sábado, 1 de abril de 2017

Cartagena

                                 
La visita de hoy nos llevo la tarde de un agradable día soleado y bastante templado de invierno, para conocer Cartagena.

Cartagena, con mas de 215.000 habitantes, aunque su área metropolitana llega hasta mas de 400.000, está  situada a orillas del mar Mediterraneo, en la comarca natural llamada Campo de Cartagena.
                                                                                       

Cartagena  tiene un nombre evocador, de su historia y de su hermana americana Cartagena de Indias, Colombia, fundada por Pedro de Heredia en 1.533.

La Cartagena española es bastante mas antigua, ya que fue fundada por el cartagines Asdrubal, yerno y sucesor de Amilcar Barca, en 227 a.C, con el nombre de Qart Hadasht=Ciudad Nueva, según el geógrafo griego Estrabón, que vivió entre los años 64 a.C y 24 d.C:

"Después de Abdera, viene la Nueva Carthago, que fue fundada por Asdrubal, sucesor de Amilcar Barca, padre de Anibal. Es, entre todas las ciudades de la zona, la mas poderosa, goza de una situación natural fuerte y de unas murallas bellamente construidas. Dispone de varios puertos, de una laguna y de las minas de plata..."
                                                                                    

Qart Hadasht fue la principal ciudad cartaginesa de Iberia, base de muchas de sus operaciones bélicas durante la Segunda Guerra Púnica; pero, conquistada por los romanos en 209 a.C., cambio de nombre y fue llamada Carthago Nova.

Hay pocos restos arquelógicos de su época cartaginesa, no así, en cambio, de la era romana, de la cual se conservan numerosos e importantes, como veremos, en la que llego a ser capital de provincia durante el reinado del emperador Diocleciano.

Tras la caída del Imperio Romano, Cartagena con el nombre de Carthago Spartaria formo parte de los dominios del Imperio Bizantino, cuyo emperador Justiniano I deseaba restaurar el Imperio Romano, dominio que duro algo menos de 100 años, entre los s.s.VI y VII, cuando los visigodos que reinaban en el resto de Iberia y consiguieron expulsar a los bizantinos, destruyeron la ciudad hasta sus cimientos.

Cartagena entro entonces en un lago periodo de decadencia, del cual no se recupero hasta bien entrada la Edad Moderna.

Durante la dominación árabe tuvo una ligera recuperación, en la que se construyo una fortaleza en el cerro de la Concepción, época en que fue conocida como Qartayanat-al Halfa. 

Fue reconquistada por el infante Alfonso, hijo del rey de Castilla Fernando III, el Santo, en 1.245

A partir del s. XVI se potencio su papel militar debido a la importancia estratégica de su puerto, como describe Miguel de Cervantes en su obra Viaje al Parnaso:


          " Con esto, poco a poco,llegue al puerto
 a quien los de Cartago dieron nombre,
           cerrado a todos los vientos y encubierto.
                                                           A cuyo lado y sin igual renombre                                                            postran cuantos puertos el mar baña
            descubre el sol y ha navegado el hombre..."

Esta importancia decayó durante el s. XVII a favor de los puertos atlánticos, en contacto con Ámerica.

Durante el s. XVIII, con Felipe V, primer Borbón en España, Cartagena fue nombrada cabecera del Departamento Marítimo del Mediterraneo, al tiempo que se mandaba construir el Arsenal Militar, astillero y base naval de gran importancia en el Levante español, destinado a desarrollar la política naval del rey y de su secretario, el estadista y político ilustrado Zenón Somodevilla, 
I Marques de la Ensenada (1.702-1.781).
                                                                       

A principios del s. XIX, Napoleón Bonaparte invadió España con el pretexto de dirigirse a  Portugal, aliado de Gran Bretaña. Pero sus planes eran otros, y su ejercito se quedo ocupando el territorio nacional y cometiendo toda clase de desmanes, saqueos, violaciones, humillación de la población y destrucción del patrimonio nacional, durante cuatro larguísimos años.

Tras la Guerra de la Independencia contra el invasor, comenzada con el levantamiento de Madrid en 1.808, refiriéndonos a Cartagena, el ejercito napoleónico no logro traspasar las solidas murallas de la ciudad, y la victoria consolido la posición de Cartagena  en la región.

El s. XIX continuo con funestos episodios políticos como la rebelión cantonal de 1.873, que resulto sofocada siete meses después. La ciudad quedo casi completamente devastada por el bombardeo de las tropas centralistas, por lo que se conservan pocas obras anteriores al siglo XIX.

Con el descubrimiento de las minas de La Unión surge, a finales del s. XIX, un crecimiento imparable; se produce, al mismo tiempo, un proceso de industrialización de la ciudad, que es reconstruida, tanto en edificios públicos como privados, según los nuevos modelos modernistas.


Después de superar dificultades y crisis a lo largo del siglo XX, actualmente Cartagena ha renovado su industria, ha consolidado su oferta turística gracias a sus recursos naturales y culturales y ha atraído  un inmenso tráfico de cruceros, que han contribuido a su prosperidad.

Llegamos a Cartagena en una media hora, la que necesito el autobús para recorrer los casi 39 km que la separan de La Manga.

Era un precioso y templado día invernal y comenzamos la visita en el puerto. Desde la creación de Cartagena, el puerto ha estado ligado a su historia, ya que siempre ha sido una  ciudad portuaria  y todas las civilizaciones que han pasado por ella han hecho uso de su puerto.


Además de su uso como puerto comercial, siempre ha estado ligado al ejercito, creándose un Arsenal Militar que sigue en activo y es la sede de los submarinos de la Armada Española.

Posee dos dársenas, una destinada al tráfico comercial e industrial, la dársena de Escombreras, y otra destinada a los cruceros de placer, la dársena de Cartagena, separadas entre si por 5 km en carretera o 1,5 millas náuticas. 
                                                                             

Cerca del puerto está el Museo Naval, edificio histórico construido en 1.785, cuyo uso original fue el Cuartel de Presidiarios y Esclavos.

En la nueva sala, en el edificio que fue taller de calderería del Arsenal de Cartagena, dependiente del Museo Naval, inaugurada en 2.013, se exhibe el submarino de Isaac Peral, además de una serie de paneles, vitrinas y medios audiovisuales tanto de la vida del inventor como de las vicisitudes del submarino, 
                                                          


                                      

Recordemos la construcción de este submarino.


 En 1.885 el teniente de navío Isaac Peral (Cartagena 1.851-1.895) se dirigió al Ministro de Marina para exponerle la posibilidad de realizar un torpedo sumergible para defensa de las costas.

Isaac Peral, científico, marino y militar, es considerado el "inventor del submarino", no porque fuera la primera nave sumergible, sino porque su nave era la primera que estaba propulsada por electricidad e incorporaba un torpedo bajo el mar, con lo que revoluciono la historia de la navegación militar.
                                                     


Después de ser autorizado por el ministerio comenzo la construcción del submarino, en 1.886; este consistía en un casco de acero de forma fusiforme, con una torreta en el centro. Incorporaba un moderno periscopio y para cada uno de los aspectos de la nave Isaac Peral había previsto las dificultades y su solución.

Sin embargo la comisión nombrada en 1.890 para dar viabilidad al proyecto decidió, equivocadamente, en contra, y el submarino no vio la luz como tal.

En 1.912 se dio orden de desguace del prototipo, orden que no se cumplió; pero durante los siguientes cuarenta años el submarino, que estaba en el Arsenal de la Carraca, en San Fernando, Cádiz, fue amenazado de desguace, hasta que en 1.929 fue rescatado y trasladado a la Base de Submarinos de la Armada, en Cartagena.

A petición del Ayuntamiento de Cartagena el submarino fue exhibido, como monumento popular, durante cerca de cuarenta años en la Plaza de los Héroes de Cavite.

En la remodelación del frente marítimo de la ciudad, fue de nuevo trasladado en 2.002, a la fuente del paseo de Alfonso XII, junto al puerto deportivo.

Finalmente su peregrinación parece acabada con la instalación en una sala del Museo Naval, después de convenientemente restaurado, desde 2.013.
                                                                       

                                                                           
Esta visita y todo lo referente al submarino de Peral me resulto muy interesante.

Camino del centro histórico de la ciudad pasamos por delante del edifico del Museo Naval
                                                                 

para llegar despues, en primer lugar a la parte modernista de la ciudad, con sus aparatosos y grandiosos edificios
                                                                                

entre los que destaca el Ayuntamiento, que tiene una curiosa planta triangular, que solo se advierte por la parte trasera.
                                                         
      
El Palacio Consistorial, construido entre 1.900 y 1.907, es obra del arquitecto Tomas Rico Valarino, un compendio monumental del eclecticismo y modernismo que impero en la ciudad, en la época de mayor auge económico de su historia.

El edificio esta construido en terreno ganado al mar, que debido a su poca estabilidad y al enorme peso del palacio, ha tenido grandes problemas que casi lo convierten en ruinas. Actualmente está completamente rehabilitado y exhibe su magnifica fachada en mármol blanco, sin peligro.

Nos acercábamos a uno de los principales hitos de Cartagena, sus ruinas romanas entre las que destaca sobremanera el teatro romano.
                                                                      

El Teatro Romano de Cartagena estuvo 2.000 años bajo tierra, sin que nadie supiera lo que allí había. 

En 1.988 durante unas obras de cimentación de un solar, aparecieron unos restos, que llevaron al descubrimiento de un enorme teatro romano con capacidad para 7.000 espectadores.   

Para devolverle su esplendor hubo que demoler un barrio entero, pero según parece valió la pena, pues dinamizo la ciudad, que así recupero una parte importante de su gigantesco patrimonio arquelógico, recogido en el Museo, hecho para tal fin, obra del arquitecto Rafael Moneo
(Tudela, 1.937).

El Teatro Romano de Cartagena fue construido entre los años 5 y 1 a.C. en tiempos del emperador Octavio Cesar Augusto y estuvo en uso hasta el s. III, a partir del cual se le superpusieron varias edificaciones, que lo mantuvieron oculto los siguientes 2.000 años, hasta que fue descubierto en 1.988, cuando después de un episodio fortuito, como he dicho, fue excabado bajo la dirección del arqueólogo Sebastian Ramallo, y sacado  a la luz, para poder estudiarlo y admirarlo.
                                                                             

Fue dedicado a Lucio y Cayo Cesar, nietos del emperador Augusto, como se puede ver en dos grandes dinteles de mármol gris situados a las entradas oriental y occidental del teatro, que han permitido determinar los años de su construcción.

Para ello se emplearon mármoles y areniscas de canteras locales y de otros lugares, entre las que destacan las columnas de travertino rojo y las esculturas que ornamentaban el teatro, realizadas en mármol péntelico blanco traído de Grecia.

Cuando en el s. III Cartagena fue designada como capital de la provincia Carthaginense, se produjo un cierto desarrollo y se construyo entonces un mercado encima del teatro, aprovechando hasta el 60% de  materiales del mismo, como capiteles, columnas e incluso esculturas.

Después de la destrucción de la ciudad por los vándalos en 425, el mercado desapareció y solo volvió a estar activo durante el dominio de la zona por los bizantinos, que refundaron Cartago en el s. VI, y construyeron un barrio encima del teatro.

Sobre el barrio bizantino muchos siglos después, en el s. XIII se construyo la catedral de Santa María la Vieja, en la que muchos de sus muros contienen restos de diferentes épocas, entre otros del teatro.
                                                                   

El descubrimiento se produjo durante las obras de construcción del Centro Regional de Artesanía. Al haber estado cubierto por sucesivas capas de ocupación, bizantina, musulmana, cristiana, se ignoraba por completo su existencia.

Sin embargo esta ocultación ha permitido que se conserven gran cantidad de materiales originales del teatro in situ.

Un ambicioso proyecto de restauración se ha emprendido, que ha concluido parcialmente en 2.008.

Simultaneamente se ha construido el Mueso Romano de Cartagena a cargo, como decía, del arquitecto Rafael Moneo.
                                                                       

El Palacio de Riquelme, obra del mismo arquitecto que el Palacio Consistorial, Tomás Rico, de 1.908, es la puerta de acceso tanto al Teatro Romano como al Museo.

Con la entrada por el Palacio Riquelme, el Museo se articula en dos edificios distintos unidos por un corredor, que incorpora este palacio y un corredor arqueológico bajo la iglesia de Santa María la Vieja, convirtiendo el teatro en la última y mas notable pieza del museo.

El magnifico proyecto de Rafael Moneo no se limita a la restauración del Teatro sino a la integración del monumento en el casco urbano, y a la construcción del Museo.

Las distintas secciones, que recorrimos, son

El Corredor
Con un recorrido cronológico de los barrios que se ubicaron en esa zona, un viaje a través del tiempo, en sentido inverso de menos a mas antiguo: el barrio de pescadores del s. XVIII, el Arrabal Viejo, la medina musulmana, el barrio bizantino, el mercado del s. V,, para acabar en el teatro romano, del s. I
                                                                 

Sala I.
La arquitectura del teatro

Muestra piezas originales del teatro, y una gran maqueta a escala,
                                                                       

paneles y vídeos. Una gran estatua del emperador Octavio Cesar Augusto preside la sala
                                                                 

Sala II.
Teatro y Sociedad

Se exponen en esta sala diversos elementos ornamentales, como los dos grandes dinteles dedicados a los dos nietos de Augusto, Lucio y Cayo;
                                                                   

las tres aras capitolinas dedicadas a Júpiter, Juno y Minerva
                                                   

y otros muchos elementos, como estos dos
                                                                     


empleado como decoración en el teatro y otros muchos que no podemos reseñar, pero que vale la pena ver.

El Corredor Arqueológico con mas muestras de la época y de la construcción del teatro, que conduce al propio Teatro Romano.
                                                                             

Un edificio notable, incrustado en el teatro y que manifiesta con toda claridad la utlización del teatro en otras construcciones, es la catedral Santa María la Vieja.
                                                             


Existen informaciones parciales y confusas tanto de su fundación por el infante Alfonso de Castilla, conquistador de la región de Murcia, mas tarde rey Alfonso X el Sabio, como de su devenir histórico, de tal manera que hoy día es una amalgama inconexa de restos arquitectónicos de diversas épocas; la fachada exterior data de 1.904, obra del arquitecto Victor Beltri (Tortosa, 1.862), de estilo neorrománico, mientras que la reforma que se efectuó en el interior es de estilo neogótico; también tiene algunas capillas barrocas y una torre.

El retablo de alabastro, hoy día en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid y algunas bóvedas góticas conservadas, sitúan su construcción en el s, XVI
                                                                       

Todavía nos faltaba visitar otro museo de Cartagena, también sobre su antiguo e interesante pasado, el Museo  Arquelógico Subacuatico de Cartagena ARQVA, para lo cual volvimos al puerto donde en el muelle Alfonso XII se encuentra este museo.

Después de un largo periodo de construcción plagado de dificultades técnicas y económicas, se pudo inaugurar el nuevo edificio del museo en 2.008; obra del arquitecto Guillermo Vazquez Consuegra,(Sevilla, 1.945).
                                                               

El museo expone los materiales arqueológicos relacionados con el tráfico marítimo en el Mediterraneo, a través de los mundos fenicio, púnico, helenístico y romano.

Se pueden ver en sus salas ánforas romanas utilizadas para el transporte de líquidos, materiales metalúrgicos suntuarios como el marfil y el vidrio, inscripciones relacionadas con el transporte, entre los que destacan los dos barcos fenicios del s. VII a.C., encontrados en Mazarrón y  gran parte de su cargamento.
                                                                 



Los restos, muy bien expuestos en vitrinas, invitan a los visitantes a interesarse por estos magníficos hallazgos y conocer la historia del patrimonio acuático español, desde la Antigüedad hasta el s. XIX. y precisamente este museo de Cartagena es el primero en dedicarse a estos temas.

La última colección incorporada a la exposición es parte del tesoro de la fragata Nuestra Sra.
de las Mercedes, hundida por la Armada Británica en 1.804, durante la batalla del Cabo de Santa María, en la que hubo numerosos muertos y prisioneros, tesoro compuesto por mas de 500.000 monedas de oro y plata.
                                                                       


                                                                                 

Magnifico Museo y exposición, para esta visita en Cartagena. 

Otras muchas cosas tiene esta preciosa ciudad, pero para una tarde ya estuvo bien y pudimos darnos cuenta de la belleza y el empaque de la ciudad. 

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