miércoles, 1 de marzo de 2017

Ópera en el teatro Real de Madrid: La hija del regimiento


Hace ya algún tiempo asistí a la representación de La hija del regimiento. opera cómica en dos actos, de Gaetano Donizetti.

Una vez desaparecido el director musical del Teatro Real durante cinco interminables años, Gerard Mortier, el Teatro ha vuelto a programar ópera italiana de bel canto, para mayor gusto de los asistentes, después de hacerles padecer innumerables sesiones de ópera solo para incondicionales o expertos musicales del género. Ha sido largo pero ha acabado, o mejor dicho acabara, pues dicho señor dejo cierto numero de obras ya programadas y contratadas. Ahora al menos habrá algunas modernas y actuales, pero menos.

Volvamos a la ópera representada en esos días: La hija del regimiento en su versión francesa.

Donizetti compuso la música sobre un libreto escrito por dos expertos libretistas y conocedores de los gustos del público francés, Jean-François Bayard y Jules-Henri Bernard, marqués de Saint-Georges, dramturgo francés y director de la Opera Cómica, a partir de 1.829
                                                                         

La opera se estreno el 11 de febrero de 1.840, en la Opera Cómica de París, cuando su compositor vivía en la capital francesa.

Hay que decir que no tuvo demasiado éxito en su estreno, pero tras unas cuantas representaciones se convirtió en una de las favoritas del publico, ya que Donizetti contento a la perfección el gusto teatral del público francés.

Diez años antes de la primera opereta, Donizetti sentó un precedente del género, desde el punto de vista dramático, el teatro mas popular durante el s. XIX, evocando la institución militar, la patria o la nobleza, tal como le gustaba a la burguesía,

El argumento contiene todos estos elementos:

Siendo niña Marie fue abandonada y encontrada por unos soldados y desde entonces no ha recibido otra educación que la que ellos le han dado.
                                                           
                                                           
Es la preferida del regimiento, al que acompaña en todas las maniobras y batallas, sirviéndole de cantinera.
                                                                     
                                                                     
Un joven tirolés, Tonino, se alista en el ejercito al haberse prendado de Marie, ya que sabe que Marie está destinada a casarse con un miembro del regimiento,  amor que es correspondido por ella.

                                                                     

La madre de la joven, la marquesa de Bikensfield, que, después de muchos años reencuentra a su hija, la lleva de regreso a su palacio, donde planea organizarle un buen casamiento, después de corregir su educación cuartelera, pero Marie se mantiene fiel a sus soldados.
                                                                 


Ha transcurrido un año, pero Marie no se ha adaptado a su nueva vida. La marquesa ha preparado un enlace de conveniencia para Marie, pero ella siente nostalgia de su vida en el regimiento.

La boda está preparada y comienzan a llegar los invitados, pero cuando va a empezar la ceremonia llega el regimiento dispuesto a impedirlo. Tonino revela a la concurrencia la historia de Marie, la boda se anula, los invitados salen del palacio indignados, pero finalmente la marquesa da su bendición para que se celebre el matrimonio entre Marie y Tonino.

Ópera de sencillo e inverosímil, sea dicho de paso, argumento, ligera y agradable,  toda ella tiende a la ligereza y al desenfado, mezclando marchas militares con arias sentimentales, dentro de una música de gran belleza.

La puesta en escena se debe al director francés Laurent Pelly, (París 1.962), conocido actualmente por su trabajo en el repertorio operístico francés.

Para empezar este director de escena ha cambiado el periodo de las guerras napoleonicas, en que esta situada la acción originalmente, por un ambiente de la 1ª Guerra Mundial; las partes habladas de la ópera han tenido que ser adaptadas al traslado de época; ya he visto mas de una vez la falta de respeto que supone reformar tanto el libreto, como, a veces la partitura del compositor, práctica que se va popularizando.

Bien, pero al fin y al cabo la escena era apropiada para recordar una guerra.

El director de orquesta italiano Bruno Campanella (Bari, 1943) es un especialista en el bel canto, dirige muy bien la orquesta, tanto en lo cómico como en lo bufo, precursores de la opereta.

En cuanto a la interpretación tuvimos la suerte de poder escuchar al tenor mejicano Javier Camarena (Xalapa, Veracruz, Mejico, 1.976), nueva revelación de la lírica, que dio los nueve do de pecho, de la mas famosa aria de esta opera "Pour me raprocher!" y en general de la opera,  con toda soltura; teniendo en cuenta que tal aria se canta en el primer acto, bastante cerca del comienzo de la representación, sin haber tenido tiempo de calentar la voz, y con un movimiento escénico que le obliga a cantar corriendo o moviendo la cabeza. sin que el canto se resienta, es aun mas meritorio.
                                                                 

No se puede alabar de la misma manera a la interprete de Marie, la soprano polaca Aleksandra Kurzak (Brzeg Dolny, 1.977), cuya actuación fue graciosa, pero cuya voz deja bastante que desear.

El sargento Sulpice, otro de los personajes, fue interpretado magníficamente por el barítono  italiano Pietro Spagnoli, el coro como siempre a gran altura.

Reseñar, tambien que la conocida actriz Angela Molina hizo el papel de duquesa de Krakenthorp, personaje cómico, que corresponde con la madre del marido de conveniencia buscado por la madre de Marie, marquesa de Berkenfeld.
                                                             

Una delicia de opera y una buena representación, que fue muy aplaudida por el respetable.

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