla, el de San Sebastian.

Enseguida encontramos lo que se podría llamar puerta de entrada al Parque de Garajonay, uno de los accidentes geológicos mas emblemáticos y conocidos de la isla, el Roque Agando.
                                                                           

Este enorme pitón traquifonolitico, antigua chimenea volcánica, rellena de lava, de 1.182 m de altura, destaca sobre los otros tres roques que forman el Monumento de los Roques, los de Ojila, la Zarcita y Carmona
                                                                                 
                                                                     
El paisaje que se divisa desde el Mirador del Roque Agando es magnifico; como nuestra visita se realizaba en primavera, todo el suelo estaba cubierto de plantas en flor, formando a veces cascadas floridas, debido al enorme desnivel.
                                                                     

Y, al fondo, a través del mar, que aquí no se veía, el Teide.

En este lugar, el 11 de septiembre de 1.984, se produjo un pavoroso incendio, que tardo mas de una semana en ser controlado y extinguido, en el que murieron veinte personas.

Entre las víctimas del incendio se encontraban desde autoridades, como el gobernador civil de la provincia, Francisco Javier Afonso Carrillo, que se traslado desde su residencia en Tenerife a las inmediaciones del Roque Agando donde el incendio presento su mayor furor, y su séquito, que fueron abrasados por las llamas, ante un cambio imprevisto de la dirección del viento, hasta excursionistas, que se presentaron voluntarios ante la convocatoria realizada para tal fin, a base de megáfono, en San Sebastian, todos gente conocida, tanto en el Gomera como en Tenerife.

Los medios contra incendios que existían entonces, no pudieron acabar con el fuego hasta ocho días después de iniciado.

Al lado del Roque Agando hay una placa commemorativa de este desgraciado acontecimiento, con el nombre de cada uno de los fallecidos.
                                                                   

Por cierto que los incendios han continuado, por desgracia, en la Gomera, como el último, acontecido el 4 de agosto de 2.012, que tras cinco días, penetro en el Parque y arraso una pequeña parte, durante dos semanas. Hay que saber que, al contrario que el pino canario, que se recupera del fuego, y rebrota, los arboles de la laurisilva no se regeneran y lo que queda quemado, no se recupera.

Enseguida llegamos al Parque de Garajonay, sobre cuyo nombre hay una conocida leyenda de los amores entre la bella Gara y el apuesto Jonay, que había venido de Tenerife, y que ante la oposición de sus familias para su unión, decidieron suicidarse, en el punto mas alto del bosque de El Cedro, muriendo juntos.

Hay dudas sobre el origen de la leyenda e incluso sobre el nombre de los protagonistas, puesto que en idioma beréber, la traducción de Garajonay es Roque Alto, pero, esta versión isleña de Romeo y Julieta, es bien bonita.

El Parque Natural de Garagonay es una amplia zona de laurisilva, en la que es fácil caminar, pues los brezos, tan grandes como arboles, los tilos, las fayas y los demás arboles y arbustos, ofrecen una deliciosa sombra, y preciosos senderos, donde se siente uno transportado a eras lejanas.

El parque, declarado Parque Nacional en 1.981, tiene el único curso continuo de agua dulce permanente de todas las islas, y la mayor altura de la Gomera, el Garajonay de 1.487 m sobre el  nivel del mar, cerca de veinte especies arbóreas, gran cantidad de plantas con flores, muchas de las cuales endémicas canarias, algunas exclusivas del parque, y una variada fauna, con muchas especies únicas.
                                                                             
                                                                             
 Caminamos unas dos horas por el parque, haciendo la ruta circular por el sendero de El Reventón.
                                                                 
                                                                     
La Gomera es una sucesión continua de valles, barrancos, roques, acantilados y playas que proporcionan impresionantes paisajes.

En el camino que habíamos tomado hacia Valle Gran Rey, tuvimos que parar, para disfrutar de una de las mejores vistas de la isla, en el Mirador del Santo, que se encuentra suspendido en los riscos del Monumento Natural del Lomo del Carretón, desde donde se domina la amplia cuenca del barranco de Taguluche, con el caserío del mismo nombre, que se esparce por las laderas de la cuenca.
                                                           

Desde este mirador se tiene la mas bella panorámica del oeste de la isla, y con tiempo claro, como era el día de nuestra excursión, se ven las islas de La Palma, mas cerca,
                                                                   
                                                                       
 y de El Hierro, un poco mas lejana.
                                                                 
                                                                     
Los imponentes riscos, tajos y vegetación también impresionan.
                                                             

La llegada a Valle Gran Rey es un gran espectáculo, por las terrazas de los antiguos cultivos, salpicadas con gran cantidad de palmeras datileras, de las cuales hay en toda la isla, y cuya variedad es canaria.
                                                                        

En tiempos prehispanicos, este territorio, junto a la vecina comarca de Chipude, perteneció al cantón aborigen de Obone.

 Después de la conquista la población se asentó en la zona alta, donde los condes de la Gomera, señores de la Gomera durante mas de tres siglos, tenían una de sus residencias principales.

La ocupación de la zona baja, el valle, propiamente dicho, no se produjo hasta la segunda mitad del s. XVIII, introduciéndose un siglo después, a finales del XIX, los cultivos de plátanos y tomate, destinados principalmente a la exportación, actividades agrícolas que produjeron un destacado crecimiento de la zona costera, donde se situaron los principales núcleos de población, como La Calera y Vueltas. 

 Al separase del mencionado Chipude en 1.812, la capital del nuevo municipio se instalo en Arure, lugar en el que permanecio hasta su traslado a La Calera, en 1.880, por decisión del alcalde de la época. No sería hasta 1.927 cuando quedaron unidas en una sola municipalidad la zona alta y la costera, y fue en 1.940 cuando se produjo el cambio de nombre al actual de Valle Gran Rey.  

En la actualidad la mayor parte de la población se sitúa en las margenes del barranco, entre pequeñas huertas y palmeras datileras, mientras que en la costa el pequeño puerto de Vueltas es la base de una importante actividad pesquera y turística.
                                                                     

Hasta hace no muchos años el escarpado relieve del municipio, con profundos barrancos y riscos verticales, ha condicionado las comunicaciones, cuando solo existían caminos empinados y serpenteantes, que, en la actualidad, sirven para gran cantidad de senderistas y montañeros.

Aunque la base de la economía ha sido la agricultura y la pesca, en los últimos lustros han perdido importancia a favor del turismo, tanto residencial como de visita, gracias a su excelente clima, sus playas, sus imponentes paisajes y su oferta de viviendas desocupadas, debido a la emigración, que ofrecen precios económicos, y que, recientemente, han ido acompañados de la construcción de apartamentos turísticos que han aumentado, podíamos decir, demasiado. 

Cuando llegamos a la zona costera de Valle Gran Rey, había llegado la hora de comer, así que nos asentamos en una terraza con vistas sobre la playa, que es la mas extensa de la isla, de fina arena negra y gran longitud, a disfrutar de un rato de sosiego.
                                                                         


Después de comer y de dar un paseo por la playa seguimos nuestra excursión hasta llegar a Vallehermoso, otros de los importantes pueblos de la Gomera.
                                                                   

Vallehermoso esta situado en uno de los valles mas fértiles de la isla, al pie de la mole volcánica que es el Roque Cano, que junto con  el palmeral de Tamargada, de donde se extrae la apreciada miel de palma, le dan un atractivo especial.
                                                                 

Vallehermoso es el mayor municipio de la isla, pues va desde el norte hasta el sur de la misma, con magníficos paisajes.

Después de constituirse la primera parroquia, en 1.678, Vallehermoso tuvo un gran desarrollo agrícola, por el cultivo del viñedo, producción de vino y exportación a Inglaterra, y otras industrias, como la maderera, llegando a ser el núcleo con mas habitantes de la isla, hasta que, cuando desapareció el comercio del vino, entrar en una gran decadencia económica y demográfica, con gran aumento de la emigración a América, sobre todo a Cuba y Venezuela.

Al llegar recorrimos el pueblo que conserva mucho sabor, con algunas casonas, legado de su mejor época, y rincones que hacen pensar en el tiempo detenido.
                                                                     

También visitamos su bonita iglesia de San Juan Bautista, de principios del s. XX.
                                                             

y por último nos sentamos en la terraza de un bar en la plaza del pueblo, a disfrutar del tiempo, que estaba fresquito.
                                                                         

Al volver hacia San Sebastian, atravesando de nuevo la cima de la isla, que es el Parque de Garajonay, pudimos ver la parte quemada por el último incendio, que como he dicho es irrecuparable.¡¡ Lastima de incendio!!

Todavía nos quedaba un mirador para parar, y eso que nos saltamos algunos, de los muchos que abundan en la isla, el Mirador del Roque de Tajaque, desde el que se ve la Reserva Natural de Benchijigua, una amplia caldera, cabecera del barranco de Santiago.
                                                                     

Día bien aprovechado este 8 de abril, en un momento en que ver la naturaleza con sus mejores galas es una delicia.

Un rato de descanso en el Parador, y unas cuantas tapas en el bar completaron el día.

miércoles, 22 de abril de 2015

Pimientos rehogados con tomate y huevo duro

                                                                 

Mezcla de verduras, que aunque se toma templada es muy adecuada para los calores del verano que ya estan cerca

Ingredientes
                                                                         
1 k de tomate
1 cebolla
3 huevos 1 pimiento rojo
1 pimiento verde
1 diente de ajo
aceite de oliva virgen
sal
pimienta
hierbas provenzales

Elaboración

Hervir los huevos 10 minutos en agua salada

Refrescarlos en agua fría y pelarlos.

Pelar y picar el ajo y la cebolla.

Limpiar los pimientos y cortarlos en daditos.

Poner 2 cucharadas de aceite en una cazuela y freír el ajo 2 minutos.

Añadir la cebolla y rehogarla a fuego mediano 5 minutos mas.

Incorporar por ultimo los pimientos y proseguir la fritura 5 minutos.

Escaldar los tomates en agua hirviendo 10 segundos. Dejarlos enfriar y cortarlos en dados.

Añadirlos a la cazuela, con 1 cucharada de hierbas provenzales.
                                                                       

Salpimentar y cocinar 15 minutos mas.
                                                                           

miércoles, 15 de abril de 2015

Tres días en la isla de La Gomera. LLegada a la isla

                                                                               

El mes de abril del año pasado, seguimos con nuestro recorrido por las islas del archipiélago canario.

Después de visitar las islas que no conocíamos, ahora volvíamos a la Gomera, donde yo había estado varias veces desde mi juventud, ya que mis padres tenían unos amigos gomeros con casa en la capital de la isla, y también después de casada, con mi marido, pues mis padres vivieron en San Sebastián cinco años; los últimos cinco años de trabajo de mi padre antes de jubilarse, pues cansado de los nuevos tiempos en la Enseñanza Secundaria, prefirió un lugar mas tranquilo, como es esta pequeña isla, para acabar su vida activa, y nosotros los habíamos ido a ver varias veces y habíamos hecho alguna corta excursión por la isla. Otra de mis visitas fue cuatro años atrás cuando fui con mi hija, su familia y mis otras nietas, que pasaban el verano en Tenerife con nosotros, a pasar un  día en la isla.

Mi hija tiene una amiga, de sus tiempos de estudio en Madrid, D. que va con frecuencia a la Gomera y que nos hizo de guía, ese día.Tuvimos poca suerte, pues era el mes de agosto y hacia un no demasiado frecuente enorme calor, de 40ºC o mas, con el que hacer turismo es bastante pesado, y debido a esas temperaturas la calima cubría casi todo, y no se podía disfrutar de los esplendidos paisajes que hay en esta isla.

Así que quisimos volver a ella, para lo cual cogimos el ferry que va desde Los Cristianos, en el sur de Tenerife, donde pasábamos una temporada, y nos embarcamos los tres, C., el coche y yo.

El viaje es de una hora. El mar estaba en calma y la vista de la isla al llegar, de su capital San Sebastián de la Gomera, es magnifica, así que el viaje resulto placentero.

Un poco mas complicado fue encontrar el camino del Parador de Turismo, donde nos íbamos a alojar, pues hay atravesar un laberinto de calles, para luego subir un empinada cuesta llena de curvas.
                                                                         

Por fin lo conseguimos, y allí tomamos posesión de una habitación con vistas.
                                                                                 
                                                                               
 El Parador ocupa un lugar privilegiado por las esplendidas vistas sobre San Sebastian, el Teide, y el mar inmenso. Tiene un precioso y cuidado jardín, con plantas y algún pequeño edificio de madera que lo pone aun mas en relieve, todo con una arquitectura de estilo canario, muy afortunada.
                                                                                         
                                                                       
Nos quedamos a comer en el restaurante del Parador y después de un rato de descanso, dedicamos la tarde a conocer San Sebastián, la capital y la ciudad mas importante de la isla

Pero antes de sumergirnos en ella, sepamos un poco de la isla.

La Gomera, llamada también la isla redonda, por su forma, y la isla colombina, por el paso de Cristóbal Colón en su viaje de descubrimiento de América y también en los demás que hizo al Nuevo Mundo, es una de las islas occidentales del archipiélago canario, ya que pertenece a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, junto a La Palma, El Hierro y la misma Tenerife.

Su origen es volcánico, como el de las demás islas del archipiélago, siendo la de formación mas antigua, pues las ultimas erupciones se produjeron hace dos millones de años. La erosión del agua ha trazado numerosos barrancos, y, en la costa, impresionantes acantilados.

Posee una de las joyas naturales mas antiguas del planeta, como es la laurisilva, bosque subtropical de la era Terciaria, que ocupa la cima de su parte central, el Parque Natural de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1.981, formado por una gran variedad de arboles, arbustos y otras plantas, que conservan su follaje durante todo el año, entre los que hay fayas, brezos, laureles, helechos etc., y es la única de las islas que tiene un pequeño río.
                                                                             
                                                                               
En esta zona y a esa altura, se posa el llamado mar de nubes, que provoca la lluvia horizontal, la cual hace que se produzca una gran condensación de agua en las hojas de los arboles y una gran humectación en el suelo.
                                                                         

Su economía ha estado basada tradicionalmente en la agricultura, a pesar de que su superficie, tan montañosa, no es demasiado adecuada para los cultivos, ha sido posible gracias a la construcción de terrazas, y a la amplia red de canales de riego.

Actualmente el turismo es su principal fuente de riqueza con lugares atrayentes como Playa Santiago, Valle Gran Rey o la propia capital, en los que se organizan campeonatos de deportes, como p.e. el golf, el bridge, o excursiones de turistas, procedentes de los cruceros que hacen escala en Tenerife o Gran Canaria.
                                                           

Aunque hay diversas teorías sobre el nombre de la isla, la mas pausible es su procedencia del beréber, ya que existe un lugar en el norte de Marruecos, en la provincia de Xauen, de nombre casi idéntico: Gomara, así como otro español, de un islote, también al norte de Marruecos, llamado Peñón de Velez de la Gomera.

Los primitivos pobladores de la Gomera, que se encontraban, a la llegada de los europeos, en la etapa prehistórica del Neolítico, haciendo la salvedad de que en las islas no hay metales, no tenían ninguna relación con las demás islas del archipiélago, pues desconocían el arte de la navegación; cultivaban algunos cereales, cuidaban de sus rebaños, sobre todo de cabras, a lo que los ayudaban los perros, y pescaban y marisqueaban, para completar su dieta.

No se sabe a ciencia cierta cuando llegaron esos pobladores a las islas, pero se supone que fue entre 1.000 y 1.500 años antes de su conquista por los españoles, se cree que en varias oleadas; ni se sabe de donde, aunque recientes investigaciones han concluido, que tanto por el idioma, como por la anatomía, como por algunos rasgos culturales, que eran de origen beréber.

Aunque algunos viajeros, como el genovés Lancelloto y algunos monjes mallorquines habían visitado las Islas Canarias y se habían quedado largos años en un caso y habían empezado su labor evangelizadora de los otros, en el s. XIV, no fue hasta los primeros años del s. XV cuando empezó la conquista de las islas.

En un primer intento esta corrió a cargo de dos mercenarios normandos, los señores Jean de Bethencourt y Gadifer de la Salle, que fueron encargados de tal misión por el rey Enrique III de Castilla, y que lograron establecerse en Lanzarote, a los que sucedieron algunos caballeros castellanos, como fue el caso para la Gomera, que fue conquistada por Hernán Peraza, al que el mismo rey había dado permiso para hacerlo.

Las islas pequeñas y menos pobladas, Lanzarote, Fuerteventura, El Hierro y la Gomera, fueron así incorporadas a la corona de Castilla en régimen señorial, en el que permanecieron hasta la abolición del mismo en 1.812, mientras que las tres mas grandes, La Palma, Gran Canaria y Tenerife fueron conquistadas en régimen de realengo, al haber sido mas difícil tal empresa.

La Gomera fue fácil de incorporar a la corona de Castilla, pues los habitantes, que eran pocos, no opusieron demasiada resistencia, aún así hubo diversos episodios guerreros entre conquistadores y conquistados, y también entre los propios españoles, hasta que la asimilación y evangelización, que acompañaba siempre la incorporación de nuevos territorios, completadas con el mestizaje, fue total.

Por citar algún personaje de los comienzos españoles de la Gomera, uno de los mas polémicos fue Hernán Peraza, señor de la Gomera desde 1.445, cuya familia permaneció varios siglos al frente de su gobierno, y su esposa Beatriz de Bobadilla, que tras el asesinato de su marido por un aborigen, tomo las riendas de la gobernación, consiguiendo no ser mas apreciada que el difunto Hernán Peraza, por la dureza en el trato a los que tenia bajo su mando.

En el año 1.492, Colon se detuvo varias semanas en la Gomera, para repostar y reparar sus navíos, haciendo que esta isla entrara en la historia, al ser la ultima tierra europea que piso, antes de llegar a América.

Beatriz de Bobadilla lo ayudo cuanto pudo y trabo con él una amistad, que venía, seguramente, de su posible encuentro en la corte de los Reyes Católicos, que quizás fue mas que amistad, extremo que no se ha podido aclarar, a pesar de los variados estudios que se ha hecho sobre este asunto.

Colón volvió a parar en la Gomera en sus dos siguientes viajes a América, en 1.493 y 1.498, siendo siempre bien atendido por doña Beatriz.

Durante el s. XVI la Gomera fue sometida a los ataques de los corsarios (piratas protegidos por sus reyes; de ahí viene la expresión "patente de corso") ingleses y holandeses, aunque el mayor ataque se produjo en 1.613, por piratas berberiscos que asolaron la isla.

La economía insular mantuvo cierta importancia que sostuvo una población estable, desde el s. XVI hasta el XIX, con la producción de la cochinilla, primero y la introducción de cultivos de regadío, como tomates y mas tarde plátanos.

Pero siendo como es tierra abrupta y agreste, que proporciona dificiles condiciones de vida, ha habido en todas las épocas emigración, antaño a América, sobre todo a Venezuela, y simultaneamente a las islas mayores.

Hoy día la isla cuenta con algo mas de 23.000 habitantes, de los cuales cerca de 9.000 viven en la capital, San Sebastián de la Gomera, llamada por sus habitantes también La Villa.

No se sabe a ciencia cierta la fecha de la fundación de San Sebastián, pero lo mas probable es que fuera hacia 1.440.

En este mismo año se estableció en ella Hernán Peraza "el Viejo", que hizo un pacto de convivencia con los aborígenes, para conseguir la paz, y construyo algunos de los mas antiguos y principales monumento de La Villa, como son la Torre de los Peraza, o Torre del Conde, la Iglesia de la Asunción y la Casa Señorial.

A la muerte de Hernán Peraza "el Viejo", le sucede su hijo Hernan Peraza "el Joven", que acaba con la colaboración con los indígenas, y sufre diversas revueltas por su tiránica manera de tratarlos, hasta que es asesinado en un emboscada organizada por los gomeros.

Queda entonces gobernando su viuda Beatriz de Bobadilla, que continua con la misma tiranía.

 En este escenario se produce, podemos decir, la parada técnica en la isla, para repostar agua y víveres, y descansar, de Cristóbal Colon, que ha emprendido su viaje a las Indias Occidentales, sin saber, aun, que se va a encontrar con América, como sucedió el 12 de octubre de 1.492.

No es Colón el único navegante que para en la Gomera para aprovisionarsé, un número no pequeño de futuros exploradores y conquistadores de América, pasan por la isla, como Alonso de Ojeda, Vasco de Gama, Hernán Cortés, Francisco Pizarro, Nuñez de Balboa etc., etc.

En 1.522 Guillén Peraza se convertirá en primer Conde de la Gomera.

Mientras, diversos corsarios (piratas protegidos por sus reyes), deseosos de apropiarse de la isla, son rechazados por los habitantes, como en 1.553 ocurrió con  el corsario francés Jean Le Clerk, "Pie de Palo".

Mas tarde en 1.571, el pirata francés Jacques Capdeville, en compañía de hugonotes, con cuatro naves francesas y una inglesa intentan desembarcar en la isla, pero al ser rechazados matan a varios residentes y provocan un incendio que destruirá casi completamente el pueblo.

En 1.599 el corsario holandés Pieter Van der Goes, intenta atacar la villa pero es repelido con ayuda de la artilleria desde la Torre del Conde.

Los ataques duran hasta el s. XVII, en que el corsario ingles Charle Widman, intenta en 1.743, de nuevo, apoderarse de la isla sin conseguirlo.

También diversos acontecimientos como epidemias, inundaciones y terremotos, crisis agrarias, así como la emigración a América, en el s. XIX,  impedirán que aumente la demografía.
continuara.

miércoles, 8 de abril de 2015

Frisuelos con miel y nueces

                                                                                  


Los frisuelos son un postre típico de Asturias y de otras partes del norte de España, que se consumen principalmente en las fiestas del Antroxu (carnaval), y de las Comadres, fiesta, antaño solo de mujeres, hoy extendida al ámbito masculino, que se celebra el jueves anterior al martes de carnaval, principalmente en la localidad asturiana de Pola de Siero. 

Con el añadido de miel y nueces, resultan todavia mas deliciosos.

Ingredientes

                                                                                   

175 g de harina
3 huevos
2 cucharadas soperas de aceite
335 cc de leche
3cucharadas soperas de ron moreno
unas gotas esencia de limón o la piel rallada de medio limón
1 pizca de sal
1 pica de vainilla o azúcar vainillado

Para el relleno

250g de nueces sin cáscara
6 cucharadas soperas de miel

Elaboración


Preparar la pasta al menos con 2 horas de antelación.

Mezclar la harina, los huevos, el aceite, la manequilla, la leche, la sal, la esencia de limón o la ralladura de limón y la vainilla.
                                                                     

Dejar reposar 2 horas.

Picar las nueces.

En el momento de utilizar la pasta, añadirle el ron y aligerar la pasta, si fuera necesario,con unpoco de agua.

Echar un pequeño cazo de pasta en en una sartén previamente engrasada muy levemente con un pincel de cocina o un trozo de papel absorbente mojado en aceite.

                                                                                                                                                          
                                                   
Los frisuelos han de ser lo mas finos posible.

Calentar ligeramente la miel, de forma que este liquida.

A medida que se sacan los frisuelos de la sartén, untarlos con miel con un pincel de cocina.
                                                               

Espolvorear con las nueces picadas y doblar el frisuelo por los cuatrolados paa obtener un paquetito de forma cuadrada.
                                                                                   

Reservar al calor.

Servir solos o acompañados de nata montada o crema inglesa.                                                                                    

miércoles, 1 de abril de 2015

Segovia

                                                                               

Hace mas de un año hicimos una excursión, acompañados de nuestro primo A., de gustos similares a los nuestros y buen conocedor de España y mas aun de todas las provincias limítrofes con Madrid, como hemos venido haciendo estos últimos años. En esta ocasión el lugar elegido fue Segovia.

Segovia es una de las grandes joyas de nuestro país, abundante en lugares monumentales, herencia de su larga historia, en la que los diferentes pueblos que se han asentado en su territorio han dejado muestras de su cultura, hasta que culminada la Reconquista, paso a ser una de las ciudades importantes de España.

Para llegar a ella desde Madrid tomamos el tren AVE, que sale de la Estación de Chamartin, y en 21 minutos llegamos a la estación de Segovia-Guiomar, estación única para los trenes rápidos, sin conexión con la estación de trenes convencionales de media distancia, a seis km del centro de la ciudad, desde la que se contemplaba la Sierra de Guadarrama, aun nevada, cuando la primavera estaba en sus comienzos.
                                                                 

Estos seis km son salvados mediante un servicio se autobuses, que lleva hasta el centro histórico. En efecto después de subirnos a un abarrotado bus, este nos dejo al lado del acueducto.
                                                       

Conozcamos un poco Segovia, antes de adentrarnos en ella.

Segovia, declarada Patrimonio de la Humanidad en 1.985, es una agradable y muy interesante ciudad, de algo mas de 53.000 habitantes, capital de la provincia del mismo nombre y de la comarca Campiña  Segoviana.

Situada al pie de la Sierra de Guadarrama, en la confluencia de los ríos Eresma, subafluente del Duero, al desembocar en su afluente el río Adaja, y el río Clamores, que se une al Eresma bajo el Alcázar, hoy día canalizado y con paseo en su margen, con magnificas vistas de la ciudad, para disfrute de los segovianos, y de los visitantes.

El poblamiento de Segovia y alrededores es tan antiguo que hay evidencias de la ocupación de la zona por el hombre de Neanderthal.

Mucho mas recientes son las muestras de la Edad del Bronce, también encontradas en el entorno de Segovia.

Celtíberos, con restos de un castro, romanos cuyas obras podemos contemplar hoy día y visigodos, en cuyo reino fue sede episcopal, se establecieron en ella.

Parece que fue abandonada tras la invasión musulmana y no vuelve a aparecer en la historia hasta después de la conquista de Toledo por Alfonso VI, que encarga a su yerno Raimundo de Borgoña, en 1.088, la repoblación de la extensa zona conocida como el "Desierto del Duero", con gentes venidas del norte e incluso de allende los Pirineos.

A pesar de ciertos disturbios dinásticos, el s. XII fue de gran prosperidad para Segovia, ya que su situación en la ruta de la trashumancia la convirtió en un importante centro del comercio de la lana y del desarrollo de la industria pañera.

Esta bonanza económica produjo un aumento demográfico y constructor de muchos de los monumentos que hoy podemos contemplar en Segovia, como su esplendido arte románico del cual son muestra, nada menos que siete iglesias: las de San Martín, Santísima Trinidad, San Esteban, San Miguel, San Juan de los Caballeros, San Sebastian y San Andrés, y el gótico, como su esplendida catedral, siendo sede de la corte de los reyes de la dinastía Trastamara y lugar donde, en la iglesia de San Miguel, fue proclamada la reina Isabel La Católica en 1.474.
                                                   

En la primera mitad del s. XVI se produjo la rebelión contra el rey Carlos I, que había cambiado la dinastía, de la llamada Guerra de los Comuneros, que se oponían a los impuestos sobre Castilla, con los que el nuevo rey quería financiar los gastos de sus guerras y demás, que provocaba su deseo de ser nombrado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico y que no servía para nada a los intereses de España, pero, los Comuneros y con ellos toda Castilla, perdieron la guerra y sus lideres Padilla, Bravo y Maldonado, fueron decapitados.

Sin embargo la pujanza económica de Segovia continuo durante todo el siglo, hasta que, desde finales del s. XVII, Segovia, como casi todas las ciudades castellanas, entro en una larga decadencia, sufriendo una fuerte caída demográfica, a pesar de los intentos de revitalización de la industria lanera que propicio en el s. XVIII, Carlos III, y que no tuvieron éxito.

En el año 1.808, Segovia como toda España, sufrió la invasión francesa de las tropas de Napoleón, con su cortejo de muerte, destrucción y saqueo.

El s. XIX estuvo dominado por las guerras, pues a la Guerra de Independencia, para expulsar a Napoleón, sucedieron las Guerras Carlistas, y a estas, ya en el s. XX, la Guerra Civil.

En el s. XX, ha tenido una gran recuperación, basada en las industrias metalúrgica, de la construción y materiales para la misma, madera y sobre todo turismo.

Hoy es una ciudad próspera y bella, por la que es grato pasear, y eso que, no tengo mas remedio que decir, que nuestro visita se realizo con un frío invernal, a pesar de ser ya primavera.

Empezamos por contemplar, con el mismo asombro de siempre, el acueducto, pues el bus que nos había traído de la estación nos dejo en la Plaza del Azoguejo, antigua plaza del mercado, ya citada en las Cantigas de Alfonso X el Sabio, donde este impactante monumento se alza.

                                                                               

El acueducto es el hito arquitectónico mas importante de Segovia, y ha llegado a ser símbolo de la ciudad; se ha mantenido activo durante milenios, ya que hasta hace poco abastecía de agua a la ciudad.

Su fecha de construcción está entre finales del s. I y principios del s. II; tiene unos 25.000 sillares de granito, acoplados sin argamasa, 28 m. de altura en la parte mas elevada, a los que hay que añadir los casi 6 m de cimientos y dos ordenes de arcos sobre pilares, que completan 166 arcos.
                                                                               

Los romanos lo construyeron para traer agua a la primitiva ciudad, que se asentaba alrededor del Alcázar y seguramente su pervivencia, hasta el día de hoy, se deba a que estuvo cumpliendo su función durante siglos, hasta hace pocos años.
                                                                         

El agua venia desde 17 km, del manantial de la Fuenfría, y pasaba por una cisterna, un canal, con codos, subidas y bajadas hasta llegar a la zona del Alcázar, donde estaba asentada la población.

Como es de suponer por su antigüedad, fue reparado en diversas ocasiones; la primera gran obra de reconstrucción tuvo lugar durante el reinado de los Reyes Católicos. Actualmente ha sufrido un patente deterioro debido a la contaminación ambiental, que aumenta la erosión del granito. Para garantizar su supervivencia se ha emprendido un minucioso proceso de restauración, que ha durado ocho años y se ha desviado el tráfico rodado desde 1.992, aunque todavía circula demasiado, cerca del monumento.

Continuamos nuestra visita subiendo por la calle Real, principal calle comercial de Segovia, con varios palacios de los s.s. XV y XVI, ya que era el barrio donde habitaba la nobleza, como la Casa de los Picos, construida en el s. XV, por Lopez de Ayala y Silva como casa-fuerte para la defensa de la Puerta de Santa María, de la muralla. Mas tarde a finales del s. XV, la casa fue adquirida por el regidor Alfonso de la Hoz, que le añadió la singular fachada de picos, que le ha dado el peculiar nombre con que se conoce el edificio; después de diferentes usos; desde el año 1.976 y tras una amplia restauración, alberga la Escuela de Arte Superior de Diseño de Segovia.
                                                                   

Al lado se encuentra la Casa de los Río, mandada a construir, también en el s. XV, por el regidor Juan del Río, que fue habitada por esta familia durante varias generaciones.
                                                           

A escasos metros encontramos la Casa-Palacio del Conde de Alpuente o Palacio de Cascales; el primer nombre procede de su último dueño privado, en el siglo XIX, y el segundo de su arquitecto, en el s. XV, Alonso Cascales. Hoy día alberga la Consejería de Fomento de la Junta de Castilla y León.
                                                                       

Volviendo a la calle anterior encontramos la Casa del Siglo XV, de la cual ha llegado hasta nuestros días la importante y bella fachada.


En la misma calle se halla la Cárcel Real, hoy Biblioteca Pública, fundada en 1.842 con fondos procedentes de la Desamortización de Mendizabal de 1.835


El edificio fue construido entre los  XVII y XVIII, con decoración muy austera, y funciono como cárcel hasta 1.933. En su interior se pueden ver interesantes restos románicos de la ermita de San Medel.

Entre sus "huéspedes" mas ilustres se cuenta que Lope de Vega estuvo encerrado en ella en 1.577.

Cuando llegamos a un ensanchamiento de la calle nos encontramos con la Plaza del Corpus, en la cual se halla el Convento del mismo nombre, antigua sinagoga mayor, que servía a la judería, a la cual se llegaba por una estrecha calle lateral.
                                                                           

A su lado, en la Plaza de San Martín llamada también de Juan Bravo, a medio camino entre el Acueducto y la Plaza Mayor, se encuentra la iglesia de San Martín, uno de los mejores ejemplos del románico en la ciudad. Su galería porticada es uno de los elementos característicos del románico segoviano, que rodea todo el templo excepto la cabecera.
                                                                     

Levantada en el s. XII, conserva en el exterior su estilo románico, aunque tanto el interior, como algo del exterior ha sido modificado a lo largo de los siglos. Además del pórtico, es destacable la torre campanario románico-mudéjar.
                                                                         

En la fachada occidental tiene un gran pórtico con arquivoltas decoradas con motivos vegetales, y soportadas por estatuas que representan personajes del Antiguo Testamento.
                                                                 

La Plaza de San Martín, tiene gran sabor medieval y castellano; es el resultado de la unión, mediante una escalinata, de la plaza de la iglesia, con la de Medina del Campo, también llamada de las Sirenas, por las esculturas de dos seres mitológicos, por cierto, mas parecidos a esfinges que a sirenas, colocadas allí en la remodelación de las plazas efectuada en 1.852; está rodeada de importantes monumentos, como la referida iglesia de San Martín,


el Torreón de Lozoya, torre defensiva elevada en el s. XIV
   
 y la estatua del héroe comunero Juan Bravo, muy posterior a los demás monumentos, excepto la fuente, ya que ambas fueron instaladas en la plaza en el s. XIX.
                                                                                 
                                                                                 
Otro elemento que quiero destacar en esta plaza es la gran casona nobiliaria, que se ve al fondo, construida en el s. XV , y muy modificada a lo largo de los siglos, propiedad, hoy día, de nuestro gran amigo J.I., fallecido hace mas de cuatro años, antes de cumplir los cincuenta, y muy llorado por nosotros, que nos invito a conocer Segovia con él, nos hizo de cicerone por gran parte de la ciudad y nos mostró el interior de la casona, que ha sido rehabilitada por él.
                                                       

Seguimos calle Real adelante hasta llegar a la cercana Plaza Mayor
                                                                             

Se puede decir que la Plaza Mayor es el corazón de Segovia. Esta delimitada por el ábside de la catedral, la iglesia de San Miguel, el edificio del Ayuntamiento, y el Teatro Juan Bravo. En el centro de la plaza está instalado un quiosco de música

El techo de la iglesia de San Miguel, donde Isabel al Católica había sido proclamada reina en 1.474, como he contado mas arriba, se derrumbo en 1.522, y la nueva iglesia se ubico en una zona distinta de la plaza. con lo que esta quedo ampliada.

El Ayuntamiento data del primer cuarto del s. XVI, y fue flanqueado paulatinamente por las casas que formaron el norte de la plaza.

Uno de los edificios emblemáticos de la plaza, el Teatro Juan Bravo, fue construido en 1.917.

Un poco mas antiguo es el mencionado quiosco de música, que fue diseñado por el arquitecto Joaquín de Odriazola, (1.844-1.913) en 1.896, siguiendo la moda de arquitectura de hierro forjado, que hacia furor en toda Europa.

El paseo por Segovia nos había abierto el apetito, y como, ademas, ya era la hora de comer, en a misma Plaza Mayor entramos en un agradable restaurante donde dimos buena cuenta de un excelente cocido madrileño.
                                                                             

A pesar del día, algo mas que fresquito, habíamos disfrutado recorriendo, una vez mas, el casco antiguo de Segovia, y después de la comida volvimos en el tren AVE a Madrid.