jueves, 29 de junio de 2017

Llegada a Bayona, Pontevedra

                                                                               

Tras un largo viaje, con parada en Lugo, habíamos llegado, casi a la caída de la tarde, a Bayona.
                                                                         
Nos quedamos en el Parador, situado en un lugar privilegiado dentro de esa hermosísima bahía, en la pequeña península de Monterreal, desde la que se tienen magníficas vistas sobre la tierra y el mar.

El sol estaba bajo cuando entramos en la habitación, pero la visibilidad era buena y el paisaje esplendido.
                                                                         

El Palacio Elduayen, de propiedad privada, fue comprado por el Estado español en 1.963 para instalar allí el Parador, inaugurado en 1.966.

El palacio edificado por el ingeniero y político José Elduayen, Marques de Poza de la Merced (1.823-1.898), adquirido en 1.877 en pública subasta, que, tomando como base el antiguo convento franciscano, que hubo en tiempos pasados, construyo allí su vivienda, palacio que fue derribado para elevar el Parador, un edificio mas funcional, y que no desentona con el entorno.
                                                       

Al mismo tiempo que se levanto el Parador se restauraron las murallas.

La historia del castillo de Bayona se pierde en los recovecos de la historia de España, convirtiéndose en leyenda, ya que desde el s.II a.C. la primitiva población de Erizana, hoy Bayona, ya habría estado fortificada.

Romanos y visigodos se sucedieron en la ocupación del lugar, con desigual fortuna, hasta que en 730 fue conquistada por los sarracenos, que habían invadido la Península Ibérica, arrasándola.

El dominio musulmán duro poco, pues en 750 fue conquistada por Alfonso I, el Católico, rey de Asturias.

En los siglos siguientes fue atacada por los normandos, que destruyeron su puerto, y a finales del s. X, 997, llego hasta sus muros el caudillo musulmán Almanzor, que arraso la fortaleza, destruyendo la Torre del Príncipe que actuaba como faro.
                                                                           

 Dos años después, Alfonso V de León la recupero, reconstruyendo castillo y torre.

En dicha torre estuvo encarcelado durante varios meses el Príncipe de Asturias, don Carlos de Habsburgo, heredero de Felipe II

Otro ilustre cautivo en esta torre fue el futuro rey de Portugal Alfonso Enriquez en 1.130, hecho prisionero por Alfonso VII de León, al que apoyaron los habitantes de Erizana, por lo cual el rey les otorgo el cambio de nombre:

"Y no queremos que se llame (como antes) Erizana, sino que le imponemos el nombre de Vayona"

Después, el rey Alfonso IX confirmo el cambio de nombre de la villa, con la concesión de la carta-puebla, que otorgaba a los habitantes de Bayona libertad para el comercio marítimo.

Las desgracias continuaron asolando Bayona; diversos conflictos bélicos con Portugal ocurrieron en el s, XIV, así como una epidemia de peste negra, llegada a través del puerto, así como el ataque del corsario ingles Juan de Gante, duque de Lancaster, que arraso casi toda la población.

Otros episodios bélicos, en los que también intervino Portugal, ocurrieron durante la Guerra de sucesión de Castilla, entre Isabel de Trastamara, futura Isabel La Católica y su sobrina Juana la Beltraneja, con el resultado que se conoce, que causaron grandes trastornos entre la población de Bayona, durante el s. XV.

En este mismo siglo ocurrió un hecho histórico. El 1 de marzo de 1.493 desde la Torre del Príncipe, se avisto la llegada de una carabela. Se trataba de "La Pinta", una de las tres carabelas que participaron en la expedición de Cristóbal Colón, en la que se descubrió América.
                                                             

La llegada de ese barco, capitaneado por Martín Alonso Pinzón, convirtió a Bayona en la primera población de Europa que recibió la noticia del Descubrimiento.

En la actualidad se celebra cada año, ante los muros del castillo, una representación teatral que recuerda aquel acontecimiento.

Al pie de las murallas, en la llamada "Huerta de los Frailes" recibió sepultura el primer indio americano fallecido en esta orilla del Atlántico, llegado a España en "La Pinta".

La buena nueva hizo que los Reyes Católicos concediesen carta-puebla a Bayona en 1.497 y que debido a los peligros que afrontaban, decidiesen que los vecinos habitaran en el interior de la fortaleza, ayudándolos con exenciones de impuestos, y otros privilegios, como el de construir la Casa Consistorial en el recinto del castillo, cambiando el nombre de la misma de Monte de Buey, a Monte Real.

En Bayona quedaron, sobre todo, pescadores y marineros.

Siempre asesiada por piratas y corsarios, la ría sufrió uno de sus peores ataques en 1.585 cuando el corsario inglés Francis Drake, al mando de una importante flota, intento asaltar la fortaleza, siendo la valentía y la estrategia del Conde de Gondomar la que consiguio rechazar el ataque, y no fue esta la única gesta que protagonizo el Conde de Gondomar.

Se sucedieron durante el s. XVI, ataques de piratas franceses, que produjeron serios daños en el castillo y una  nueva epidemia de peste, que dejo casi despoblada la villa.

También en el s. XVI se fundo extramuros del castillo, el Convento de San Francisco, por franciscanos provenientes de Andalucía, de ahí el nombre de Huerto de los Frailes, pues allí tenían sus cultivos los monjes.

Piratas, como el ingles Francis Drake, o una flota francesa, y otros asaltantes no pudieron conseguir esta fortaleza, protegida por sus murallas, a lo largo de los siglos siguientes.

En 1.809, durante la Guerra de la Independencia, contra la invasión de Napoleón Bonaparte, el mariscal francés Soult, asalto Bayona y el Castillo de Monterreal, siendo rechazado por los habitantes de la villa, ayudados por tropas portuguesas al mando del teniente Joao de Almeida.

El fin del castillo como fortaleza militar, fue decretado por el Estado español en 1.859, que dispuso su abandono. Años después, en 1877 se procedió a venderlo en pública subasta, como he relatado mas arriba, y la suerte que corrió.

Durante la restauración de las murallas, al mismo tiempo que se elevaba el Parador, se cubrieron de almenas en muchos lugares donde nunca habían tenido esta "decoración", primando la estética sobre la construcción histórica.

Otro monumento que se incluyo en el recinto del Castillo, ya convertido en Parador fue, en 1.975 una capilla dedicada a la Virgen del Carmen, obra de Jesús Valverde Viñas, arquitecto de varios Paradores, de austero aire de inspiración medieval.
                                                             

Un paseo de mas de dos kilometros, el Paseo Monte Boi, que rodea las murallas desde la Playa de Concheiro, fue inaugurado en 1.995
                                                                     

Bien, pues una vez conocida brevemente, ya que es bastante mas amplia y complicada, la historia del lugar, nos dispusimos, al día siguiente de nuestra llegada, a conocer el recinto del Parador, todo él rodeado de la muralla.

La muralla se encuentra en la peninsula de Monte Boi, tambien conocida como de Monterreal, y se conoce como recinto amurallado desde hace mas de 2.000 años.

Siglos antes del nacimiento de Cristo la península fue habitada por celtas, fenicios y romanos. Ya en nuestra era fue ocupada por diversos pueblos y sufrió gran cantidad de ataques piratas y otros, y tambien muchas modificaciones. Antiguamente se ubicaba allí la ciudad de Baiona, por privilegio concedido por Los Reyes Católicos para defenderse de los ataques corsarios.

Posteriormente el recinto se convirtió en residencia de diferentes gobernadores militares de la fortaleza, entre los cuales el conde de Gondomar,.paso, luego,  a manos privadas hasta que en 1.963 lo compro el Ministerio de Información y Turismo para instalar el Parador de Turismo que llamo "Conde de Gondomar"

A lo largo del recorrido de la muralla de unos 3 km, hay torres, puertas, baterías, baluartes, y resto de edificaciones como almacenes y pozos, entre los que destacan:

Puerta Real, la mas bella del recinto, construida en el s. XVI, encima de la cual hay dos escudos, el de la Casa de Austria, con un escudo de la Corona de Castilla, y en el parte inferior el escudo de la Casa de Sarmiento a la que pertenecia el Conde de Gondomar
                                                         

La Torre del Reloj, de considerable altura y planta cuadrada, que debe su nombre al reloj y gran campana que se instalaron en ella, en el s. XVI, para dar aviso en caso de ataque por mar.

La Torre del Príncipe, seguramente la mas antigua, que servía de faro para los navíos. Debe su nombre a que en ella estuvo preso el príncipe portugués Alfonso Enriques, en 1.137.

La Torre de la Tenaza, usada como polvorín y prisión, cuyo cometido era defender el puerto con unas baterías de tiro.  Pedro Madruga, caballero feudal  que se apodero del castillo en 1.474, que dejo memoria de su cruel trato.

Interesante y precioso paseo que dimos esa mañana.

Por la tarde, yo sola, ya que mi marido se quedo descansando en el Parador, me llegue hasta hasta el pueblo, que tarde varias horas en recorrer, ¡tanto tiene que ver!, pero como el relato del pueblo de Bayona también será largo, lo dejaré para otra entrada. 

jueves, 22 de junio de 2017

Smoothie de platano y frambuesa

                                                       

Smoothies o batidos de fruta y lácteos, son saludables, nutritivos y frescos para esta estación. tan calurosa por días y por regiones.

También son muy fáciles de preparar. Veamos el que os propongo

Ingredientes

                                                                                                                                         



2 plátanos
250 g de frambuesas
10 ml de edulcorante
400 g de yogur natural
400 de leche entera
6 cubitos de hielo


Elaboración


Poner todos los ingredientes en la batidora.
                                                               

Batir bien hasta obtener una consistencia suave y homógenea.
                                                               

Decorar con unas pocas frambuesas reservadas, con otra fruta de temporada como cerezas u hojitas de hierbabuena.
                                                                 

jueves, 15 de junio de 2017

Lugo, parada antes de llegar a Bayona

                                                                             

En un bonito día de primavera salimos de Oviedo para llegar a Bayona, Pontevedra, y pasar allí unos cuantos días.

Cogimos, pues, una de las posibles rutas para recorrer los casi 500 km que hay entre estos dos lugares, pasando por Lugo, para así echar un vistazo a esta interesante ciudad, donde paramos a la hora de comer.

El día era esplendido y sin bruma, lluvia o amenaza de tal. Toda la ciudad lucia con sus mejores colores.

Después de informarnos elegimos un restaurante en la zona mas céntrica del casco antiguo, donde dimos buena cuenta de, podríamos decir, demasiada comida, ya que era excelente, como corresponde a la fama gastronómica de Lugo y de Galicia.

Antes de dar el paseo que nos ayudo, tanto a conocer un poco la ciudad como a aligerar la comida, sepamos algo de esta antigua ciudad.

Lugo es la capital de la provincia y de la comarca del mismo nombre, situada sobre una colina, rodeada de montañas redondeadas y no demasiado altas, circundada por el rio Miño, el mas importante de Galicia y de otros dos de menor entidad, los ríos Chanca y Rato.

Tiene cerca de 100.000 habitantes.

La ciudad y su paisaje tanto rural como ciudadano están marcados por el río Miño; se encuentra dentro de la Reserva de la Bisofera "Terras do Miño" proclamada por la UNESCO en 2.002. Otros dos ríos atraviesan la ciudad, los ríos Fervedoira y Mera. Mucha agua tiene, como se puede ver.

Lugo es la ciudad mas antigua de Galicia, poblada desde remotos tiempos y asentada sobre un primitivo castro.

Alrededor del año 25 a. C. el legado del emperador Augusto, Cayo Antistio Vetus, de la provincia Tarraconense, estableció en ese castro un  campamento militar para las guerras cántabras, que posteriormente llevo el nombre de Lucus Augusti, origen del nombre de la ciudad de Lugo, convirtiéndose, mas adelante, en un importante núcleo urbano, representativo de la cultura y modo de vida romano, como se aprecia en los restos arqueológicos encontrados.

Entre los años 260 a 325 la ciudad se rodeo de una muralla. Esta muralla de 2.266 m de circunferencia, ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2.000, y es la única fortificación romana en el mundo que conserva integro su perímetro, y que rodea todo el casco histórico.
                                                                       


A la caída del Imperio romano, se produjeron las invasiones de los pueblos bárbaros; los suevos denominación ambigua, pues era equivalente a pueblo germánico, o mejor, conjunto de varios pueblos germánicos, se establecieron en la zona en 460, llegando a ser Lugo sede episcopal, importancia que perdió a favor de Santiago de Compostela, con la aparición del sepulcro del apóstol, entre 820 y 835, y las consiguientes peregrinaciones, y que produjo una decadencia, con perdida de gran parte de su población, de la cual no se recupero hasta el s. X.

La invasión musulmana de 713, duro en estas tierras hasta 741, en que Alfonso I de Asturias, yerno del iniciador de la reconquista, don Pelayo, ocupo la ciudad, que encontró en un estado lamentable.

Durante gran parte de la Edad Media, Lugo quedo como paso de las peregrinaciones a Santiago de Compostela, siendo cabeza de la llamada "Ruta primitiva", pero su decadencia continuo, tanto por las luchas externas como internas.

Durante la Edad Moderna experimento cierto auge, que se consolido en el s. XVIII, con la concesión de privilegio real, dado por Fernando VI, en el año 1.724 para las ferias de San Froilan, de extraordinaria importancia económica, que convirtieron a Lugo en una gran ciudad agraria. También se promovieron obras viarias de comunicación, reforma de edificios religiosos y conversión en pública de la Puerta de Santiago, de entrada y salida de la ciudad.

En el s. XIX continuo el proceso de recuperación económica y demográfica, que fue cruelmente interrumpida por la invasión napoleónica. En efecto a finales de agosto de 1.809
el ejercito francés entro en Lugo; los edificios próximos a la muralla fueron quemados para evitar la fácil escalada de la misma.

Después de encontronazos y batallas, en las que el ejercito invasor tuvo que retirarse y abandonar la ciudad, dejando el correspondiente reguero de asesinatos, saqueos, y destrucción, como en los muchos lugares ocupados en  toda España, entre los que contaremos la voladura del arco central del Puente Romano, destruyendo la capilla y la puerta de pontazgo, que había en ese lugar.

Acabada la Guerra de la Independencia, el resto del s. XIX fue convulso política y socialmente, hasta que acabo en la Guerra Civil (1936-39).

Actualmente Lugo es la capital cultural de la provincia, con campus universitario, que depende de la Universidad de Santiago de Compostela, y próspera industria agroalimentaria.

Bien, pues empezamos por contemplar el edificio de Ayuntamiento que estaba delante del restaurante, en la Plaza Mayor de Lugo.

La Casa Consistorial se ha mantenido en el mismo emplazamiento desde un primer edificio del s. XVI. que tuvo que ser restaurado por ruinoso, tanto en el interior como en el interior en 1.738, por el arquitecto Lucas Ferro Caaveiro (1.699-1.770) y que esta considerado como una de las obras mas importantes del barroco civil gallego.
                                                                     
                                                                   
La torre del reloj fue añadida posteriormente en 1.871 y rompe con la horizontalidad del edificio.

La Plaza de España o Plaza Mayor, donde se ubica el Ayuntamiento, centro neurálgico de la ciudad, era donde, durante la Edad Media se celebraba mercado.

Algunos edificios notables rodean la Plaza Mayor como el Convento e Iglesia de San Francisco, empezado a construir en el s. XIII, hoy Parroquia de San Pedro y Museo Provincial, antiguo Seminario Conciliar; según la tradición, San Francisco fundo el convento durante su peregrinación a Santiago de Compostela.
                                                   

El Círculo de Bellas Artes que alberga la sociedad cultural lucense, fundada en 1.855.
                                                           

En la acera que rodea los soportales aun se conservan algunas de las casas que bordeaban la antigua plaza, antes de la reforma de la misma..

Tiene unos hermosos jardines en el centro, y un quiosco de música
                                                       
.
Desde la plaza mayor seguimos hasta dar con las murallas.

Las murallas son el  reducto defensivo romano mejor conservado del mundo. Tienen 50 torrecillas defensivas  y 10 puertas.

Nosotros atravesamos la Porta Nova, de la época romana, reconstruida en la Edad Media y principal comunicación de Lugo con el Norte.
                                                             
                                                       
 y subimos al paseo por el que se puede transitar casi todo el recinto amurallado.
                                                   

Desde esa atalaya se pueden contemplar los monumentos mas importantes del casco antiguo, se van viendo los tejados de pizarra, a la altura de la mirada, entre los que sobresale la catedral de Santa María
                                                               

La que vemos hoy día es predominantemente de estilo románico, comenzado a construir en 1.129 y acabado casi un siglo y medio mas tarde, en 1.273.  Otros estilos arquitectónicos se emplearon en la catedral. el gótico, el renacentista, el neoclásico al que pertenece la fachada principal. en fin, amalgama de estilos, como la mayoría de los grandes templos.
                                                                   

Una media hora es suficiente para recorrer toda la muralla.

Muchos otros monumentos, calles y rincones atractivos, guarda la ciudad de Lugo, pero nuestra parada no daba para mas, ya que teníamos que seguir hasta Bayona y aun estábamos a mitad del camino.

El tiempo continuaba esplendido, pero en los comienzos de la primavera, la luz solar empieza a bajar a las seis y a las siete puede ser ya casi de noche.

Interesante visita, aunque corta, a Lugo.

jueves, 8 de junio de 2017

Cerdo asado a las uvas



El lomo de cerdo se puede preparar de muchas formas, asado, cocido en leche o en cerveza, con acompañamientos diversos. El que os presento hoy tiene un sabor especial y el acompañamiento de uvas le queda estupendamente

Ingredientes


1,8 g de lomo de cerdo
Sal y pimienta negra
3 cucharadas soperas de ginebra
150 ml de zumo de uva sin azucar
150 ml de vino blanco seco
25 g de mantequilla
2 cucharadas soperas de harina

Para el adobo
                                                                         

8 bayas de enebro machacadas
2 clavos machacados
1 diente de ajo machacado
3 cucharadas soperas de aceite de oliva
90 ml de vino blanco seco

Guarnición
                                                                 

2 cucharasdas soperas de mantequilla
450 g de uvas blancas sin pepitas

Elaboración


Poner el lomo de cerdo en una fuente honda. Añadir los ingredientes del adobo.
                                                                       

                                                                   

 Tapar y dejar macerar en la nevera 24 horas.

Calentar el horno a 190ºC.

Escurrir la carne y reservar el adobo.

Poner la carne en una bandeja de horno, sazonar.
                                                         

Asar durante 1, 3/4, regando el asado de vez en cuando.
                                                                     
                                                           
Diez minutos antes de acabe el tiempo de asado preparar la guarnición: Fundir la mantequilla en una sartén grande, añadir las uvas y saltearlas 5 minutos. Reservar.
                                                                 

Echar la ginebra en un cacillo, prenderle fuego y regar con ella la carne.
                                                                     

Coger el jugo de la fuente de asar y agregar le el jugo que haya soltado el asado y añadir tambien el zumo de uva, el vino blanco y el adobo reservado. Hervir a fuego suave durante 3 minutos.
                                                                                 

Mientras hacer un beurre manié (mantequilla amasada) y formar una pasta suave.
                                                                           

 Poner la fuego suave y añadir la la mantequilla amasada poco a poco. Dejar cocer 4 minutos. Sazonar

Regar el cerdo con la salsa y las uvas. Poner el resto de la salsa en salsera y servir muy caliente.
                                                                           



                                                                                     

jueves, 1 de junio de 2017

La flauta mágica en el Teatro Real de Madrid

                                                                               
Hace un tiempo que vi esta preciosa ópera, en el Teatro Real, que cuenta entre mis favoritas.

La flauta mágica es, podría decir, una maravilla en todos sus aspectos. Otra cosa es el tratamiento escénico con el que se la presente, del cual hablaremos mas tarde.

La flauta mágica es un singspiel, genero típicamente alemán, pequeña obra de teatro u ópera popular, que significa formas musicales mas sencillas, arias menos complejas y recitativos hablados.

Fue la última obra escenificada de su compositor Wolfgang A. Mozart, con libreto del actor, cantante, poeta y director de teatro alemán Emmanuel Schikaneder, estrenada en Viena el 30 de septiembre de 1.791.
                                                               
Fue Schiknader, que estaba pasando apuros económicos, como también le sucedía a Mozart, el que propuso al compositor la creación de esta ópera, que tuvo un éxito moderado en su estreno, pero que actualmente es una de las óperas mas representadas en todo el mundo.

La flauta mágica está considerada un cuento de hadas por muchos investigadores, mientras que otros la ven llena de simbolismos y referencias masónicas, ya que Mozart se había iniciado en esta institución en 1.784, y pertenecía a la misma logia que el autor del libreto.

Para escribir el libreto, Schiknader se inspiro en diferentes obras como Lulú o la flauta mágica de Liebeskind y otras fuentes como Rey de Egipto de Philippe von Gleber o Sethos de Jean Terrason, cuya síntesis produjo el bello cuento que es la ópera de Mozart.

El argumento, si no se entra en detalles, es bastante simple: Tamino perseguido por una serpiente entra en los dominios de la Reina de la Noche, quien se le aparece, mostrándole un retrato de su hija Pamina, secuestrada por el malvado Sarastro.

Tamino se enamora de Pamina al ver su retrato, y la Reina de la Noche le promete su mano, si logra liberarla del secuestro.

Tamino, acompañado por Papageno, hombre pájaro, se adentra en el territorio de Sarastro, pero, de pronto se da cuenta de que el mal lo encarna la Reina de la Noche y no Sarastro.

Para alejarse de la Reina de la Noche y conseguir a su amada tiene que superar una serie de pruebas, pasadas las cuales los amantes se pueden reunir y el bien triunfa sobre el mal.

No está especificada la época ni el lugar donde transcurre la acción.

La flauta mágica es una obra genial, parábola sobre el bien y el mal, lo ridículo y lo sublime, los elementos masculinos y femeninos. Transparente y misteriosa, emocionante como cuento maravilloso y compleja filosóficamente.

Todo ello llevado a cabo con la maravillosa música compuesta por Mozart, con arias bellísimas y complejas, para cuya interpretación se necesita un virtuosismo importante. Personalmente me gusta todo, pero por elegir diría en primer lugar el dúo de Papagena y Papageno, y el aria de la Reina de la Noche.

Pasemos ahora a la puesta en escena, no tan elogiable como el canto, música y libreto de esta ópera.

Actualmente los escenógrafos tienen una gran tendencia a, cuando les parece, obviar el libreto e incluso a veces la partitura.

En este caso, la producción del australiano Barry Kosky del Komische-Oper de Berlín, que ha transitado por diversos teatros, se permite suprimir de un plumazo los largos diálogos en alemán y sustituirlos por un resumen, recogido en unos carteles propios del cine mudo, con acompañamiento de piano, solución que produce cierto desasosiego.
                                                               

El siguiente paso puede ser cortar los recitativos de muchas operas, luego los fragmentos musicales que el director de turno considere "aburridos" o que "entorpecen la acción"o la puesta en escena que haya podido idearse. Por lo visto por el momento, timidamente aun, puede ser un desgraciado futurible.

La producción de Barry Kosky y Suzanne Andrade consiste en un escenario plano, donde aparecen, en una especie de troneras los cantantes, en una continua proyección, procedente de la estética del cine mudo, en la que vemos a Papageno como Buster Keaton, a Sarastro como Abraham Lincoln, etc.
                                                                           

 y que no contiene ninguna escenografía; es estática.
                                                                       

La Flauta mágica queda reducida a una amable comedia y la música a la banda sonora de una proyección de cine mudo, despojada del significado de la obra, y de la solemnidad y encanto de la música de Mozart  .

En cuanto a los cantantes, que tienen merito por lo difícil de su actuación escénica, ninguno destaca, ni desentona tampoco, ostensiblemente.

La soprano española Sylvia Schwartz interpreto a Pamina, desafinando ligeramente en alguna difícil aria. Tamino corrió a cargo del tenor estadounidense Norman Reinhardt, con cierto cuerpo adecuado a su papel musical, pero que mostró alguno de sus problemas en la zona alta.

Bien el Monostratos del tenor vasco Mikeli Achalandobaso, cantante habitual de muchas zarzuelas  .

Algo desabrida resulto en el papel de Reina de la Noche la soprano Katrhyn  Lewek, caracterizada como una araña-calavera de largas patas.
                                                         
                                                           
El resto de cantantes correctos sin nada que destacar de su actuación.

En cuanto a la dirección del director titular del Teatro Real, el británico  Ivor Bolton, se puede decir que convirtió la orquestación mozartiana en una "banda sonora" sin  una chispa que la rescatara de la interpretación neutra y poco vital.

No me gusto ni las escenografía ni el tratamiento de esta maravillosa ópera. Sin embargo y aun con esos inconvenientes la música de Mozart me subyuga.